28. Loki pt. 2🔞

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Título: Perdida por el castillo.  Parte 2. 

Loki Laufeyson

⚠Advertencia: contenido sexual explicito, lees bajo tu propio riesgo⚠ (͡° ͜ʖ ͡°)  🔞

Comentario: Admiremos el gif en multimedia (͡° ͜ʖ ͡°)

◇◇◇

Luego de escuchar a Loki diciendo eso, desapareció. Trataste de no darle importancia por lo que te fuiste a algún lugar donde hubiera más personas, no querías que Thor te encontrara con él luego de que él mismo te advirtiera sobre su hermano.

[...]

Ya era de noche por lo que te encontrabas en la habitación que Thor te había asignado. Aún no había rastro alguno de ambos hermanos por lo que simplemente leías en la tranquilidad de tu cama.

Tu tranquilidad se vio afectada cuando unos golpecitos en la puerta interrumpieron tu lectura. Te levantaste caminando hacia allí esperando encontrarte a alguien, pero no había nadie. Miraste hacía todos lados del pasillo buscando rastro de alguna persona, pero nuevamente no encontraste nada.

Un carraspeo detrás de ti hizo que te imaginaras quien podría estar ahí.

—Pequeña midgardiana, ¿no te dije que vendría? —preguntó con una sonrisa recostado en tu cama.

—No, no lo mencionaste. Aunque lo creí bastante obvio, ¿no crees?

Él rio mientras se levantaba del lugar dónde estaba, paseándose por toda tú alcoba. Sostuvo entre sus manos el libro que leías inspeccionándolo levemente antes de volver a depositarlo en la mesita de noche.

—Puedes acercarte, no muerdo —rio animándote a ir hacía él.

—Estoy bien aquí.

Loki rodó los ojos y prontamente comenzaste a caminar hacia él, ¿la razón? Al parecer ninguna, ya que no eras tú la que controlaba tus piernas.

Cuando estuviste frente a él, Loki volvió a sonreír con esa típica sonrisa sarcástica que siempre tenía en su rostro. Aquella sonrisa que lucía como si él fuera alguien superior y vaya que lo era.

¿Pero acaso eso le daba el derecho de ir creyéndose mejor que los demás?

De igual manera encontrabas eso irritante, pero a la vez irresistible.

—¿Por qué parece que siempre consigues lo que quieres? —preguntaste.

—Porque cariño, yo siempre obtengo lo que quiero —acarició levemente tu rostro.

—¿Qué es lo que quieres ahora? —preguntaste, pero más bien debías hacerte la pregunta a ti misma.

¿Qué querías?

Los pensamientos que ahora corrompían tu mente eran sumamente fuera de lugar, lo observaste en silencio por primera vez desde que había entrado.

Ya no tenía sus típicas ropas reales con las que se paseaba por todo el castillo, ahora más bien tenía ropa fina para dormir. Ropa que lograba marcar en todos aquellos lugares donde tus ojos hambrientos querían llegar.

—¿Me das tu absoluto permiso para poder tocarte a mi merced y de esa forma lograr llevarte al paraíso? —susurró en tu oído.

Sólo al oír aquella tentadora propuesta sabías que como siempre, Loki conseguiría lo que quiere sin embargo hay que admitir que no sonaba nada mal para ti tampoco.

—¿Ahora vienes con las preguntas? —rodaste los ojos—. Sabes que de todos modos me harás tuya— le dijiste obvia.

—¿Qué tendría de divertido moverte a mi gusto si tú tampoco disfrutas, amor? —su aliento chocando con tu cuello ya estaba llevándote lentamente a perder la cordura.

—Touché —dijiste cerrando los ojos a la espera del toque del Dios. —No me harás rogarte, ¿verdad?

Escuchaste como él rio antes de unir sus labios con los tuyos. Sus manos frías fueron colocadas a cada lado de tu rostro haciendo que te estremezcas ante tal contacto.

La poca cordura fue mandada al diablo cuando Loki beso tu cuello, comenzando de a poco a quitar el vestido que tenías. Ayudaste a que aquella acción fuera concretada más rápido mientras él sacaba toda su ropa también.

Sus manos recorrieron tu ahora cuerpo desnudo al mismo tiempo que delicadamente te empujaba hacia la cama.

Bastaron los besos de Loki por todo tu cuerpo para hacerte sentir mil y una sensaciones que hacía tiempo no sentías. Tomaste al Dios de las mejillas besándolo, dejando que su lengua se adentré profundizando el beso.

Tu mano bajo por todo su abdomen buscando darle placer también, sin embargo, él tomo delicadamente tu mano.

—Iremos lento amor —susurró en tu cuello—. Déjame disfrutar de tal regalo divino, el cual eres tú —tras decir eso besó nuevamente tus labios.

Eso posiblemente haya sido lo más dulce y cursi que te hayan dicho, lo que menos esperabas era que tales palabras salieran de los delicados y fríos labios del Dios de las travesuras, pero así fue.

Decidiste dejarte llevar por las manos de Loki, dejando que el toque y bese a su propio ritmo.

De a poco la habitación subió su temperatura y lo único que se escuchaba eran sus gemidos al momento de penetrarte suavemente.

Loki estaba disfrutando esto como jamás lo había hecho, no estaba muy seguro por qué quería ir tan lento y ser tan cuidadoso contigo, pero tampoco le importaba. Sólo quería disfrutar de hacerte suya.

El vaivén de sus caderas repetidas veces los estaba llevando a la gloria. Imposible de acallar sus gemidos de placer recurrieron a besarse nuevamente tratando de apaciguar los gritos que necesitaban soltar al momento de estar llegando al clímax total.

Loki trató de ir más profundo, queriendo nunca hacerte olvidar esa noche. No quería que olvidaras cómo él te había hecho suya, cómo lo gozaste.

Así fue como tras fundirse, convirtiéndose en uno solo, llegaron al mayor estado de deleite, dejándose llevar por la oleada de placer que los sacudía.

—No sé si conoces el efecto que tienes en mi pequeña midgardiana —dijo una vez que pudo regularizar su respiración.

Sonreíste antes de colocarte el vestido que utilizabas de pijama. Te acercaste a Loki y besaste sus labios.

Loki con una sonrisa en el rostro y ya acomodado en tu cama se dejó caer en los brazos de Morfeo, sintiéndose verdaderamente feliz como hacía mucho tiempo no lo era.



ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora