1. Mal presentimiento

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Estoy a punto de ganar mi premio a la mejor diseñadora cuando una canción interrumpe mi sueño. Wildest dreams suena por toda la habitación despertándome. Un día de estos mi móvil me dejará sorda con sus alarmas potentes.

-¡Para ya, aparato del demonio! -grito a la vez que intento parar la alarma.

Cuando consigo que se calle, me levanto y, sin darme cuenta, piso primero con el pie izquierdo el suelo.

-¡NO! No, no, no, no... No puede ser -lloriqueo.

-¿Qué pasa? -pregunta mi hermano mellizo al entrar en mi habitación.

Sí, tengo un hermano mellizo y es lo mejor y lo peor de mi vida. Es un poco más alto que yo, él sin duda se llevó mi belleza al nacer. Es siete minutos mayor que yo. Él me ama y yo le amo igual. Siempre estamos juntos, como uña y carne, pero yo tengo muy mala suerte con todo. Seguramente se ha asustado con mis gritos, pero me ha pasado algo verdaderamente malo.

-Ay Ashton, no te puedes imaginar lo que pasa -digo echándome a sus brazos, abrazándolo- me he levantado con el pie izquierdo, ¿entiendes? ¡hoy me pasará algo verdaderamente malo!

-Anabell, cálmate -dice pasando su mano por mi espalda- no pasa nada, deja de ser tan supersticiosa -me besa la frente.

Sí, mi hermano es el mejor. Pero él nunca me entiende.

-Pero Ash... Tengo un mal presentimiento... -hago un puchero.

-¿Tú crees? Mamá ha hecho tortitas. Eso nunca es malo -me sonríe con su perfecta sonrisa.

-¿Tortitas? -lo suelto y corro escaleras abajo.

Todo va bien hasta que me tropiezo con mis pies y caigo rodando.

-¡TE LO DIJE! -le grito desde el suelo.

Me intento levantar y siento un dolor horrible en la espalda. ¡Sabía que pasaría! Tenía razón... Levantarse con el pie izquierdo nunca es buena señal.

-¡No excuses tu torpeza con tus paranoias! -grita mientras baja a ayudarme- ¿estás bien?

-Sí, solo me duele la espalda -suspiro- hoy será el peor día de mi vida, lo presiento.

-No digas tonterías -me ayuda a levantarme y vamos a la cocina, con mamá.

Mi madre siempre ha sido muy alegre y algo supersticiosa, no tanto como yo, pero creo que lo heredé de ella. Al igual que su pelo castaño. Sus ojos son azules pero los míos son como los de papá y Ashton, marrones café.

-¿Estás bien, cariño? He escuchado como caías y decías algo de un mal presentimiento.

-Sí mamá, me he levantado con el pie izquierdo y siento que hoy será el peor día de mi vida -digo asustada- soy la menos suertuda del planeta, de seguro hoy moriré asesinada o me cogerán los aliens...

-Ay, hija mía. Tu siempre tan negativa e imaginativa, tu quédate tranquila. Tu hermano te protegerá.

-Sí, ya sabes, soy tu héroe -habla Ashton sonriente.

Aún sigo pensando que hoy no será un gran día... Algo me lo dice... Quizás tenga un accidente de auto, aunque solo tenga 17 años y aún no pueda conducir, pero quién sabe...

Termino de desayunar y voy con mi hermano a hacer la compra, como todos los sábados. Los únicos problemas de hoy han sido que, me he caído por las escaleras, me ha perseguido un perro asesino y un bebé que ni conozco casi me deja calva. Gracias a Ashton sigo viva. Solo quiero encerrarme en mi cuarto y no salir hasta mañana.

Llegamos a casa y, siguiendo mis ideas, me encierro en mi cuarto a escuchar música, pero mi móvil se apaga.

-¿Por qué a mí? Yo solo quería distraerme -me quejo buscando mi cargador.

Cuando al fin lo encuentro bajo la cama pongo el móvil en carga y lo enciendo. Reproduzco la música y con mis auriculares me tumbo hasta quedar dormida.

Creo que empiezo a ver a Ian Somerhalder acercarse a mi cuando escucho la puerta principal cerrarse y escucho un “ya estoy aquí” de mi padre. No lo pienso y salgo corriendo de la cama, comiéndome el suelo. Me levanto rápidamente y bajo a abrazarlo, como de costumbre.

-¡Mi niña! -dice abrazándome- hoy me han dejado salir antes -miro el reloj de la pared. Las 19:30pm, es cierto. Normalmente llega a las 22:15pm- ¿me haríais un favor? -nos pregunta a mi hermano y a mi.

Nos miramos y asentimos.

-Ashton, ¿puedes ir a la casa de la tía Katherine y decirle que venga? -él sonríe y asiente.

La tía Katherine es la mejor y hace mucho que no la vemos.

-Y tú, Ana, ¿podrías ir a sacar dinero al banco por mi? Necesito una ducha.

Le miro aterrada.

-¿Yo sola? -siento un escalofrío- no tengo un buen presentimiento sobre esto...

-Venga, hazlo por mi -pide sonriente.

Asiento frustrada y me dice exactamente lo que tengo que hacer. Salgo de casa y otro escalofrío recorre mi cuerpo. Definitivamente algo malo va a pasar.

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora