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Flashes. Labios con sabor a champagne.

Con todo el silencio que había oí claramente una copa quebrarse. Me separé jadeando, todo mi cuerpo está tan caliente, sentía tanta adrenalina, apuesto lo que sea a que puedo saltar de un edificio a otro. La besé frente a todas estas personas y realmente no me importa, no me importa porque ella me encanta y no pienso seguir ocultándolo.

Admito que no fui de lo más delicada al besarla, con la furia que tenia adentro por ella besando a Félix y mi madre dando la noticia de mi falso compromiso puede que le haya mordido los labios un par de veces; el sabor del champagne y su labial siguen en mis labios.

Ella también jadea con sus labios rosados entreabiertos por una sonrisa, sus mejillas coloradas y sus ojos brillantes que no dejan de ver toda mi cara, no puedo quitar mi mirada de ella y no tengo idea de lo que esté pasando a nuestro alrededor. Tampoco me importa si lo nuestro nunca sucede, si muero ahora moriré feliz.

—Mila— Dinah me llama y vagamente le pongo atención— ¡Ey Mila!— me golpeó en la frente con su mano mutante.

—¿Qué?— respondí de mala manera, no tiene que pegarme.

—Tu mamá, se ha desmayado y no reacciona.

Supuse que eso pasaría, esto es demasiado para ella como también lo es para mi, lo he intentado todo y de todas las maneras posibles decirle que no controle mi vida. Un compromiso serio a nuestras espaldas, e incluyo a Patrick, es demasiado, rebasó el límite y quedarme de brazos cruzados ya no era una opción.

—¿Dónde está?— por fin le respondí luego de analizar brevemente la situación.

—La llevaron en una de las ambulancias al hospital donde estuviste cuando tu accidente— ¿Cuanto tiempo pasó?

—Ehh... bien, iré a verla— acariciaba el rostro de Lauren, ella pasaba su pulgar por mi frente justo donde Dinah me golpeó—. Préstame tu auto— le dije a Dinah. Al instante levantó su mano con las llaves, aparte de que también me dio mi bolso con mis cosas, es como si lo hubiera planeado todo desde el principio. 

—Me iré con Normani en su auto,  nos vemos allá, ni loca me pierdo esto— abrió sus brazos y yo la abracé—. Tú, bombón, la misión ha sido todo un éxito, dame cinco— chocaron las manos, Dinah toda sentimental la abrazó contra sus pechos. Preguntaré que misión en esa de la que hablan, no me huele a nada bueno.

—La vas a ahogar Dinah— Lauren ni protestaba, se veía muy a gusto la condenada—. Despideme de todos— le lancé un beso y tomé la mano de Lauren.

—También aprovecharé para invitarlos a tu funeral. Si es que no mueres tenemos varias conversaciones pendientes.

Las personas por el "espectáculo" que di se iban poco a poco, dando por acabada la fiesta de este año con un material jugoso sobre mi familia. Conociendo a Dinah seguro que mandó a aparcar su auto en la letra B del estacionamiento y no me equivoco. Desactivo la alarma con el control y abro la puerta para Lauren. Soy tan idiota. Lauren no se ve de lo más feliz, tampoco al borde del suicidio pero algo le pasa.

—¿Estás bien?— cerré lo poco que abrí la puerta del copiloto. Se mordió el labio y bajo la mirada— Puedes contarme, no importa si crees que pueda ser estúpido, estoy dispuesta a escuchar.

—¿Fue mi culpa? Que la señorita Sinuhe esté en ese feo hospital— la culpa es una desgraciada q afecta a Lauren, siempre cree que hace las cosas mal cuando ella es una pieza más en el juego.

—No, no fue tu culpa mi niña, esto pasaría tarde o temprano— traté de imitar su expresión triste acompañándola con un puchero—. No hagas eso.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora