Enamorada del asesino.

39. Autoridad

-Cálmate Hunter, Sean no ha hecho nada malo -digo mirando como ambos se encaran.

La mirada de Hunter se clava en mis ojos y siento un escalofrío. Está más enfadado que nunca.

-Claro, Sean nunca hace nada malo. ¡Lo dices cómo si nunca hubiera roto un puto plato! -ahora viene hacia a mi-. No sé qué mierda te habrá metido en la cabeza, pero olvídalo ahora mismo, ¿TE ENTERAS?

Nunca Hunter me ha gritado así... ¿Qué se supone que no debo saber? Es mi pasado y me considero con el derecho suficiente a saberlo.

-¡No te atrevas a gritarle así! -interviene Sean-. Solo le he dicho la verdad de todo su pasado, ¿qué mierdas te pasa ahora? ¿crees que puedo llegar a ser tan ruin como tú por vengarme?

¿Vengarse? ¿de qué? ¿qué ha pasado entre estos dos? No entiendo nada.

Me levanto de la silla y ellos se alejan a la vez, como si no quisieran que me acercara demasiado. Una vez se encuentran en la mitad de la habitación, Hunter lanza un puñetazo a la mandíbula de Sean, este como respuesta se lo devuelve en el cachete. Ambos siguen propinándose golpes mientras yo grito que paren de una vez. Sean esquiva casi todos los golpes de Hunter, pero cuando le alcanzan su cara muestra la fuerza ejercida por Hunter. Este recibe algún golpe de Sean que no le deja impune. Tengo que hacer algo.

Casi sin pensarlo, me pongo delante de Hunter y extiendo ambos brazos para hacer que pare. Gracias al cielo no he recibido un golpe de momento. Ambos al verme han parado.

-Quítate de enmedio, Anabell -me aparta Hunter de un empujón que me lleva directa al suelo.

-Ni siquiera puedes controlar tu fuerza con ella... -chista Sean mientras esquiva a Hunter-. Menos mal que la aprecias, eh.

-¡Cállate desgraciado! -podría jurar que los golpes que lanza Hunter ahora son más fuertes... Como siga así...

La puerta se abre dejando ver al primer confidente trajeado de Kyle que he visto antes. Este coge a Hunter, poniéndole los brazos a su espalda para retenerle.

-Si quieres darle algún golpe, no me opongo -dice el grandullón.

-¡Bastardo! ¡suéltame, voy a matarlo!

Hunter se retuerce intentando soltarse en vano. Sean muestra una media sonrisa sin enseñar los dientes. Levanta el puño.

-Ya basta Sean, por favor... -digo tapándome los ojos.

Este parece entrar en razón ya que escucho sus pasos aproximándose y después, como sus brazos me envuelven en un abrazo.

-Lo siento -susurra-, han pasado muchas cosas que es mejor que no sepas, al menos de momento...

Yo me limito a asentir.

-Iros a un puto hotel -escupe Hunter-. Sí, sigo aquí para joderos la escenita. Alexy, sueltame, quiero largarme de aquí.

-Cállate ya, tío. Tenemos que esperar a...

Kyle hace su aparición.

-No me digas que os habéis peleado en mi despacho -pone los ojos en blanco-. ¿Quién ha empezado y por qué? -se cruza de brazos-. Alexy déjalo, ve a buscar a Thomas y hazle venir -Alexy con un asentimiento sale de la habitación-. Ahora vamos a sentarnos los cuatro a dialogar, ¿entendido?

Ninguno objeta nada y todos nos sentamos. Yo al lado de Kyle.

-¿Y bien...? -pregunta el jefazo.

-Fue mi culpa -dice Hunter cruzándose de brazos-, yo lo empecé porque me dió la gana.

No esperaba tanta sinceridad por su parte, pero pensándolo bien... Es Hunter, le da igual casi todo.

-Quiero saber a qué demonios estáis jugando. Desde hace unos meses no paráis de pelear. Creí que os quedó claro hace ya un año cuando os advertí que no tolero peleas entre vosotros. No puedo permitirme perder a ninguno de mis hombres, y ahora, a Ann tampoco -Kyle habla con mucha autoridad.

-Lo siento, Kyle. Es por mi maldito temperamento. Te prometo que no volverá a pasar -asegura Hunter.

-También lo siento -añade Sean-. No volverá a pasar.

Kyle asiente.

-Por supuesto que no. Os prohíbo estar en la misma habitación solos, si ocurre el caso, que uno se retire o que haya alguien más en la habitación. Si no...

Si no... ¿qué pasará?

-No te preocupes, lo entendemos -habla Hunter-. ¿Podemos irnos ya?

-Me gustaría tener una charla con mi hermano -contesta.

-Me refería a mi y a Ann -gruñe.

Kyle me mira durante un segundo y vuelve a mirar a Hunter.

-No. Ella debe enterarse de todos los asuntos de aquí. Puesto que ya te hemos escuchado a ti, puedes retirarte, más tarde te diré tu castigo.

¿Castigo? No sabía que Kyle impusiera un método de castigo...

-Te creía con más cabeza, Sean. Tienes mi misma sangre, aprende a llevar las situaciones. Hunter no es una persona fácil, no le sigas los golpes. De todos modos, revisaré la grabación -señala a una esquina de la habitación, en la que ahora descubro que hay una cámara.

Sean se limita a asentir. Parece arrepentido.

-Retírate -Sean obedece y Kyle se dirige a mi por primera vez desde la pelea-. Vamos a ver el vídeo, tú me ayudarás a escoger entre algunos castigos. No te preocupes, son solo ejercicios físicos que favorecen su rendimiento. Los elijo como castigos puesto que para ellos es algo aburrido y cansado, pero todos han pasado por ello para entrenarse. Tú debes entrenarte también...

Supongo que es verdad, mi fuerza física es más escasa que el agua en un desierto.

Kyle enciende el ordenador del escritorio, me explica que la cámara guarda cada segundo de grabación en el ordenador directamente y reproduce el vídeo. Una vez termina de verlo, suspira.

-No sé qué le pasa a Hunter con mi hermano -se pasa las manos por el pelo-. Nunca se han llevado bien pero estos últimos meses... Parece como si uno no pudiera soportar la simple existencia del otro. ¿Sabes, Ann? Siempre soy mucho más duro con Sean que con Thomas, Alexy o Hunter. No sabría decirte por qué.

-No es muy difícil de adivinar -me mira intrigado-. Con tu hermano compartes lazos de sangre, siempre ha estado contigo y no quieres que nada malo le pase, pero tampoco quieres darle favoritismo. De alguna forma, le ayudas.

-Creo que tienes razón... Por cierto, he pensado una cosa que quizás no te haga mucha gracia... -pone una mueca.

-¿Sobre qué? -pregunto.

-Al ver la actitud de Hunter últimamente y comprobándolo con el vídeo... Creo que sería conveniente que empieces a vivir sola, con otra persona o con alguien más aparte de él. Es por tu bien.