Mi Niña Salvaje | Camren

17

Nos sentamos en las sillas altas de la barra. A Lauren no se le escapa ni un detalle, no me habló de todo lo que compró, pero me contó desde el viaje en auto con Dinah, que por cierto ya que se me ha pasado todo le daré su merecido por hacer tantas imprudencias al volante. Me contó que comió pizza hawaiana y que probó la coca cola, me reí demasiado cuando me dijo que había eruptado fuertisimo en el restaurant, por supuesto que ella se molestó, cosa que no le duró mucho porque la abracé y me disculpe con ella. 

La peor parte del día según ella, aparte de extrañarme a mi y a Minina, cosa que me derritió el corazón, fue cuando le depilaron las cejas, recordé el vídeo que tenia en mi móvil y me reí lo más discretamente posible. Acusó a Dinah de no querer cargar las bolsas ni de compartir su merengada con ella, es otra cosa en mi lista de cosas para reclarmarle a Dinah Jane.

—No importa si te dolió al momento, las cejas te quedaron impecables— bajé de mi silla, tomé el rostro de Lauren en mis manos, tiene las cejas más hermosas que he visto.

—¿De verdad?— asenti  ¿Por qué dudaba de lo bien que se veía?— Dinah no me dejaba hablar con nadie, pero conocí a personas muy amables, Luke el joven de la tienda de ropa interior, Gina y George de la estética y ese chico Darren de la feria de comida— Dinah no me dijo nada de ningún Darren.

—Eres una chica muy atractiva, es normal que llames tanto la atención. Y debo darle crédito a Dinah, hay personas malas que pueden aprovecharse de ti.

—Eso fue lo que me dijo ella, y me prometió que eso cambiará y que podré hablar con más personas luego— Lauren se creía todo lo que le decían y eso era una desventaja, me gusta mucho su inocencia y su actitud de niña, pero no se puede negar que le hace falta algo de malicia.

—Que bueno que lo entiendas, yo también te prometo lo mismo, es cosa de que te acostumbres un poco a la vida de aquí— volví a tomar su cara entre mis manos, viendo a sus ojos específicamente—. Y tus ojos resaltan más, tienes unos ojos preciosos.

—El negro es mi color ¿No?

—Si que lo es— nos quedamos mirando por segundos o minutos, no lo sé.

—Dinah también dijo que era una pasiva ¿Qué es ser una pasiva?— no hace nada bien, ya va a ver lo que le espera. ¿Cómo responderle sin que se relacione con lo sexual?

—Pasiva es una persona tranquila, que se deja dominar— creo que está es la definición más neutral que le pude encontrar al momento.

—Yo no soy pasiva, no me gusta que me dominen, cuando dominaban a un animal lo mandaban al sueño eterno— sus comparaciones son excéntricas.

—Está bien, no eres pasiva.

—¿Me dirás que es prostituta?— curiosa Lauren. Así deben sentirse los padres cuando le dan las charlas sobre sexualidad a sus hijos.

—Aún no, hay que contarte algunas cosas antes de explicarte eso.

—Por favor no uses a la cigüeña— entró Dinah, sorprendiéndome un poco, me separé de Lauren, estábamos tan cerca y no me había dado cuenta.

—¿La cigüeña?— preguntó Lauren confundida.

—Si, la cigüeña, ¿No estamos hablando de sexo y esas cosas?— agarrenme que la mato.

—Dinah cierra la boca antes de que te la cierre— no quiero parecer agresiva ni hacerle creer a Lauren que lo soy, pero su comentario estuvo tan fuera de lugar.

—Está bien Mila, yo no digo nada más— se estaba riendo de mi en mi cara ¿Se cree que no puedo hacerle nada porque es más alta que yo? Ya verá.