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-Dale un poco de espacio hija, se ha disgustado con lo que he dicho- me detuvo la señorita Sinuhe cuando me disponía a ir en busca de Camila.

La verdad no entiendo mucho de que van las apuestas y de porqué mi bonita se ha molestado tanto. Me dejó muy preocupada, pero si la señorita Sinuhe decía que lo mejor era darle espacio es porque era cierto.

-Que lindo ¿Lo han comprado hoy?- tocó a mi delfín, el que Camila me regaló.

-Si, se llama Will y es suavecito- abracé a Will, es bueno dando abrazos -. Hoy hicimos cosas muy divertidas, probé la comida árabe y el smoothie de mango, me gusta mucho el mango- no sé por qué la señorita Sinuhe me miraba y me sonreía de esa manera.

-Suena encantador- acarició mi cabello, me gusta que haga eso-¿Entendiste algo de lo que les dije a ti y a Camila?

-No mucho realmente, no entendí por qué se ha ido- me siento como un indio, así me dijo Dinah que se le decía.

-Seguro debe creer que he forzado a que algo pasara entre ustedes anoche, de verdad que no busco perjudicarlas de ninguna manera y admito que la apuesta con su padre ha sido innecesaria e inmaduro de mi parte- se ve arrepentida, le creo lo que dice.

-Yo lo hice porque quería, ya no podía aguantarlo- luego de decir eso tapé mi boca, no es apropiado que diga esas cosas.

-No te cohíbas, no tendremos la mejor relación tu y yo pero siempre puedes recurrir a mi por lo que sea- recosté mi cabeza en el espaldar del sofá-. Sé que es difícil Lauren, pero puedes confiar en mi, tanto como yo confío en que querrás y cuidarás de mi niña.

-Lo haré señorita Sinuhe- dije sinceramente-.Y si tengo alguna duda puedo...- no terminé la casi pregunta, es un tema incomodo y vergonzoso.

-Sólo si quieres-esperó un poco a ver si decía algo-. Bien, no pasa nada. Ve en busca de Camila a contentarla, no debería acostarse molesta y sin cenar- tiene toda la razón, debo cuidar y hacer feliz a mi bonita como ella me hace a mi.

Le doy un abrazo a la señorita Sinuhe, que no es tan mala después de todo y salgo corriendo a buscar a mi Camila. No vi a nadie en toda la casa y es muy raro, a esta hora Sofi siempre está corriendo por los pasillos y el señor Alejandro llega de su trabajo.

Toco su puerta y paso, la cierro esta vez y hasta le pongo seguro, Sofi suele entrar de sorpresa y no sería bueno si entra y me ve dándole un beso a Camila. La encuentro sentada en su cama, tiene las piernas cruzadas y creo que mira la pared. No entiendo mucho lo que le pasa pero quiero que me lo cuente para hacer algo que la haga sentir mejor.

-Bonita ¿Qué tienes?- me senté a su lado, aún así no me miró-¿No quieres hablar? Will y yo nos preocuparemos mucho si no dices nada- tampoco funcionó.

-¿Me alcanzas las pastillas de mi bolsa por favor?- debe dolerle la cabeza y ha de sentirse mal.

Dejo a Will en su mesa de noche y alcanzo su bolsa la cual está cerca de la puerta de su habitación, eso es raro, Camila es muy ordenada con sus cosas. No sé cual quiere exactamente, por eso les llevo las tres tabletas diferentes que tiene y ella elije las azules.

-Deberías descansar un poco ¿Te traigo la cena?- si se sentía tan mal como se veía era grave. Acaricié su cabello, por la parte de sus puntos donde está algo rapado.

-No quiero comer nada- y se oía tan apagada, como si no tuviera fuerzas. A ella le gusta mucho comer, y me preocupa que no quiera hacerlo.

-Entonces tampoco yo, me quedaré aquí contigo hasta que estés mejor- entrelacé nuestras manos, me encanta como se siente aquello, al mismo tiempo es todo un desastre lo que siento por ella.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora