24. Visita inesperada

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-¿Sabes quién puede ser? -escucho como resopla- Había respondido pensando que eras tú, pero claro, me había olvidado de que estabas "trabajando". Quería pedirte ayuda para algo, pero ¿sabes? Yo he podido ayudarle por ti.

Le hago un gesto a Yukine para que no ladre. Tras unos minutos de silencio, Hunter habla.

-¿Qué clase de ayuda le has dado a ese... Ese...?

-¿Simpático amigo tuyo? Mira, podrás insultar lo que quieras pero él era incluso más amable que tú. Ojalá me hubiera secue...

-¡ANABELL! Ese tío no es mi puto amigo.

¿Cómo? ¿no era su amigo?

-¿Entonces? ¿Por qué iba a llamarte pidiendo ayuda?

Mientras hablo por teléfono voy subiendo a mi habitación con el ordenador y Yuki pisándome los talones.

-Buena pregunta. Seguramente me querría irritar, como siempre. Te habrá encontrado divertida y por eso es simpático. No te fíes.

-Lo que tú digas -pongo los ojos en blanco, aunque sé que no me ve.

-Volveré mañana a casa. Si ocurre algo más, vuelve a llamar, quiero que me lo digas inmediatamente. Adiós -cuelga.

-Es demasiado frío, ¿no crees? -le digo a mi amigo peludo mientras me tiro a la cama.

Él salta a mi lado y se hace una bolita. Lo acaricio.

-Ese chico no parecía una mala persona, bueno, no tanto como Hunter. Después de todo se dedican a lo mismo, ¿no? -Yukine mueve la cola.

Abro el ordenador y al ver que no tiene mucha batería lo conecto a un enchufe. Me aburro, mucho.

-¿Qué podemos hacer? ¿la limpieza? No queda nada por limpiar, desde que no está Hunter no hay nada sucio. ¿Ver la televisión? De seguro saldrá con que mi caso ya se ha dado por perdido y mi hermano sigue buscando o si no, cualquier culebrón o serie de cotilleo. ¿Y si vemos alguna película en el ordenador? -ladra-. La verdad es que suena bien.

Bajo a la cocina a comprobar si hay palomitas, y efectivamente, Hunter tiene un almacén de guarrerías en su despensa. Bolsas de patatas, gusanitos, chucherías, fritos, pipas, palomitas... Cojo un poco de todo y vuelvo a subir a la habitación.

Voy a perder un montón de peso con tanto subir y bajar escaleras.

-Ahora sólo queda buscar una película, pero... ¿cual?

Me pongo un pijama de conejitos que encuentro en un cajón y empiezo a indagar en internet buscando una que me llame la atención. Lo consiguen tres; No apagues la luz, Suicide Squad, y Mascotas.

Finalmente me decido por Mascotas. Si viera una de miedo no podría dormir. La de Escuadrón Suicida me gustaría verla con Hunter y... Estoy segura de que Mascotas le gustará a mi amiguito Yuki.

Comienzo a verla con las luces apagadas y en silencio. Yukine está sentado a mi lado en la cama. Quién lo diría, está prestando mucha atención a la pantalla.

De pronto, tengo la necesidad de ir al baño. Pero es un momento muy interesante. Ese conejito tan mono está hablando de su plan contra Max.

Seré tonta, si puedo pararla.

Me levanto para ir al baño después de poner película en «pause». Tengo que pedirle al Husky que no me siga a lo que él responde bajando sus orejitas, pero me da demasiada vergüenza que me vea en un baño, da igual que sea un perro.

Cuando salgo, escucho un ruido proveniente de la planta de abajo. Yukine salta de la cama, yo le cojo corriendo en brazos y bajo con él. La puerta de la entrada está abierta.

¿Qué hago? ¿pregunto que quién es? ¿y si me mata? Quizá es Hunter... Pero él nunca dejaría la puerta abierta, ¿no?

-Hunter -dice una voz masculina-, tenemos que hablar, sal ya.

Proviene del salón, así que, siguiendo mis instintos suicidas, voy sigilosamente hacia allí. Cuando llego, no me atrevo a asomarme. ¿Quién demonios es?

Cuando voy a coger valor para mirar, mi pequeño amigo salta de mis brazos y comienza a ladrar.

-Vaya, una pequeña diversión.

-¡NO! -corro a cogerle- No hagas daño a Yukine -digo cuando veo que está en sus brazos.

Él es alto, un poco más que Hunter, tiene los ojos café oscuros, el pelo de un color entre rubio y castaño. Está en buena forma.

-Vaya, ¿y tú quién eres? -dice acariciándolo.

-Yo... Esto, yo... -no tengo imaginación- Soy Anabell. ¿Tú quién eres y qué haces aquí? -no sé de dónde he sacado el valor, la verdad.

-Hmm... -deja a Yuki en el suelo, viene a mis pies y yo le cojo-. La chica con la que he hablado por teléfono. Que mona, no te imaginaba así.

Me mira de pies a cabeza. Oh no, estoy en pijama, maldita sea... Que vergüenza.

-¿Cuál es tu nombre? No me digas Akuma, dime el de verdad, por favor...

-¿Quieres saberlo? -asiento-. Está bien, pero solo porque me caes bien. Me llamo Darth Vader -suelta una carcajada.

-¡Oye! ¡Eso es de Star Wars! Dime tú nombre ya, jolín.

-Vaya, que lista. Veo que también eres una friki, ¿no? -pongo los ojos en blanco-. Vale, vale... Soy Thomas -me sonríe.

-Gracias -la verdad es que no me esperaba que me lo dijera.

-Que mona, estás rojita -sonríe otra vez-. ¿Sabes dónde está Hunter?

-Ha salido. Me dijo que tenía que ausentarse unos días, supongo que volverá mañana.

¿Por qué le estoy diciendo toda la verdad? Hunter dijo que no eran amigos, ¿y si son enemigos?

-Vaya... ¿y tú que haces aquí?

-Pues... Estaba viendo una película -abrazo a Yuki un poco más fuerte.

-Sé que no vas a querer pero... -se revuelve incómodo- ¿Podría verla contigo?

Oh, no, no, no, no, no... Esto está mal, esto está muy mal.

-Hunter no volverá hasta mañana, ¿no? Es que hoy tengo el resto de día libre y no quiero volver a casa.

-Está bien -digo sin pensar, mi perro se revuelve.

-¡Genial! ¡muchas gracias! -se acerca a abrazarme.

Que situación más incómoda...

Subimos a mi habitación y él se tumba a mi lado.

-¿Es la de mascotas? -asiento- ¡me encanta! Ya la he visto, pero me alegra poder volverla a ver.

Sin decir nada, continúo viéndola. Al rato veo como Yukine se duerme y Thomas hace lo mismo. A mi también me está entrando mucho sueño de pronto...

-Any, cuando seamos mayores, quiero ser como esos de allí -señala a una pareja que está besándose.

-Iug. ¿En serio?

-Sí, parece horrible, pero es como decir que te quieren mucho en forma de acción, da asquito verlo pero seguro que ellos se sienten bien -me sonríe- ¿tú ya has dado tu primer beso? -niego- Yo tampoco.

De pronto, siento sus labios junto a los míos y no puedo evitar sonreír. Adoro a Sean.

-¡Anabell! ¡Ya he llegado!

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora