44. Cedric

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Vale, cuando Hunter decía que la casa de campo era enorme no exageraba. Está rodeada por una verja con código y hay decenas de cámaras en todas partes. La seguridad es demasiada. Lo primero que veo es el jardín de, por lo menos, una hectárea. Campos de flores y árboles que rodean una casa de madera de cuatro plantas, sin contar si tiene o no sótano, todo apunta a que sí. Hunter aparca en la entrada y cuando salgo del coche, con Yukine en brazos, me impresiona lo inmensa que se ve la casa de cerca. La fachada es blanca, al igual que toda la casa exteriormente, exceptuando el tejado, que es de un tono azul pastel. A unos metros puedo ver un coche aparcado, por lo que supongo que Sean ya ha llegado.

-Vamos, no te quedes ahí -se burla Hunter.

-¿No cogemos las maletas? -él se ríe y llama a la puerta. Abre un hombre trajeado de no más de treinta años.

-Ethan, coge las maletas, están en el maletero. Kyle te habrá avisado de la nueva inquilina, ¿no? Intuyo que ya habrás preparado su habitación -habla el asesino con autoridad.

Me hierve la sangre cuando se comporta de forma superior a los demás. No puedo evitar contestarle.

-Hunter -me cruzo de brazos-, que yo sepa, no estás manco y yo tampoco. Podemos coger nosotros mismos las maletas y llevarlas a las habitaciones -parece que mis palabras le enfadan.

-No se preocupe señorita, es mi trabajo, me gusta servirles. No peleen por algo así -habla Ethan-. Señor Hunter, como mandó Kyle, he preparado la habitación de la señorita Anabell, les guiaré.

Hunter parece tragarse su enfado. Yuki se revuelve en mis brazos. Ethan coge nuestras maletas y nos guía dentro de la casa. No tengo tiempo de fijarme en los detalles; ya lo haré más tarde. Solo me limito a seguir a Ethan. Subimos una planta y deja la maleta de Hunter en la tercera habitación a la izquierda. Los tres, seguimos caminando hacia mi habitación. Hunter seguramente nos sigue solo por la curiosidad de saber dónde me va a tocar dormir. Subimos otra planta y mi habitación es la cuarta a la derecha. Dios mío, esta casa es enorme.

-Qué lejos estás de mi habitación -se queja Hunter antes de siquiera abrir la puerta- ¿No puedes ponerla en otra?

¿Qué pasa? ¿ahora no puede vivir sin mi presencia?

-No señor -contesta Ethan-, Kyle me dió las instrucciones de que las habitaciones de los tres estuvieran separadas unas de otras. Él mismo decidió cada una.

-Está bien. Te dejaré acomodarte -me dice Hunter y se aleja con aire enfadado.

Ethan abre la puerta y me encuentro con una habitación inmensa. Hay una cama de matrimonio enorme en el centro, justo enfrente hay un ventanal que da a la entrada de la casa. Las paredes son de un color lila pálido y las cortinas de un blanco suave, al igual que las sábanas de la cama. También tiene un tocador con espejo y un armario gigantesco. Puedo ver que hay un baño a la izquierda y a los pies de la cama, otra mini camita para Yukine. Creo que voy a llorar de alegría.

-Espero que todo esté a su gusto, señorita. Le dejo acomodarse tranquila.

-Oh, Dios. Esto es magnífico -digo sin apartar los ojos de la habitación-. Muchísimas gracias y, por favor, llámeme Ann -le sonrío.

-Gracias a usted, señorita Ann -pongo los ojos en blanco y él se ríe-. Ahora vendrá su guardaespaldas, el señor Kyle lo mandó para usted.

-¿Un guardaespaldas? -Ethan se encoje de hombros y se retira.

¿Voy a estar en peligro aquí? Lo dudo bastante. Suelto a Yuki, que empieza a olisquear todo y yo me tiro sobre la cama y abrazo la almohada. Que cómoda. ¿Puedo casarme con esta cama? Las sábanas son super suaves... Estoy apunto de dormirme cuando escucho un par de golpes en la puerta.

-¿Hmm? -contesto.

-Señorita Anabell, soy su nuevo guardaespaldas, ¿puedo pasar? -su voz parece amable. Espero que sea simpático.

-Sí, claro. Adelante -contesto y me siento en la cama.

El hombre entra. Es esbelto, castaño de ojos marrones, está en buena forma, lo cual es normal por su oficio. Tendrá unos 26 años según calculo.

-Mi nombre es Cedric -me tiende la mano y se la doy también-. Kyle -tose-, el señor Kyle me mandó cuidar de usted y que nada malo le pase.

Parece nervioso.

-Oh, muy bien -sonrío- ¿corro algún peligro?

Él se muerde el labio.

-En principio no... Pero cuando descubran quien es... Quizá...

-Tranquilo, siéntate -digo haciéndole un hueco en la cama, titubea un poco pero acaba cediendo-. No te pongas nervioso, ¿es tu primer día? Puedes llamarme Ann, es más cómodo para ambos, ¿no crees?

-Sí, sí, claro -asiente-. No es mi primer día... Quiero decir, con usted sí, pero ya he sido guardaespaldas durante años. Kyle me encargó tener especial cuidado con usted y... No la esperaba así, la verdad... Dijo que era la mujer más poderosa que jamás conoceré.

Suelto una carcajada.

-Maldito Kyle -me seco una lágrima que se había escapado por la risa-. No le hagas caso. Solo soy una chica torpe con cierta imaginación. Como ves -me señalo-, no tengo nada de fuerza y no soy cruel ni nada por el estilo, relájate.

-Entiendo -suspira-. Solo venía a informarle, mi habitación es la contigua a la derecha, por si en algún momento de la noche necesita de mi servicio, no dude en despertarme. Durante el día, estaré cerca de usted o en la misma puerta de su cuarto -asiento y Cedric sale de la habitación.

Debería salir a ver cómo están Sean y Hunter o acabaré durmiendo, como siempre.

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora