28. Tenemos trabajo

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-Ann... ¿Estás despierta? -dice Thomas a la vez que me sacude el hombro.

Si no me estuvieras molestando, habría seguido durmiendo. Vale, no tengo buenos despertares.

-Ahora sí -bostezo.

-Genial -se tumba a mi lado-. Me has abandonado ahí abajo con un asesino, te parecerá bonito -se ríe.

-Como si tú no fueras también un asesino -digo con sarcasmo.

Ambos estamos tumbados mirando al techo. Thom me cae realmente bien, pero si él busca hacer daño psicológico... No sé si debería fiarme del todo. Aún así, de momento no me ha hecho nada malo. Intentaré andar con pies de plomo.

-Claro, pero no voy a decirle a Hunter como torturar a su familia, él pasaría a la acción y me mataría -me río.

-Muy cierto -observo como Yukine duerme a los pies de la cama y se me ocurre algo por lo que me puede ser útil Thomas-. Oye, Thommy... -le miro directamente a los ojos.

-¿Thommy? Me acabas de quitar toda mi reputación -ambos nos reímos-. Dime, Anny.

Me ha dado un pinchazo en el pecho escuchar que me llame así. Hago lo posible para ocultarlo.

-¿Te suena de algo el nombre 'Sean'?

Sus rostro pasa de sonriente a confuso.

-¿Por qué? ¿a qué viene esa pregunta?

Parece a él tampoco le gusta hablar de Sean... Maldita sea.

-Bueno... No sé quién es -parece relajarse-. Pero llevo varios días soñando con él, cuando era pequeña... Jugaba con un tal Sean. Quizá me equivoque, pero creo que tú y Hunter le conocéis. Sé que hay mucha gente que puede tener el mismo nombre -asiente-, pero... Empecé a recordarle cuando Hunter me trajo aquí. Me gustaría... Saber quién es. Conocerle... No lo sé -me encojo de hombros.

-¿Cómo es físicamente Sean? ¿hace cuánto tiempo dices que ha pasado desde que jugabas con él?

-Pues... Cabello oscuro, ojos grises... O azules, depende de como lo mirases -suelto una risita al recordarlo-. Diría que con seis o siete años... No estoy segura.

Thomas frunce el ceño.

-Le conozco.

-¿De verdad? -digo agarrando sus manos-. ¿Me lo podrías presentar? Quizás no me recuerde pero... Siento que necesito saber de él.

Thomas me sonríe.

-Si algún día se da la situación... -Me revuelve el pelo-. Te prometo que te diré quién es.

-¡Mil gracias! -me pongo encima de él y le abrazo.

Escucho un bufido venir desde la entrada de mi habitación.

Genial, Hunter.

-Bueno, tortolitos. Iba a deciros que si bajáis a charlar un rato, pero veo que estáis ocupados y preferís mont--

-¡No es lo que piensas! -grito interrumpiéndolo a la vez que salto de la cama y voy a encararlo-. Solo estaba abrazándole, me acaba de ayudar mucho con lo de Yuki, por cierto... Gracias por dejar que se quede -le abrazo.

-Yo... Yo no he dicho que se vaya a quedar -me separo de él y veo como está colorado antes de que gire la cabeza.

Veo que Thomas se levanta de la cama sonriendo y ambos seguimos a Hunter hasta el salón. Justo cuando los tres estamos sentados en el salón, entra Yukine por la puerta y se sienta en mis pies.

-¿De qué queréis hablar? -pregunto.

-Podríamos hablar de los celos de Hunter -sonríe y me guiña un ojo.

¿Hunter está celoso? ¿por lo de la habitación? Sólo estaba abrazando a Thom.

Veo como Hunter se tensa y justo cuando va a contestar a la osadía de Thomas, suenan dos móviles a la vez. Los de los dos asesinos. Empiezan a leerlo a la vez y acaban ambos con una sonrisa.

-¿Qué pasa? -pregunto confusa.

-Tenemos trabajo -contesta Hunter-. Al parecer esta vez nos ha tocado en la misma casa.

Vaya... Ahora me tocará quedarme sola entonces. Menos mal que tengo a Yuki.

-Ann -me llama Thom- ¿lista para tu primera salida con nosotros?

-¿En serio? -salto del sofá- ¿puedo ir de verdad? -miro a Hunter.

-Por supuesto -creo que voy a gritar de felicidad hasta que Hunter termina su frase- que no.

-Venga tío, -habla Thomas- prometo que yo me ocuparé de ella. No le pasará nada, te lo juro. Pondré mi vida después de la suya si estás más seguro con eso.

-Tu vida no vale una mierda -contesta Hunter- podrían matarte a ti y luego a ella. Ni de coña.

-No seas cabrón. Nunca salgo herido y lo sabes. Mataré a quien se acerque más de cinco metros a Ann.

-He dicho que no.

-Anabell, ve ha vestirte -sonríe Thommy.

Le sonrío de vuelta y salgo del salón. Cada vez Thomas me cae mejor. Subiendo las escaleras escucho a Hunter hablar.

-Vas a hacer que se vista para nada. No vendrá. Y punto.

Cruzo los dedos mientras subo a mi habitación y decido ponerme unos leggings negros y una camiseta azul junto con unas deportivas. Entro al baño, cuando descubro que Yukine se ha metido aquí sin que me diera cuenta y me hago una coleta alta. Mientras me miro al espejo decido ponerme unas lentillas azules. Por si acaso. Además, me gusta este color de ojos. Antes de bajar, le doy unos mimos a Yuki y le digo que se porte bien en mi ausencia.

Es la hora de la verdad, empiezo a bajar las escaleras y cuando llego al salón, me escondo antes de entrar y escucho a Hunter hablar otra vez.

-... Solo te digo que como le pase algo, juro que te torturaré tanto que desearás que te mate. Pero no lo haré. Haré que sufras lo inhumano. ¿Te enteras?

Entro al salón y veo como Hunter tiene a Thomas sujeto por el cuello de su camisa.

-Haz el favor de soltarle -digo y Hunter, sorprendentemente, me obedece-. ¿Así voy bien, Thomas? -sonrío y doy una vuelta sobre mis pies.

-Estás genial -me guiña un ojo-. Pero antes de ir, tengo que decirte unas cuantas cosas.

Empieza a decir que no me separe en ningún momento de él para nada. Que no puedo decirle en ninguna situación que pare y que no me asuste mucho. Y que si me parece demasiado cruel, que simplemente le dé un pequeño tirón de la camiseta y me entenderá. Además, me explica lo que debo hacer en distintas situaciones. También me comenta que estaremos en la misma casa pero que Hunter irá a por un hombre mientas que nosotros iremos a por otro. Yo le escucho atentamente a todo lo que dice.

-Ahora, vámonos -dice Hunter-. Ann, si ves que este imbécil no te protege, da un grito e iré a por ti. Estaré en la misma casa, solo que en otra habitación, ¿vale? -asiento.

Hunter le lanza una mirada asesina a Thomas antes de dirigirse al garaje.

-Si las miradas matasen... -susurra Thom-. Bueno, aparqué mi coche a un par de metros de aquí, sígueme.

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora