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—Mani ya casi está aquí— Dinah saltaba por todos lados. Es bueno y gracioso verla emocionada.

La fiebre de Lauren no duró más de un par de horas, y luego de eso, discutimos sobre su sueño, las cosas que las oí decir y que ella juró nunca haberlas dicho ni en la realidad ni en el sueño, pero que al menos algo bueno había quedado de la mala noche que tuvimos.

No tenemos más de un par de horas de haber llegado de visitar a nuestra pantera favorita. Desafortunadamente, no pudimos visitarla dentro de su jaula pues intentaron colocarla en el mismo lugar de su compañero y los resultados fueron buenos; sería demasiado cambiarla cuando parece adaptada a la compañía, por eso avisé que el miércoles iríamos y que por favor la cambiaran a su antigua jaula para pasar mejor tiempo de calidad con ella. No habrá problemas, Minina sabe el plan.

—Les dije a mis padres que hoy vendría alguien especial, espero y no me avergüencen— continuó mi mejor amiga.

—Con seguridad lo harán— afirmo yo—. Será muy divertido ¿No crees amor?— Lauren y yo estábamos disfrutando esto.

—Sin duda— le dedicó una sonrisa maliciosa. Me encanta.

—Me las van a pagar— cree que le tenemos miedo, somos dos contra uno. Hasta que llegue Normani.

—Huele delicioso— hundo la cara en la almohada. Tengo mucha hambre y un olor a no sé que proveniente de la barbacoa me está volviendo loca.

—Gracias, estoy usando un nuevo shampoo— Dinah dijo de la nada.

—La comida idiota— la mayoría del tiempo que me la paso con mi Chinita mis ojos se ponen blancos al menos una vez.

—Tienes un buen pedazo de carne aquí mismo— le dió una nalgada a mi novia y se levantó apresuradamente pues sabía que mi pie aterrizaría en su cara.

—¡Auch!— se quejó Lauren— Uno de estos días me voy a cansar y te voy a devolver el golpe— mejor que se cuide y lo tome en serio.

—A nadie le importa tu dolor bombón, NORMANI ESTÁ AQUÍ— aveces me asustaba cuando gritaba de la nada, como ahora. Salió corriendo a verse en el espejo y después hacia la puerta.

—Deberíamos bajar también— digo mas no me muevo.

—Baja primero, iré al baño— pienso si debería esperarla y entre el olor de comida y la llegada de Normani bajar no era una opción.

Me apoyo en el marco de la puerta que da a la piscina. Las niñas ya estaban jugando a ser sirenas con sus flotadores y demás cosas inflables. Mi padre conversando a gusto junto con Gordon, asando la carne, y una buena imagen de mi madre y Milika intercambiando palabras. Sin restarle importancia a que andan en su mejor look tropical, quiero robarle esos lentes de sol a Gordon. Dinah y Normani no aparecen en esta ecuación, deben estar haciendo tiempo para manosearse.

—Estorbas hormiga culona—  como siempre Dinah tan sutil conmigo. Le di permiso sólo porque traía una caja en sus manos y se veía algo pesada.

—Normani, hola— la abracé como saludo. No quiero sonar racista ni nada pues considero que a las personas de piel oscura no le van ciertos colores, en este caso el amarillo que hace una excepción en la no-novia-pero-casi de mi mejor amiga, definitivamente le va.

—Que gusto volver a verte y estar aquí— correspondió a mi abrazo. Tenía una bolsa en mano con algo frío dentro, supongo que ha traído lo que le pedí.

—Lauren y yo como que medio lo planeamos todo— la miré divertida, el plan cupido sigue en marcha—.Sigueme por favor, va a ser raro para ti y divertido para mi lo que va a pasar— la verdad ella se veía relajada.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora