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Dinah es una mala persona, de verdad lo es.

Me encontraba entre dormida y despierta acariciando el sedoso  cabello de Lauren, quien estaba más que aferraba a mí, me sostenía fuerte, hasta dormida es más fuerte que yo. Mis sentidos de peligro se activaron cuando oí la puerta abrirse y cerrarse silenciosamente. Ciertamente esperaba a que fuera mi madre o mi papá e incluso esperaba a Sofi, pero no, era Dinah, que como siempre hace de un lugar armonioso un desastre. La condenada se me lanzó encima, como si estuviéramos en las
luchas libres, y como si eso no le bastara se quiso "acomodar"en medio de nosotras.

—Idiota— intentaba empujarla, pero nada. Lauren apenas abría sus ojos, arrugó la cara en cuanto vio a Dinah, claramente estaba confundida.

—A despertar tórtolas— que linda manera de despertarnos.

—Ya, ya, estás lastimándola— al estar aplastandome también aplastaba a Lauren.

—¡Dinah!— se quejó Lauren. Como pudo sacó sus brazos de abajo de todo el peso de Dinah y se dio la vuelta dándonos la espalda.

—No te molestes bombón, es un bonito día para hacer cosas divertidas— no sé que le pasa, se levantó de golpe y nos quitó las sabanas—. Por lo visto ya ustedes estuvieron divirtiéndose desde hace rato.

Lauren aprovechó que Dinah dejó el camino libre para acercarse de nuevo a mi, lo que me hizo entender a lo que se refería mi mejor amiga. Abrazaba su espalda únicamente cubierta con su sostén rojo, me olvidé por completo que Lauren durmió en ropa interior mientras que yo dormí con una de mis infantiles pijamas.

—Lauren— la llamé tranquilamente, tratando de evitar la mirada acusadora de Dinah.

—¿Qué?— respondió con flojera.

—Hay que levantarse— sacó su cara de su escondite, un tierno puchero adornaba sus labios.

—Tengo frío por culpa de Dinah— reí antes de abrazarla aún más—¿Puedo ponerme la pijama?

—Te dije anoche que te la usaras.

—Anoche no quería usarla, hacía mucho calor.

—Upa— dijo Dinah. Rodé los ojos como nunca antes.

—Tómala de el segundo compartimento de la mesita de noche— guardé su pijama de ratón, la que hacía de juego con la de Sofi, en ese cajón por si cambiaba de opinión.

Dinah se lanzó a la cama al estilo libre de nuevo mientras Lauren se vestía. Como soy humana, el no verla mientras estaba semi desnuda se me hizo imposible, lo peor de todo es que ella sabía que la veía, mi vergüenza a admirarla de esa manera se esfumó con todo y Dinah presente. Hablando de Dinah, es una abusadora, aprovechó que andaba distraída para jalarme los dedos gordos de mis pies.

—¡Oye!— le lancé una patada que ni la rozó— Interrumpes mi sueño y aparte me haces maldades en mis deditos.

—¿Qué le hizo a tus deditos?— pregunta Lauren toda tierna
— Le diré a Minina que le haga daño en sus dedos a ver que tal se siente— trató de poner una expresión amenazante, logró que me derritiera por ser tan tierna y querer defenderme.

Se sentó con la espalda apoyada en el espaldar de la cama, me moví a su lado y me acomodé entre sus piernas, reposando la cabeza en uno de sus hombros. 

—No hay qué llegar a tales extremos, fue una broma pequeñita— no sé a que le teme Dinah, Lauren sería incapaz de hacer algo como eso.

—A todas estas ¿Qué te trae por aquí?— jugaba con las manos de Lauren mientras le hablaba.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora