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—¿Qué tan raro sería si el tronco fuera verde y las hojas marrón?— señaló todos los arboles a nuestro alrededor.

Buscamos a Sofi y a Regina en su colegio en plan de visitar el parque; me hizo feliz ver sus caritas como se iluminaron ante la idea. Resultó muy bien, las niñas juegan y ríen en los columpios frente nosotras, tiempo tenía de no hacer esto y lo extrañaba.

—Sería normal, porque estaríamos acostumbrados a eso— uso la lógica para responder. De todas formas, si los arboles fueran como ella dice no creo que serían tan bonitos.

—Imagina que las cosquillas causaran dolor y no risa.

—Amor, las cosquillas causan más dolor que risa, por lo menos las que me hace Dinah, es como si me dejara agujeros en el estomago.

—¿Yo no hago eso verdad?— en su boca se forma un puchero. Muerdo mi labio inferior viendo los suyos, conteniendome. Por mi mente pasaba el recuerdo de sus manos sobre mi cuerpo y no precisamente haciéndome cosquillas.

—Tu mi niña, me haces mucho más que cosquillas— le sostuve la mirada unos instantes. Volví a mirar al frente, las niñas ahora estaban secreteando en la grama—¿Quieres hacer algo nuevo— pregunto con intención de no seguir con el tema de las cosquillas. La imaginación es grande y sin limites, no puedo dejarla fluir ahora.

—¿Cómo qué?— responde en un tono meloso, que me hace pensar que está provocandome.

—Montarte en un columpio, te prometo que será divertido— sin esperar su respuesta me levanté, le ofrecí mi mano para que se impulsara y se levantara también.

—Se ve algo difícil— sin embargo no se negó—, pero tienes razón, se ve como si volaras, volar si que sería divertido— le di un beso rápido en la mejilla y reí. El color de sus mejillas no tardó en aparecer, es una ternurita.

Caminamos hasta donde las niñas estaban, ahora ellas se reían y por lo que escuché hablaban sobre cosas que sucedieron hoy en sus clases, si es que jugar la mayoría del día de le puede llamar así.

—¿Sabían que Lauren nunca se ha columpiado?— me dirigí a mis hermanitas pequeñas. Su expresión era de total asombro— ¿Le enseñan lo divertido que es?

Ellas no lo dudaron, eran unas profesionales, todos sus recreos iban a los columpios. Además, ver a Lauren interactuar con niños se ha convertido en una de mis cosas favoritas. Era tan gracioso como ordenaban y advertían a Lauren, ellas parecían un par de adultas dándole instrucciones a una pequeña niña.

—Sof, tengan cuidado cuando vayan a impulsarla— las niñas se posicionaron atrás de Lauren para empujarla— Ay mi madre, que no pase nada malo. Pobre Regina escuchando las burlas de Dinah si se le va otro diente— me dije a mi misma. Tengo que evitar esas situaciones, por eso me acerco mucho más a ellas—. Buen trabajo, son un buen equipo— ambas chocaron los cinco conmigo.

—Koko cree que se va a caer— esa fue Sofi.

—Mi hermana seguro querrá ver eso— se burló Regina. Ella le tiene mucho cariño, pero no puede evitar hacer esos comentarios; lo peor es que tiene razón. El gen Hansen.

—Bueno, entonces a partir de aquí yo voy a cuidar a Lauren. Ustedes pueden seguir hablando de eso tan interesante, sin...— alargue la ultima palabra.

—Sin alejarnos, donde puedas vernos— completó la pequeña Regina.

—Vale, aprovechen que dentro de poco volvemos a casa.

Gruñieron ante la idea, a estas dos nunca les alcanza el tiempo. Le di una nalgada suave a Sofi para que apresurara su paso, es más que todo una costumbre, me gusta ver como se queja cada vez que lo hago.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora