35. Madre

19.3K 1.7K 187
                                    

-Es algo privado que no te incumbe -contesta Hunter mirando a Thomas.

La verdad es que me entristece y a la vez me intriga. Creo que cuando tenga más confianza con Kyle podría preguntárselo, seguro que él lo sabe. Aunque una parte de mi se sentiría demasiado mal si indagara tanto en la vida de Hunter sin su consentimiento. Él tendrá sus motivos para no querer decírnoslo y para que le dé igual que sepan quién es. Podría ser... ¿quiere demostrarle a alguien lo malo que puede llegar a ser?, ¿le gustará que la gente le tema? Lo dudo...

-Eres un aburrido -le saca la lengua Thomas.

-Y tú un metomentodo -le contesta refunfuñando.

-No os peleéis, parecéis niños -me cruzo de brazos-. Me voy a dormir.

-¿Tan pronto? -dice Thomas, mira su reloj-. ¿Ya es tan tarde? -abre los ojos de par en par-. Odio conducir de noche.

-Pues quédate a dormir -me encojo de hombros, veo que Hunter se va a quejar-. Creo que hay una habitación más, ¿no?

-No. Pero puedes dormir en el sofá -contesta Hunter mostrando una sonrisa muy falsa. Cuando voy a quejarme, habla Thommy.

-No te preocupes, Ann, me gustan los sofás, me hace recordar a hace unos años, cuando acababa en alguna fiesta.

Pongo los ojos en blanco y sin reprochar nada más, me dirijo a mi habitación. Debería haberme hecho algo para cenar, pero la verdad es que estoy verdaderamente cansada, hay demasiada información dando vueltas en mi cabeza. Me pongo el pijama de forma automática, me aseo y me tumbo en la cama. Poco después, Yukine se sube conmigo y se acurruca a los pies de la cama. Después de unos minutos, consigo conciliar el sueño.

-Anny -me llama Sean, está muy serio-, sabes que te quiero, ¿verdad?

-Claro, yo también te quiero -le abrazo-. ¿Por qué me lo dices?

-Mi mamá se ha puesto muy enferma y... Me ha dicho que nunca me guarde un "te quiero". También me dijo que aproveche todas las oportunidades que tenga y que, pase lo que pase, siempre haga lo que me gusta.

¿Su mamá está mala? Espero que solo sea un resfriado, si mi mamá se pusiera mala... Mi casa sería un caos.

-Vaya... Espero que se mejore -digo sinceramente. De pronto, él se pone a llorar. Es la primera vez que veo a Sean llorando, me da mucha tristeza- ¿He dicho algo mal? ¡Lo siento!

-No, no te preocupes, creo que... Debería, sí, debería irme a casa con mamá... -me da la espalda.

-Pero Sean... -le abrazo por la espalda, el acaricia por unos segundos mis manos y luego hace que me suelte y sigue caminando.

No puedo hacer nada...

Abro los ojos y descubro que estaba llorando. La madre de Sean... ¿Murió? Me giro y visualizo la cara de Hunter a mi lado. Después, me fijo en que su mano está en mi cintura y está murmurando algo. ¿Cómo se despierta a un asesino? La última vez lo hice gritando... Intentaré tener más cuidado. Le muevo el hombro y murmura algo inentendible.

-Oye, Hunter -vuelvo a moverle-, despierta -puedo intentar...- ¿Sean?

-¿Qué cojones dices? -contesta de mal humor y abre los ojos.

-Lo que sea, pero ha funcionado. ¿Qué haces aquí?

-¿Por qué estás llorando? -pregunta asustado.

Me seco los ojos con las sábanas.

-Por nada, ¿qué haces aquí? -vuelvo a preguntar.

-Nadie llora por nada -le lanzo una mirada severa-. Anoche vi a Thomas yendo a tu habitación, me negué a que durmiera contigo y le cedí mi cama. Por supuesto que yo no iba a dormir en el sofá.

Un pensamiento se cruza por mi cabeza; "Yukine".

Me levanto lo más rápido que puedo, por lo que consigo un pequeño mareo.

-¡Yukine! -grito para que venga, si Hunter lo ha visto... ¿Qué le habrá podido hacer al pobre animal?

De pronto, algo se mueve bajo las sábanas y una cabecita de animal sale de ellas para después saltar a mis pies. Le acaricio. Hunter parece atónito.

-¿Esa cosa... Estaba ahí todo el tiempo? -Asiento-. Ya decía yo que había demasiado pelo para que fueran tus piernas...

-¡Serás idiota! -grito, mis mejillas deben parecer dos tomates-. Me voy a despertar a Thomas y de paso hacer el desayuno.

-Como quieras, yo dormiré un poco más -bufo y cierro de un portazo la puerta.

Me dirijo hacia en cuarto de Hunter y me encuentro a un Thommy completamente sopa. Que mono. Sin pensármelo un momento me lanzo hacia él y empiezo a saltar en la cama.

-Anabell... Déjame dormir -gruñe, a lo que yo, me tiro encima de él-. Vale, vale, ya estoy despierto -levanta ambas manos.

-Tengo que hacerte una pregunta -sonrío y me quito de encima-, quiero que seas completamente sincero, eh.

-Huhum...

-Él Sean que tú conoces... ¿Tiene madre? -le miro fijamente.

-¿A qué viene eso? -no le contesto-. No, creo que murió cuando él era pequeño... Hace unos... ¿10 años? No recuerdo porqué -bosteza.

-Estaba enferma.

-Sí, es verdad, ella se puso... Espera, ¿cómo sabes tú eso?

-Me lo dijo él -me encojo de hombros y miro al techo.

-Ah, claro él... ¿Cuándo?, ¿ya sabes quién es? -noto como clava su mirada en mi.

-No, está noche lo he recordado, el momento en el que me lo dijo... -suspiro.

-Veo que confiaba mucho en ti -escucho como sonríe. Le miro.

-Eramos solo unos críos.

-Yo de pequeño no le habría contado eso a nadie -se encoje de hombros. El corazón me da un vuelco.

Le miro fijamente a los ojos. Marrones. No es él. Suspiro de nuevo.

-¿Comprobabas que no era él? -se ríe-. Te aseguro que no llevo lentillas.

-Déjame, voy a hacer el desayuno.

-Ahora iré a ayudarte -asiento y salgo de ahí.

Bajo a la cocina y veo a Hunter preparando unos huevos. Le había dicho que yo haría el desayuno...

-¿Qué haces? -pregunto tomándole por sorpresa.

-Tenía hambre y como tú estabas hablando con el inútil de ahí arriba... -pone los ojos en blanco.

-Oye... ¿puedo hacerte una pregunta algo personal? -asiente-. ¿Tu madre cuándo murió?

-Demasiado personal -gruñe.

Sin comentar nada más, me preparo un zumo de naranja y hago un par de tostadas, sin más, empiezo a desayunar.

-¿Sabes, Ann? -habla Hunter, sin mirarme-. Me da igual que sepan quién soy, que tengan a alguien a quien tener. No tengo nada que perder y así me parece más divertido.

-Nunca estarás a salvo, yo creo que así ya pierdes. No puedes salir de país, o del estado.

-No me entusiasma viajar -se encoje de hombros.

-A mi sí -suspiro y a él se le cae la cuchara de palo con la que estaba, inútilmente, preparando unas patatas.

Justo entra Thomas por la puerta.

-Ann...abell, tu nuevo móvil no para de sonar, creo que es Kyle.

Oh, se me había olvidado que tenía un móvil. ¿Qué querrá?

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora