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—¿Camila?— se levantó de golpe, pues al lanzarme a la cama por la interesante situación que concurría en nuestra habitación la desperté—¿Estás bien mi bonita?— ella cree que me he lanzado un clavado a la cama por sentirme mal.

—Lauren...— comencé con voz apagada, eso la hizo preocuparse más.

—¿Llamo a alguien? ¿Es tu cabeza de nuevo?— empieza a ponerse nerviosa.

—Lauren...

—¿Te alcanzo una pastilla? Ven, yo te abrazo y te doy un beso para que te sientas mejor. Es más, te traeré el desayuno a la cama— acelerada era como estaba. Deseaba que le respondiera pero no me dejaba hablar.

—Lauren...— vi que me interrumpiría de nuevo. Abrí mucho mis ojos y le tapé la boca, cuando entra en pánico o está angustiada tiende a hablar demasiado— ponte de pie, por favor— pedí sutilmente.

Ella lo hizo como un rayo, y al momento de estar de pie miró al suelo, luego me miró con los ojos muy abiertos y su mirada cayó al suelo de nuevo. La situación no era nada para reírse, pero las expresiones de Lauren me causaban risa. De pronto arrugó la cara, seguro oyendo algo fuera de lo usual, y su vista paró al baño. Salió corriendo a cerrar el grifo, mal hecho que yo en lugar de ir a hacer eso me desplomé rendida ante el suceso.

—¿Fui yo verdad?— ahora me daba pena verla así. Tampoco me encontraba molesta, eso le puede pasar a cualquiera, incluso a mi que soy tan despistada. Frustrada y algo estresada me sentía, interrumpieron mi preciado sueño —Fui yo— dijo luego de no obtener respuesta de mi parte—. Eres idiota Lauren ¿Cómo puedes ser tan tonta?— se regañaba a si misma, su estado anímico ser convirtió en autodestructivo—Lo secaré todo mi bonita, yo lo siento mucho, es que soy una estúpida— ahora se afligió, lágrimas se formaron en sus ojos—. Lo siento mucho.

—No llores mi amor, no es para tanto— me pongo de pie deprisa para abrazarla—.No es el fin del mundo, podemos arreglarlo.

—Pero es que yo...

—Ya está bien, en la isla no necesitabas grifos, fue un accidente. Mira, para que veas que es algo normal, cuando era niña pintaba con mis acuarelas antes de irme a dormir, yo tenía mucho sueño pero quería seguir pintando mis dibujos, y en una de esas descubriendo que me quedé dormida sentada me desperté de golpe y me eché mis acuarelas al cuerpo, a mi camisón de dormir favorito— limpié sus lágrimas con mis pulgares, su naricita estaba roja. Cielos, como adoro ese camisón—. Mi mamá se enojó, ya sabes, y yo no dejaba de llorar por mi camisón. Al final, mamá acabó riéndose de mi, me prometió que recuperariamos mi camisón y juntas limpiamos el desastre, nada malo pasó.

—Yo manché todo tu guardaropa entonces— hizo una ingeniosa observación que me provocó reír.

—Podemos arreglarlo, ya sabes, me gusta mucho lo de ordenar y limpiar— me estiré para darle un beso en la nariz. No quería hacerla sentir mal, más de lo que se sentía.

—¿Usamos la aspiradora?—  reí por lo bajo.

—No amor, no pensemos en eso ahora. Bajamos, desayunamos bien y venimos a sacar el agua. Da igual si nos tardamos un poco, el agua ya invadió gran parte— entrelacé nuestras manos para darle seguridad —. Sería hasta romántico si hubieras visto el Titanic— por su cara se nota que no tiene idea de lo que hablo—. Es una película.

—¡Oh!— pensó un segundo que decir— ¿Tiene monstruos deformes y asesinos seriales?— quería llorar, le agarró el gusto a esos géneros.

—No, es romance trágico— entra el ataque de querer darle muchos besos por la carita de culpabilidad que aún tiene—. Y no eres estúpida, tonta o idiota, eres una persona ¿Vale? Una perfecta sobre sus imperfecciones, la que puede tener un descuido o un accidente, que eso pase no significa que dejes de ser lo brillante, creativa e ingeniosa que eres. Estas cosas pasan, no estoy molesta contigo si eso es lo que crees y tampoco debes pedirme perdón.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora