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Día 4: Aún no concilio el sueño sin ella.

Por más dramática que suene, me cuesta dormir sin Lauren a mi lado. He logrado dormir en las madrugadas después de dar muchas vueltas en la cama pero no es lo mismo. Sé que siempre logro dormir después de la media noche.

Estoy entre dormida y despierta, ya casi agarro el sueño. De repente siento un peso sobre mi, la reacción que tengo es la normal en mi caso ¿Qué harías si después de la media noche algo se te monta encima? Hacerse en lo pantalones es una opción, como gritar es otra. Soy una miedosa y me quedo de piedra sin hacer nada, no puedo ni gritar del miedo y ni en juego abro los ojos.

Cuando el peso que tengo sentado en las piernas se acuesta a abrazarme reconozco su olor. Es mi niña salvaje, con mi camisa gigante de Jimmy Neutron que le di roseada de mi perfume. Me calme poco a poco, sólo era Lauren que de seguro no podía dormir. Y no sé si estoy volviéndome loca, pero cuando se ha acostado he sentido su calor corporal a millón.

-Me asustaste- sale de mi boca, ella toma la posición inicial sentada en mis piernas- ¿Pasa algo?- No veía nada mas que la ilusión de su silueta.

-¿Has soñado cosas que no has hecho?- Debe haber tenido una pesadilla, lo que es seguro que ella si dormía, es fácil saberlo por su voz. También me integro, apoyándome en el espaldar de la cama con ella sentada en mis piernas.

-Todo el tiempo- con mi mano consigo su rodilla, ella bajó su mano hasta la mía, estaba muy caliente como toda ella.

-¿Sientes las cosas que te hacen en el sueño?- de seguro soñó que le han disparado o algo, esas cosas se sienten reales

-Por supuesto. Una vez, soñé que una anaconda me mordió la pierna y cuando desperté mi pierna se sentía muy rara, me ardía- como ese hay muchos sueños donde me hacen daño y al despertar se siente de esa manera.

-Todo mi cuerpo está ardiendo- rectifico lo que dice. Ella está un poco sudada, y tiene una temperatura muy alta.

-¿Te sientes mal? Creo que te dará fiebre- toco su frente, tal vez esté exagerando.

-Me siento bien- retiro mi mano de su frente- ¿Quieres oír mi sueño?- lo dijo casi en susurro.

-Soy toda oídos para ti- pensé en asentirle, pero dudé al final porque quizás ella no podía verme.

-No sé cuanto tiempo duró, parecían horas- comenzó su relato-. Tu y yo, estábamos en un lugar que nunca he visto, con paredes de madera. No podía oír lo que hablábamos, pero si ver todo lo que hicimos.

-¿Qué hicimos?

-Nos besamos mientras nos quitabamos la ropa la una a la otra- que no sea lo que estoy pensando-, y de la nada apareció una cama donde nos acostamos, abajo de las sabanas, podía verte y tocarte como he querido. Te movías encima de mi mucho, muy rápido y me gustaba- Oh Dios-. El sueño se ha acabado y estoy tan excitada ahora Camila.

No supe que responder exactamente, todavía no he aprendido a actuar en situaciones donde ella me deja sin habla por las cosas que salen de su boca.

-Te desnudé en mi sueño, te toqué tanto como quise. Tienes un cuerpo asombroso, real o no, eres hermosa- sus palabras eran como los anzuelos a los peces, por más que sepas las consecuencias quieres tenerlo a cualquier precio.

-Fue sólo un sueño- intento cortar todo antes de que continúe.

-Para mi se sintió tan real. Sé que deberíamos respetar la casa y a la familia, pero justo ahora quiero ser tan irrespetuosa contigo- sentí su aliento caliente sobre mi rostro-. No voy a arrepentirme, lo prometo- fue lo que dijo antes de besarme.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora