68. Stephen Strange

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Titulo: Despedidas

Stephen  Strange

Comentario: Basado en el imagina número 11.

•••

Sonó el timbre de la casa Strange, enseguida él se apresuró a ir hasta la puerta y abrirla.

Te recorrió rápido con la mirada antes de hacer un ademán para que dejarte pasar.

Entraste y lo saludaste con un beso en la mejilla. Quitaste tu abrigo a medida que avanzabas en su apartamento.

Lo dejaste a un lado y acomodaste tu vestido de noche.

—Me sorprendió tu mensaje de vernos —él habló y fue hasta el mini bar que poseía para servirles una copa.

—¿Por qué te sorprendió? Hace bastante que hacemos esto —respondiste simplemente haciéndote la desentendida.

—Hace bastante no nos veíamos. Me has estado evitando —se acercó hasta ti y estiro su mano para que tomaras la copa.

La sostuviste unos momentos entre tus dedos y bebiste un sorbo.

—He estado ocupada, sólo eso —dijiste con simpleza.

—Sabes que no es cierto, pensé que habíamos ya pasado esta etapa —murmuró él detrás de ti.

Te estremeció la repentina cercanía del doctor. Lo miraste para luego posar tu vista en el paisaje de Nueva York.

—Sólo no me sentía bien.

—¿Física o emocionalmente? —preguntó de inmediato.

—Emocional —suspiraste y seguiste bebiendo.

Él se sentó en el sofá con sumo cuidado de no arruinar su traje excesivamente caro.

Lo volviste a mirar y te sentaste a su lado, aunque un poco más lejos de lo habitual.

—¿Me vas a contar que es lo que sucede? —colocó su brazo detrás de tus hombros, posándolo en el sofá.

—Creo que ya no puedo seguir con esto —dijiste lo que hace tiempo querías decir, pero no habías podido encontrar el valor.

Todo había empezado bien. Se habían conocido en una fiesta y tuvieron una conexión, sexual, principalmente. Y así fue como siguió todo.

Tenían sexo desenfrenado cuando se les apetecía, sin recurrir a nada más.

Al principio sólo era eso.

Amigos con beneficios, sin ataduras, sin sentimientos.

Luego las cosas siguieron avanzando. Él dejaba que pasaras toda la noche con él, que conversarán más que solo llegar y tener relaciones. Había empezado a invitarte a cenar, a alguna fiesta.

Ambos eran doctores. Tenían una vida bastante agitada, por lo que un compañero para sexo había sido la respuesta a todo.

Se llamaban cuando tenían una hora libre y lo hacían donde podían.

Ambos habían estado bien manteniendo una relación así. Sus trabajos no les permitían una relación en serio y ninguno se sentía de esa manera con el otro.

Hasta que inevitablemente el cliché de la historia apareció.

Te habías enamorado.

Tantas noches de dormir en su casa, de cenar con él, acompañarlo a fiestas que tu vida giraba en torno a cuando él llamaría.

ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora