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Toqué antes de entrar, sabía que ella se encontraba en el despacho. Papá se alarmó en cuanto vio mi mejilla, se veía realmente molestó y creo que se han peleado.

—Mamá— limpió sus lágrimas antes de levantar la cara y sonreírme—. Lo siento, no quería que discutieran por esto.

—Estoy segura de que lo arreglaremos, eso no es importante ahora—señaló el asiento de su lado—. Quiero  escucharte Camila, todo lo que tengas que decirme— tanto que esperé y ahora no sé por donde empezar.

Me transmite algo más de confianza, no se ve como esa mujer imponente, parece vulnerable e incluso su tono de voz es más suave.

—Siento que controlabas todo, ahogada es como me sentía y a pasar de los años me consumía, parecías inconforme con todo lo que lograba y no me dejabas hacer lo que me gustaba— crucé mis piernas en busca de comodidad—. Con todo y eso me sorprendió cuando no me dijiste ni un pero la vez que les comenté que quería viajar antes de la universidad.

Era un idea loca la que se me ocurrió, quedé admitida en varias universidades luego de graduarme, UMB era una universidad que consideraba, un nuevo comienzo en Boston se oía tentador. Eso sí, mamá por alguna razón no interfería en mis decisiones de estudio, lo que es realmente un alivio. 

—Era tu regalo por graduarte con  honores. Reconozco que he sido muy estricta contigo, y tienes toda la razón de sentirte así, pocas veces consideraba lo que querías por creer saber que es lo mejor para ti—soltó una risa amarga y miró a algún punto en la pared—. Debes verme como una mala persona"

—Claro que no mamá, eres una excelente persona, un poquito mandona y estricta, tal vez controladora, pero nunca he visto malas intenciones en ti— cambié el cruce de mis piernas—. Siempre he obviado las cosas con respecto a tus decisiones sobre mi porque sé que no lo haces por mal, créeme que muchas de las cosas que me hiciste aprender  me han sido útiles, pero cuando anunciaste ese compromiso frente a todos fue como... el límite de todo— con mis manos simule una explosión.

—¿Te hice explotar?— rió de no se qué, ella trataba de no reírse tapando su boca—Me hiciste terminar en el hospital.

—Eso no es nada para reírse, me preocupe mucho por ti— no sabía que tendría este sentido del humor—. No pretendía hacer tal espectáculo frente a todos, de por sí antes de tu repentino anuncio ya estaba molesta, y cuando anunciaste mi compromiso actúe impulsivamente.

—Fue un tremendo error haber hecho eso, lo vi en sus rostros, yo pensé que esta vez había acertado con Patrick. ¿Estabas molesta antes del anuncio por mi?— lanzó la pregunta inesperada.

—Para mi sorpresa no— hizo mala cara—, era otra cosa que vi lo que me hizo molestar— respiré hondo—. Celos— reconocí en voz alta, de tan sólo recordarlo me dan ganas de ahorcalo hasta que se ponga morado

—¿Celos de qué, de quién?— no sé si absorbió toda la información que le grité en mi habitación.

—Pues Lauren besaba a Félix, te juro mamá que quería arrancarle la cabeza— con mis manos hice como si estrangulara a alguien—. Esta es la parte donde tienes que mantener la mente abierta— la preparo, mamá a veces es bastante despistada, de ella lo heredé —. Sentí celos de Félix porque quería ser él en ese momento, me gusta Lauren, me gusta mucho. Fue una locura, porque después terminé besándola frente a todos.

A partir de este punto eran dos las situaciones, es poner voluntariamente la otra mejilla para la cachetada o esperar qué extienda sus brazos y me lance a ellos. Nunca he visto a mamá en posición de homofóbica, claro que no es lo mismo a que la hija de una de tus amigas sea lesbiana a que tu hija lo sea, es como empezar desde cero en lo que imaginaste para tu hijo en su futuro en el tema de construir su propia familia. No me identifico por completo con la etiqueta de lesbiana, sólo sé que Lauren me encanta.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora