Cuando llegamos a la casa de Hunter ya me encuentro totalmente calmada. Bueno, aunque estoy algo nerviosa, nunca es fácil hablar con mi secuestrador. Puede tomárselo muy bien o muy mal. Espero que opte por tomárselo bien y que no me haya visto en el peor momento. Ojalá solo me haya visto amenazar, si es así... Todo irá sobre ruedas. No quiero ser una asesina. Pero ya lo soy.
-Ann... Tranquila -me dice Thom. Estamos enfrente de la puerta de entrada, me da la mano-. No te sientas mal por lo de hoy, me has salvado, de verdad. Te debo la vida -ríe un poco-. ¿Sabes? Nunca pensé que le diría eso a nadie.
Asiento y abro la puerta, esperando que Hunter ya esté aquí. Por los pasos que escucho provenientes del piso de arriba, deduzco que sí. Sin pensarlo mucho, empiezo a caminar en su dirección, con Thomas pisándome los talones. Cada escalón que subo me supone un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo se supone que voy a explicar lo que me ha pasado si ni yo misma lo sé? ¿yo he hecho eso? ¿de verdad he matado a dos hombres y amenazado a la familia de alguien? Esa no era yo, no podía ser yo. Debo estar soñando, en cualquier momento me despertaré, ¿no?
Antes de que me de cuenta, estoy abriendo la puerta que lleva a la habitación de Hunter, donde me encuentro con el susodicho sentado en su cama. Nos hace un gesto para que le acompañemos y le obedecemos.
-¿Desde cuándo estabas? -me atrevo a preguntar. Thom está a mi izquierda, juraría que nervioso.
-Lo suficiente -le lanzo una mirada de reproche, él bufa-. Desde que le lanzaste la navaja al brazo. No quise interrumpir. Era algo que no me esperaba viniendo de ti.
-¿Quieres saberlo todo? -pregunta Thom, mi asesino asiente-. Por un módico precio de -antes de que acabe, Hunter pasa su brazo por detrás de mi y le da un golpe-. Auch. Solo quería aligerar el ambiente. Es algo que le corresponde contar a ella. Si aún lo recuerda...
-¿Qué quieres decir con eso? -gruñe Hunter.
-Verás, cuando te expones a momentos de tensión, tu cerebro entra en crisis y produce cambios de conducta. Si tenemos suerte, es lo que le ha pasado a ella, pero si no... -pone su mano en su barbilla, con gesto pensativo- Tenemos un caso de doble personalidad, si es así, ella no recordará nada de lo que ha hecho -lo recuerdo, por suerte lo recuerdo... Menos mal-. No pongas esa cara de perro, Hun. Todos sufrimos cambios de conducta en ese tipo de momentos. Yo, por ejemplo, me vuelvo bastante chistoso y, créeme, lo último que quiero es parecer gracioso cuando me van a matar. Pero no lo puedo evitar.
Pensaba que de verdad estaba tranquilo... Vaya. Tiene sentido. Sufrí un momento de crisis nerviosa y por eso empecé a actuar así... Vale.
-Ann -susurra Hunter- ¿Qué habéis hecho?
-Verás... Thomas entró en la habitación pero yo no me atreví, así que me quedé fuera observando desde un punto muerto para William. Tenía pinta de ser una trampa, cuando por fin pude ver que Will estaba fingiendo tensión era demasiado tarde, dos gorilas -ante mi expresión, Thom se ríe y Hunter pone los ojos en blanco- le tenían cogido de ambos lados. Iban a matarle... No sabía qué hacer, si gritaba para llamarte, me escucharían. No iba a irme mientras le dejaba morir y... Recordé que Thomas me dió en el coche una navaja. Así que, primero fui a por un gorila, directo al cuello...
-¡Si la vieras! -me interrumpe-. ¡Will ni siquiera la vió! -se ríe-. Luego hizo lo mismo con el otro... Dios, ¡pensaba que iba a ser mi fin! Si no llega a ser por ella... Bueno, sigue.
Hunter está mirando a un punto fijo en la pared. Supongo que está analizando la situación. Lo mejor que puedo hacer ahora es terminar de contar los sucesos.
-Cuando el otro gorila se desplomó, me agache para no ser vista... Nunca he agradecido tanto ser bajita. Cogí valor y salí a encararlo. Will no dejó de apuntar a Thomas en ningún momento, tenía miedo de que disparara. Así que... Ya has visto lo demás -suspiro.
-¿Estás bien? -se limita a preguntar Hunter.
-¿Solo vas a preguntarme eso? -no deja de mirar a la pared.
-Por lo que sé de ti, matar a dos personas en un día no te hace sentir bien. No entiendo como puedes estar hablando sin llorar -dice firme-. Me alegro de que estés bien.
-¿Eso es todo? -salta Thomas tras unos segundos de silencio-. ¿No vas a decir nada más?
-No -gruñe-. Creo que Ann necesita...
Un móvil interrumpe a Hunter.
-Que raro... Es el jefe -dice Thomas mostrándole a Hunter su móvil. Este frunce el ceño y yo suelto una pequeña risita debido a haber leído "Llamada de Super-Jefazo Molón".
-Pon el altavoz -ordena.
-¿Sí, jefe? -contesta firme.
-¿A quién has llevado contigo? -¿esta es la voz de su jefe? Me la esperaba más... Grave. Hunter aprieta los puños.
-Nadie importante, señor.
-¿Te atreves a mentirme? William acaba de irse. Me ha suplido, como oyes, suplicado, que jamás vuelva a mandar a esa chica y que le comunicara que el dinero ya está pagado. Estaba realmente aterrorizado. Así que, como dudo mucho que te hayas cambiado de sexo, más te vale decirme a quién has llevado si no quieres que te lo saque a la fuerza. Sabes que no me gustaría dañarte, pero me lo vas a decir como sea.
-Verá, señor... Yo... -suspira y mira a Hunter. Este asiente con resignación-. Es una amiga mía. Se llama Anabell.
Por un momento me siento traicionada, pero no me gustaría que le pasase nada malo... ¿Por qué siempre me meto en estos líos?
-Quiero que me la traigas ahora mismo a mi despacho. Tienes una hora como máximo, gracias.
Se escucha el pitido que indica que la llamada a finalizado. Thomas se encuentra en una especie de trance y Hunter ha salido disparado de la habitación. Se escucha como empieza a bajar estrepitosamente las escaleras.
-¿Thommy...?
-No puede ser... Lo siento, Anny... -se agarra de ambos lados el pelo-. Se suponía que nunca te conocería. Tú no perteneces a esto... Ojalá pudiera hacer algo pero si se trata de trabajo no puedo convencerle...
¿Qué? ¿quiere "reclutarme"? Imposible.
-Tranquilo, sabes cómo soy. En cuanto me vea, se echará atrás y me echará a patadas de ahí -sonrío.
-No seas ingenua -solloza-. Te hará unas pruebas y... Maldita sea, todo es por mi culpa -da un puñetazo a su pierna-. Sé que no te va a hacer daño, porque él no es así. Pero va a hacer que saques lo peor de ti...
-Tranquilo. Vamos con Hunter, ¿vale? -asiente y me sigue escaleras abajo.
Cuando llego al salón no puedo creerme lo que estoy viendo. Hunter ha destrozado casi todo... Eso me va a costar limpiarlo... Esta hecho una furia... Dios mío...
-¡Todo es por tu puta culpa! -grita y coge a Thom del cuello.
-Lo sé -contesta como puede.
-Debería matarte ahora mismo -dice cegado por la rabia-. Sucia rata, nunca debí aceptar. Nunca me has caído bien. Maltratas psicológicamente... Lo tenías planeado, ¿verdad? -le tira al sofá-. Claro, Hunter tiene por fin algo de compañía y no está corrompida, un punto débil, ¿no es así? -le atiza un puñetazo que le ocasiona una pequeña brecha en la mejilla. Yo no sé qué hacer, debo interrumpirlo antes de que lo mate-. ¡Dijiste que pondrías su vida como prioridad antes que la tuya propia!, ¡habías dicho que tú nunca salías herido!, ¡casi te matan y podrían haberla matado a ella también!, ¡encima la vas a enviar con él!, ¡vas a destrozar lo que le queda de inocencia, de vida!, ¡maldito bastardo, te voy a matar ahora mismo! -no deja de gritar Hunter.
-Jamás le haría algo así a Ann. No soy tan rastrero.
-¡Mientes! -grita-. ¡No la llames Ann! ¡no lo mereces! Así solo la pueden llamar sus amigos y tú eres un asqueroso traidor. Ella -me señala- ¡es ingenua, pura y buena! ¡JODER!
-¡Ya basta! -consigo gritar- ¡Deja de hablar como si yo no estuviera aquí! ¡y deja en paz a Thomas! La culpa en todo caso es mía, par de idiotas. ¿Quién se ha expuesto a Will? ¡Yo! -me señalo, Hunter niega con la cabeza-. Thomas, levántate, vamos a curarte eso y me llevarás con vuestro jefe. Tú no te moverás de aquí -señalo a mi secuestrador-. Presiento que si vienes será peor. Tengo una idea -sonrío.
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Enamorada del asesino.
Novela JuvenilAnabell Stone es una chica temerosa con una imaginación impresionante. Tanto que, al ser secuestrada por el famoso asesino Hunter «Kill», le da decenas de ideas sobre como torturar a sus víctimas. "Le veo acercarse con un cuchillo en su mano. Me va...