102. Steve Rogers [A.U]

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Título: Se mi papi

Steve Rogers 

Comentario:  [Maratón AU trastornados (antes psicópatas)  3/? ]

Advertencia: Efebofilia (pedofilia pero con niños de 12 a 18 años), idealización del amor romántico, contenido subido de tono, mención de masturbación y relaciones sexuales ilegales. 

NO estoy a favor de esto, es FICCIÓN.

Esto es sólo para enseñar como muchas personas pintan las cosas vs como son en realidad.

Canción recomendada: Be my Daddy- Lana del Rey   

♦♦♦

La mente de Steve era un caos, no entendía como él podía ser esa clase de persona que mirara mujeres y menos de la edad de la chica que lo estaba trayendo loco.

Apenas tenías 15 años y Steve lo sabía, sin embargo, seguías atormentando su cabeza.

Se sentía sucio, como un degenerado. No merecía siquiera llamarse hombre.

Era un pedófilo.

Quería evitar sentirse de ese modo, pero su cuerpo y corazón lo traicionaban cada vez que te veía.

Odiaba eso que causabas en él, lo peor era que no sólo existía la atracción en el ámbito romántico, sino en el ámbito sexual también.

Era desagradable para él tener esos pensamientos. Tenía una voz diciéndole que estaba bien, que nada sucedería y otra que le susurraba lo mal que estaba en tener sueños calientes con una adolescente.

Trataba de darle mucha importancia a esas vocecitas, pero sus acciones lo perseguían. No tenía que tocarse pensando en ti, estaba mal, pero se sentía realmente bien.

¿Por qué todo lo malo resultaba tan satisfactorio?

Claro estaba que tu no le hacías la vida fácil a Rogers, él era un hombre muy apuesto, de 100 años que parecía de menos de 30.

Te gustaba ver las reacciones que él tenía cada vez que estabas cerca, cada vez que le insinuabas distintas cosas.

—¿Seguro se siente bien, Capitán? —preguntaste viéndolo sonrojado e incómodo sentado en el sofá.

Habías estado diciéndole distintas cosas con doble sentido, el pobre ya no sabía a dónde mirar o qué hacer para tratar de ocultar aquello que crecía, que se hacía cada vez más notorio.

—S-sí, sí, señorita Barton —él te dijo con una sonrisa.

Le sonreíste de regreso y te deslizaste en el sofá junto a él, miraste a todos lados sabiendo que estaban ambos solos, era tarde en la noche.

Alzaste una ceja y te sentaste muy cerca de él, piel con piel, una mano se puso en el muslo de él y le palmeaste allí antes de sacarla.

—Podría ayudarte con lo que quisieras, Steve —te encogiste de hombros.

Mirabas al hombre maravillada por lo que él era, por cómo era.

¿Por qué los chicos de tu edad no eran así?

Si eso sucediera, todo sería mucho más sencillo.

—Estoy bien, no quiero hacer enojara a tu padre —respondió él aún alterado.

—No pienses que él es mi padre, sólo hace todo peor —respondiste mientras te encogías de hombros.

En verdad querías a Steve, mucho.

Y sabías que era algo en serio, no sólo eran las hormonas.

—Pero él es tu padre —habló obvio—. No puedo pasar su autoridad.

Pensaste en aquello que él dijo. Darías todo por que dejara de pensar así, de verte como una niña. Aunque sabías que no siempre sucedía eso.

—Tu podrías ser mi papi esta noche —propusiste con una sonrisa.

Él abrió los ojos como platos al sentir tus labios sobre los de él.

Se quedó perplejo unos segundos antes de responder el beso. Todo hasta que él volvió a la realidad, se rompió su burbuja.

Volvió a recordar que él era mayor y tu aún una niña.

Se separó, tomándote por los hombros para que fuera menos brusco.

—Esto está mal, aún eres una niña, no podemos —dijo agitado.

Trataste de volver a besarlo, pero él opuso resistencia.

—No soy una niña —murmuraste enojada.

Él asintió y se levantó del sofá, camino lejos de allí, si se quedaba terminaría cediendo ante ti.

Lo menos que él quería era lastimarte, lastimar a Clint o hacerlo enojar y sobre todo fallar a su código moral.

Eso era algo que para él era de suma importancia.

—No eres mayor de edad, eso es suficiente para mí, esto no volverá a pasar —dijo de pie, lejos de ti—. Además de ilegal, no podemos, al menos no ahora... —aquellas palabras hicieron eco en tu mente.

Te quedaste en el sofá meditando eso.

—Dulces sueños, bebé —se escuchó la voz de Steve antes que él abandonara la habitación.

Sus palabras tuvieron u gran impacto, había dejado el final abierto. Sabiendo que eso debía terminar en ese instante, pero quizá seguiría un día.

Un día en el que no fueras menor y dónde él pudiera sentirse bien consigo mismo por amarte.




 Reflexión:

 Por más lindo y amable que sea la persona a la que creas amar o te guste, siempre hay que tener en cuenta el entorno en el que están. Las relaciones entre un menor de edad y una persona adulta son ILEGALES y PENADAS. Si están destinados y si en verdad se aman, PACIENCIA, una vez que ambos sean mayores ya no pasará nada (en el ámbito legal), no hablamos de problemas en las familias o el entorno. 


Próximos: 

Loki 

Strange 

Tony 

Wanda

otro..?


El maratón  cambió de nombre porque en este caso, Steve no era un psicópata, así que "trastornado" queda mejor. idk 

ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora