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Invoqué a Regina, quien apareció al instante de nombrarla. Regina era más reservada y tímida que el resto de su familia, si no es porque se parece tanto a los miembros de la familia Hansen diría que la adoptaron.

—Mira Mila, se me cayó uno de mis dientes— me mostró su dentadura pronunciadamente —Dinah me dijo que si dormía con la boca abierta se me iba a meter una araña por ese hoyito ¿Eso es cierto?

—Claro que no dulzura, Dinah lo dijo para asustarte— Regina le sacó la lengua a su hermana, Dinah como la mujer adulta que es le sacó la lengua también—¿Colocaste tu diente bajo la almohada?

—Si, el hada de los dientes vino y me dejó dinero. Dinah me dijo que el dinero que me deje el hada se lo debía dar a los hermanos mayores— miré a Dinah con desaprobación.

—No tenía con que pagar la pizza— esa excusa no me es válida—. Ella también comió, que no se queje— Milika no dijo nada, a ella no le parecía grave ese tipo de cosas.

Grave fue aquella vez que Dinah se comió el pie de limón de Regina y la pequeña casi le quita un ojo a Dinah con el tenedor, Milika les gritó a ambas en ese idioma que nunca logré entender y se acabó la pelea, bastante agresiva que resultó ser la pacífica Regina, no le gusta que le hagan molestar y mi mejor es experta en sacar de quicio a las personas. Terminaron abrazadas y diciéndose lo mucho que se querían, Dinah ama a Regina, pero dice que necesita un poco de acción de pelea con su hermana para que su vida tenga sentido. 

 —Dulzura quiero que conozcas a Lauren, es una amiga— Gordon y Milika se rieron, Milika le golpeó el brazo como si hubieran oído el mejor chiste.

—Hola— saludó con la voz Regina al mismo tiempo que la saludaba con la mano.

—Hola Regina, que bonita eres— Lauren tenía cierta afinidad con los niños, no estuvo cohibida cuando conoció a Sofi y tampoco lo está con Regina—¿Cuantos años tienes?

—Tengo seis y puedo ir al baño sola— respondió Regina muy orgullosa.

—Toda una mujer— murmuró Dinah al otro lado de la mesa. Seguro estaba celosa de que Regina no le había prestado atención.

—Eso es excelente, oye ¿Conoces a Sofia?— ahora las dos parecían animadas, Lauren es toda una niña.

—¿La hermana de Camila?—mi niña salvaje asintió con pequeña sonrisa—Ella va a la escuela conmigo, pero su mamá no deja que juguemos a las muñecas, le oí decir que no puede tener dos demonios en la vida de sus hijas— inocente Regina, que de seguro no sabe mucho sobre el significado de esas palabras.

—Eso es muy triste— Lauren hizo un lindo puchero—. Seguro que ya se le paso eso a la señorita Sinuhe ¿Podemos llevar a Regina a tú casa para que juegue con Sofia?— se dirigió mi con su puchero, Regina también puso sus ojos de gato esperando mi aprobación.

— Claro que si— ¿Cómo negarme a esto? Se ve tan linda manipulandome que no me importa.

—Gracias— me dio un beso en la mejilla, mejilla que quedó cosquillando segundos por el contacto que producían sus labios. Me estaba mareando,han sido demasiados besos hoy

Si Lauren va a agradecerme con un beso en la mejilla por todo lo que haga espero poder tener la resistencia para no girar la cara y hacer que me bese, porque sus labios son muy suaves, y Dios ¿A quien intento engañar? Quería besarla en la isla, en aquella laguna donde me había sorprendido a mi misma por ese deseo absurdo de querer probar sus labios.

Por más ganas que tuviera tenía que tragármelas, no voy a hacerle eso por mi deseo repentino de besarla ni por la increíble idea de que me guste, no se lo merece, no merece que la confunda ni que influya en sus decisiones sobre gustos cuando ella tiene que descubrirse por si sola.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora