Capitulo 65

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-Detente aquí. -Dije señalando un callejón.

-¿para qué? -Dijo reduciendo la velocidad.

-ya verás. -contesté.

James hizo caso a mi indicación, detuvo el auto y me miro confundido.

-¿Qué pasa? -le sonreí y me subí a su regazo, dejándolo aún más confundido.

Me acerque a sus labios y los empecé a devorar ferozmente, este al ver lo que planeaba siguió el beso y me dio acceso a su boca, dejándome que metiera mi lengua en su interior, saboreando cada parte de su boca. Bajo sus manos hasta mi trasero y lo apretó, gemí ante sus labios al sentir el contacto de su gran polla rozándome, estaba lista, dura.

Baje mi mano hasta abajo del asiento y con un impulso, recorrí el asiento, dándonos más espacio para hacer lo que queríamos. Empecé a recorrer desde sus labios hasta su cuello, dejando un camino de besos.

-¿Qué tratas de hacer? -dijo al ver que me dirigía hacia abajo.

-ya verás. -conteste.

Me puse frente a él, abriendo sus piernas para tener acceso, subí la mano a su cremallera y la baje, James gimió al sentir el contacto y se dejó llevar por el momento, se podía ver su gran polla dura, detrás de la tela de sus bóxers, la saque y la empecé a masajear, haciéndolo gemir de pacer. Al instante de tenerla entre mis manos la metí en mi boca saboreando cada centímetro de ella.

-____ -dijo con excitación James.

Nunca la había tenido dentro de mi boca esta era la primera vez, y para serlo era espectacular, yo sabía que James tenía una polla grande pero no me había percatado de que esta no entraba toda en mi boca.

Tomo mi cabeza y la empujo más llevándome a tenerla toda en mi boca, jugué con ella, y la saboree hasta que sentí como un líquido llenaba mi boca y James soltaba un gran suspiro de placer.

Volví hacia sus labios y después de un momento nos encontrábamos de regreso a casa.

-tu boca es grandiosa. -dijo riendo.

-y no sabes lo que también puede hacer. -Sonreí y pose mi mirada en el camino.

-nunca nadie me había hecho sentir como lo hiciste hace unos momentos.

-bueno, disfrútalo, no será la última vez que lo haga.

-nena eres grandiosa ¿sabías? -me dijo.

-me lo habían dicho.

-pronto te recompensare por lo que acabas de hacer. -sonrió.

Y así con esas palabras seguimos con el camino de vuelta a casa.

Enamorada de mi padrastro -James MaslowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora