Mi Niña Salvaje | Camren

9

—Te buscaré una toalla para que te seques, espera aquí, y Minina también por favor— salí del trance que me causó su belleza. Tenía que avisarle a Félix que ellas estaban aquí, y si no está despierto entonces lo despertaré.
Bajo al área de los camarotes entrando sin tocar. Realmente nunca toco la puerta del camarote de Félix, nos conocemos bastante bien. Él aún estaba durmiendo bocabajo, mientras más rápido se entere mejor. No es que tener a Lauren aquí sea un problema, el problema es el puma, Minina, muero por ver su cara de terror cuando la vea a bordo.

—¡Despierte Marinero!— grité en su oído.

—¡Si Señor!— se paró muy rápido, él debe creer que aún esta soñando. Me río porque me hace acordar a la escuela donde nos hacían parar firmes como los militares. Traía su ropa interior azul solamente para vestir.

—Ponte algo que te tape eso, tenemos visitas" Hice un pequeño énfasis en la "s". Como no parecía entender nada de lo que le estaba señale a su bulto entre sus piernas—, luego subes.

Lo dejé con la baba en el rostro, le tomaría unos minutos analizar la situación como a todos cuando nos levantamos de un profundo sueño tan repentinamente. Subí a llevarle la toalla a Lauren que tomé de mi camarote; posiblemente ya se haya secado un poco con el Sol. La encontré en el mismo lugar justo como le indiqué jugando con Minina. Ella había abierto su "equipaje" y lo que pesaba tanto es que traía algunas frutas en el, traía su libro y algunas prendas para vestir. Lauren comía un mango, mientras que con su otra mano tocaba la nariz de Minina con su dedo índice.

—Ten, cubrete con esto—ofrecí la toalla. Miró indecisa sus manos, con una comía y con la otra acariciaba a su amiga. Supuse que no quería dejar de hacer ninguna de las dos cosas así que yo misma la cubrí con la toalla.

—Gracias señorita Camila, perdón, Camila— se excusó de una manera muy chistosa, tenía una mancha de amarillo en su nariz por el mango.

—¿Para que trajiste todas estas frutas? Aquí hay comida suficiente para todos— me senté al lado de Minina, en plena confianza con ella, estaba 90% segura de que no me arrancaría la mano de un mordisco si toco una hebra del cabello de Lauren.

—Es que, yo no quiero que pasemos hambre, hay tiempos difíciles, el mar es muy peligroso, hay tiburones y todo eso, los tiburones son malos, igual que las culebras, una culebra mató a Tomás hace tiempo.

—¿Tomás?

—Si, él también se parecía a un gato, pero no creció como mi minina— quizá tenía un León cachorro con ella, quién sabe. Le buscare imágenes de animales cuando tenga cobertura para saber que animales había en ese lugar y que ella consideraba sus amigos. Yo personalmente aunque me guste mucho los animales al ver a la primera arañita hubiera corrido.

—No tienes que preocuparte por la comida, aquí te aseguro que no faltara, ¿Le gusta la carne roja a minina?

—De esa y de todos los colores— solté una carcajada, menuda respuesta. Ella bajó su mirada hacia su mango, yo deje de reír, la había hecho sentir mal.

—Perdón, pero eso ha sido muy gracioso. Así se le dice a la carne en general, no quería reírme de ti, no te sientas mal— la vi inclinarse hacia el agua, lavó sus manos y su boca, luego se seco con la toalla que le di.

—Está bien— sentimientos frágiles. Echó su cabello que caía hacia adelante a un lado y se centró en Minina.

—¿Camila?— provino del otro lado del yate.

—Aquí atrás Félix— le grité de vuelta. Pasaron unos segundos antes de que oyera sus pasos aproximándose.

—¿Dónde esta nuestra... wow, qué hace eso aquí?— señaló a Minina con un dedo, enseguida el felino se puso lo que yo suponía en posición de ataque. Gruñó al verlo, creo que ellos no serían buenos amigos.