57

18.7K 760 172
                                    

El orden y un brillo inmaculado fue lo primero que noté del apartamento. Nada malo que decir sobre la decoración, no es que sea experta ni critica, el tema blanco y negro está desgastado, depende de si sabes darle el contraste perfecto puede resaltar como si fuera único, y este es una de los casos en que algo cliché se vuelve clase aparte. Lo único que odié fue que el aire acondicionado viene de la ventilación, lo que quiere decir que todo el apartamento, excepto el baño, estará frío la mayoría del tiempo. No es gran cosa, el clima aquí es un poco húmedo, y si me pones a elegir este clima con el de Miami me quedo en casa, donde el sol, aunque a veces lo deteste, me de en la cara.

Lauren y Ally han desaparecido de repente, el lugar es amplio y bastante distribuido. Me tomo el atrevimiento de dejar a Will y mi mochila en el sofá, raramente no lo hago, en casa tengo un perchero para eso, pero este es otro lugar y mis pies piden permiso para dar cada paso.

Hay fotos alrededor de lo que parece ser un minibar, obviamente de Ally y Taylor, sonriendo, con hermosos paisajes, una de Ally sonriendo muy grande mientras come un waffle, variedades, y en todas se ve la felicidad real. Está esta foto, que resalta más que las otras, en esta aparece Taylor, estaba algo gordita comparado con ahora que por encima de la ropa se le ve un buen cuerpo, una pequeña Lauren con una sonrisa de boca cerrada y sus vestiduras de negro en su mayoría, incluso después de perder la memoria tiene esas tendencias, y lo que supongo son sus padres, ambos sonrientes, abrazando a sus hijas.

—Fue en su ultima navidad juntos— me sorprendió Ally. Inmediatamente con torpeza devolví el portarretratos a su lugar—. No pasa nada, puedes mirar y tocar con confianza, estas en tu casa.

—Se veían muy felices— agregué, pasando mis manos por mi pantalón—. Incluso Lauren, con esa aura oscura de niña malévola— río con un poco de tristeza para mi misma.

Lauren se veía tan pequeña y frágil. Es una luchadora, sobrevivió tanto tiempo por si misma a tan corta edad, me hace sentir muy orgullosa. Y la admiro, se convirtió en su mejor versión, desde que la conozco, estoy muy segura que desde antes también, Lauren en sí ha sido amor, alegría, a veces tristeza, optimista, comprensiva, altruista, cristalina como el agua de manantial, con un corazón inmenso, sin odios ni rencores. Lauren por lo lejos, es el mejor ser humano que he conocido.

Evito pensar en como fue esa época para ella, el pasar frío, hambre, sentirse completamente sola y echarse todo al hombro porque nadie más lo haría. Cuando la conocí el único reproche de su parte fue sentirse abandonada, nunca se quejó de haber enfrentado todo sin ayuda, o como era repudiada de aquella aldea. En una de nuestras platicas de media noche me confesó que pensando un poco, analizando, casi lo tenía todo viviendo por si misma en la isla, que se había dado cuenta de lo independiente fue, y que ese poco que le faltaba para tenerlo todo era compañía, que aunque estuviera rodeada de personas se sentía sola y se prendía en coraje por no poder recordar que cosa mala hizo para que la abandonaran a su suerte. Es el orden natural de la vida, por más que lo negamos, el amor es imprescindible, Lauren en ese momento no lo sabía, nunca lo habría adivinado con tan poco conocimiento de la vida ni por tantas veces que lo pensara; me hizo llorar mucho esa madrugada, sobre todo cuando me dijo que yo borré esa palabra casi y me convertí en todo.

Muevo la cabeza a los lados, espabilandome porque me he puesto a llorar por lo viajero de mis pensamientos y no quiero hacerlo. Es sólo que, sus historias se me vienen a la mente, las desesperantes y angustiosas, sé que eso ya pasó y que Lauren lo superó con éxito pero me queda ese dolor insostenible en el pecho, ni imaginado puedo acercarme a lo que ella vivió, sea lo que sea que haya pasado fue muy injusto, ella no merecía vivir algo así, una niña en medio de la guerra, nadie merece algo así.

—Camila— un suave susurro llega a mis oídos, al mismo tiempo una mano toma lugar en mi hombro—¿Estás bien?

—Si, yo soy así de sentimental— reí para bajar su preocupación. Sequé las lágrimas con los dorsos de mis manos, tragando fuerte por el nudo que tenía en la garganta—. Ni siquiera le llegaba a la cadera a su hermana cuando naufragó— miré de nuevo la foto—. Es un asco Ally, no puedo dejar de pensar que mientras me quejaba por cualquier estupidez ella estuviera pasándola mal, ¿Por qué no le tocó este destino a una mala persona? ¿Por qué a ella?— le preguntaba a Ally, como si ella tuviera las respuestas.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora