Enamorada del asesino.

32. No suena mal

-Me gustaría hacer una petición -le digo antes de que empiece su discurso-. Por lo visto vamos a tardar bastante, así que, ¿le importa si salgo a decirle a Thom que puede irse? -hace una mueca-. No me parece bien dejarle ahí fuera esperando durante tanto tiempo.

-¿Te va a esperar hasta que acabemos? -asiento-. Bueno, pues ve a decírselo.

Sin dudarlo, me levanto del cómodo sofá y salgo de su despacho. Thomas está justo en la puerta, esperando firme.

-Tardabas demasiado, me estaba asustando -sonríe-. Espera, ¿y esa cara? Ha funcionado, ¿no?

-Es muy inteligente -le sonrío-. Oye, ¿podrías hacerme un favor?

-¿Qué clase de favor? ¿qué ha pasado ahí dentro? ¿qué quieres decir? -parece confuso.

-Ve con Hunter. Ya se habrá despertado. Dile que estoy con Kyle y que no tiene nada de qué preocuparse -me mira aún más confundido-. Dice que me explicará un poco el funcionamiento de todo esto -hago un gesto con las manos-. Tardaremos un poco, así que te dará tiempo a tranquilizarle y volver. Si no lo haces, de verdad nos matará. Kyle me ha dicho que no me obligará a nada, todo está en función de lo que yo decida, y sabes que estoy totalmente en contra de matar. No hay nada que temer -sonrío con sinceridad.

-¿No me estarás mintiendo para suicidarte? -suelto una risa.

-¡Pareces yo! -me sigo riendo y él me imita.

-¿Estás segura de que ha dicho que no te obligará? -asiento-. El jefazo suele medir sus palabras para que pienses algo distinto -pongo los ojos en blanco-. Vale, ya lo pillo, también eres lista. Haré lo que dices, pero prométeme que si se pasa en algo, me lo contarás.

-Está bien, vete ya o sospechará que me he escapado -le empujo.

Sin dejarle decir nada, vuelvo a entrar y cierro la puerta a mis espaldas. Vuelvo a sentarme en el mismo sitio de antes. Kyle tiene ambos codos sobre el escritorio y sus manos están juntas delante de su cara. Parece más concentrado que antes.

-¿Conoces mucho a Thomas?

-No he venido a hablar de eso -hago una mueca, el mira hacia otro lado-. Pero no, no le conozco tanto. Solo de un par de días, pero le considero un amigo. Como ya sabe, estar secuestrada impide relacionarme. Es por eso que le considero como tal, después de meses hablando con una única y misma persona.

-¿Odias a Hunter? Ya sabes, por todo lo que te ha hecho. No tiene pinta, pero me gustaría saber un poco de ti, si quieres, cuando hablemos sobre la organización podrás preguntarme a mi, te contaré lo que quieras.

Es una buena proposición.

-No le odio -sonrío-, al contrario. Bueno, admito que al principio le tenía algo de miedo y en un par de ocasiones le he dicho que le odio, pero no. Es una buena persona, dejando de lado su "empleo". Mi secuestro no ha sido en absoluto como cualquier persona se imagina. Yo tenía completa libertad dentro de la casa, inclusive en una ocasión salí con Hunter a una fiesta y, en otra, me llevó a ver a mi hermano -hago una mueca al recordar lo que pasó-. ¿Alguna otra pregunta?

-Sí. La última, lo prometo -levanta ambas manos en señal de inocencia-. ¿Podrías contarme un resumen de tu vida antes de Hunter? Ya sabes, tu círculo de personas.

-Era bastante normal. En mi infancia, me solía juntar con un chico, no estoy segura de qué o cómo pasó, pero perdimos el contacto y mi hermano mellizo se convirtió en todo para mí. Era mi héroe, como ya le he dicho, yo soy muy torpe y cuando se trata de superstición siempre me pasan cosas malas, él me ayudaba. Tenía un par de amigas en el instituto, Claire y Scarlett -asiente-. Claire es una chica genial, se parece mucho a mi, quiero decir, le encanta leer y nos gustan las mismas series, además de compartir algunas formas de pensar. Scarlett era una aficionada a las series, siempre tenía algo que decir sobre eso, aunque lo último que sé de ella es que tiene novia, si no me falla la memoria se llama Cassie. Poco más, mis padres son geniales, mi padre es el más benevolente de los dos.