Me miro por última vez en el espejo y salgo de la habitación, Hunter lleva un esmoquin, me recuerda a un pingüino. Suelto una pequeña risa.
-¿Ya estás lista? -pregunta sin mirarme. Tiene la vista clavada en su móvil- Vamos, llegamos tarde.
Asiento y le sigo hasta el sitio donde desperté hace dos días. Solo dos días, me parece que ha pasado mucho más tiempo. Abre una puerta y veo un coche negro, su coche. Nunca he sabido distinguir las marcas.
[foto en multimedia]
Nos subimos al coche y leo la marca en el volante; mercedes. La verdad es que parece caro. Hunter conduce todo el camino en silencio, una vez aparca, me habla.
-Ahí dentro va a haber mucha gente. Necesito que dejes estos papeles -me entrega una carpeta llena de folios- en la habitación de la izquierda, tercera planta, cuando yo te diga, ¿entendido? No quiero que te separes de mi para nada más.
Asiento y salimos del coche. Qué directo. Y frío.
Entramos en la fiesta y observo que Hunter no mentía, esto está lleno. Todos están súper arreglados. ¿Cuánto se habrán gastado en su ropa? ¿Cuánto se habrá gastado Hunter?
Veo como gente que no conozco se nos acerca y se presenta, hacen un par de halagos y se van. Me distraigo un momento intentando localizar las escaleras. Ahí hay cosas para picar, entonces... Al otro extremo sí, junto a lo que parecen los baños están las escaleras.
Veo que un chico rubio de ojos miel se me acerca. No tendrá más de veinte años. Me estoy poniendo nerviosa, ahora que me fijo, he perdido a Hunter.
-¿Sabe por dónde está el baño, madame? -pregunta.
-Al fondo a la derecha -contesto lo más calmada posible.
-¿Me acompaña? -sonríe y me arrastra con él. ¿Dónde se ha metido Hunter?
-Disculpe, pero no vengo sola -intento soltarme de su agarre pero me ignora.
Veo a Hunter con la mirada, parece que me está buscando.
-¡Suéltame! -grito y aunque no me haya liberado, consigo que Hunter me vea. Parece sorprendido mientras se acerca a nosotros.
-Perdona... Eh, ¿John? Pero la chica viene conmigo.
-Oh, pues me la vas a tener que prestar, vamos a pasar un buen rato -dice John y no puedo evitar sentir asco.
-Al parecer a ella no le agrada esa idea -Parece que Hunter está perdiendo la paciencia. Yo también, para qué mentir.
-¿Desde cuándo importa lo que ella quiera, Hank?
Creo que ahí llega el final de la paciencia de Hunter o Hank, pero tengo la sensación de que Hank tampoco es su verdadero nombre. John sonríe y continúa su camino ignorando a Hunter, pero este le pega un puñetazo.
-Te lo advertí -nos alejamos de él, que al parecer, le ha dado igual la violencia de Hunter.
-Gracias -susurro- no sabía cómo liberarme de él, lo siento...
-Si le dices que tienes sida se irá. Te lo aseguro. O quizá si le sueltas el rollo de Christian Grey que me dijiste a mi, se asuste de tu paranoia y te deje -dice divertido. Le miro mal.
-Estaba asustada -me excuso.
-Ahora ve a hacer lo que te he dicho y deja de entretenerte -dice muy serio. Definitivamente tiene un problema de bipolaridad.
Le hago caso y empiezo a subir las escaleras con la carpeta en la mano, una vez arriba, no me cuesta encontrar la habitación que me había dicho. No hay ningún tipo de seguridad. Entro sigilosamente y hago lo que Hunter me ha dicho. No sé por qué quiere que haga esto. No sé por qué le hago caso. Una vez termino, bajo otra vez en su busca. Me fijo en que todos están bailando.
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Enamorada del asesino.
Teen FictionAnabell Stone es una chica temerosa con una imaginación impresionante. Tanto que, al ser secuestrada por el famoso asesino Hunter «Kill», le da decenas de ideas sobre como torturar a sus víctimas. "Le veo acercarse con un cuchillo en su mano. Me va...