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Comida árabe.

Amo la comida árabe, más cuando tengo tanta hambre que podría comer la carne cruda. La decoración del restaurant es hermosa y no pasa desapercibida de Lauren, que mira todo con gran admiración.

—Me gusta este lugar, es muy lindo— jaló de mi mano, emocionada, casi me saca el brazo de tanta emoción—. Mira esa fuente, ¿Esos son peces reales?— reí por lo adorable que se veía.

—Si, pero no puedes pescarlos— advertí seriamente, Lauren tiene un gusto obsesivo con los animales—. Venga, vamos con Dinah y Normani.

Fuimos de la mano esquivando algunas mesas, nos ganamos algunas miradas, pero no me importa, lo único que me importa ahora es comer, y hacer feliz a mi niña salvaje. Normani se ve increíble, no es que me fije en todas las mujeres, pero Dinah si que tiene buen gusto. Trae un vestido blanco con franjas negras ceñido al cuerpo, hace juego a una chaqueta que reposa en su silla, su cabello corto deja lucir un llamativo collar y definitivamente tengo que preguntarle donde ha comprado esos zapatos.

—Hola, buenas tardes— nos introduje a Lauren y a mi puesto que Dinah estaba tan atenta a lo que le decía Normani que ni se enteró de que llegamos a la mesa.

—Camila, que gusto verte ¿Cómo has estado?— se levanta Normani de su asiento con mucha energía a abrazarme.

—Excelente, ¿Qué tal tu?— respondí a su abrazo. Ella es tan alta como Lauren, y con esos tacones le llego apenas al cuello.

—Oh ya sabes, tratando de sobrellevar todo, distribuir mi tiempo e incluir buenas personas a mi vida es una prioridad ahora— no disimulaba, en cuanto dijo lo de incluir buenas personas miró a Dinah sin descaro—. Lauren, deja de ser tan tímida— abrazó a Lauren de la misma manera efusiva que lo hizo conmigo—. Me encanta tu cabello, es tan salvaje— hizo reír a Lauren, quien enseguida se sonrojó.

—Gracias— respondió mirando sus manos, está nerviosa—. Se ve muy linda señorita Normani— esta vez hizo reír a Normani.

—Eres un encanto— a Lauren no le gusta que le digan ese tipo de cosas, pero a Normani no le reclamó nada.

Mi móvil, el cual conseguí bajo la cama prácticamente desarmado, sonó en mi bolsa. Miré a Dinah, quien sospechosamente traía su móvil en sus manos.

—¿Nos sentamos?— las invito amablemente.

Saqué la silla para Lauren, y al momento de sentarme busqué mi móvil en mi bolsa, me encanta que las sillas estén extrañamente juntas.

De Dinah:

Lauren tiene a todos a sus pies ¿Cómo compito contra eso?

Miré a Dinah con cierta burla, Lauren no hace nada intencionalmente, ella llega y de inmediato llama la atención de todos.

Para Dinah:

No sabría decirte con exactitud, yo caí y estoy babeando por ella.

Cuando guardo mi móvil de nuevo tengo la mirada de Lauren encima. Estos últimos días he mensajeado mucho con Patrick, a ella no le gusta que hable tanto con él, pero no le veo celos cuando me lo dice, además de que le dejé claro que fuera de nuestra relación no oficial ambas tenemos derecho a tener amigos, lo que ella recibió muy bien. Y la quiero a ella, si Patrick quiere salir a pescar que se muera esperando a que pique el anzuelo.

Lanzo un beso al aire en dirección a Lauren y ésta me sonríe. Señalo el menú y ella toma el suyo, lo abre y a medida que va leyendo arruga su cara, sin entender que platillos son esos. No contengo la risa y la dejo salir, se ve adorable cuando se concentra tanto en algo.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora