Condenada por la Venganza

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Capítulo Diez

Después de una larga charla de reconciliación, en donde nos actualizamos mínimamante de los hechos relevantes de las últimas semanas, empezamos a ver la cartelera de cine para saber qué película podíamos ver. La discusión no tardó en llegar, ya que a pesar que seamos mellizos, nuestros gustos no eran para nada similares. Mientras que yo quería ir a ver una película de terror, él quería una animada. Sabía de la debilidad que tenía mi hermano, por lo que no me costó mucho ganarle la batalla de miradas de cachorro que nos habíamos dado. Después de prepararnos, salimos de la casa. La sonrisa que teníamos era evidente, la felicidad irradiaba en nuestras caras.

—Juro no acompañarte nunca más a ver una película así ¡Es horrible Malena! —se quejó Valentín mientras salíamos del cine. Iba caminando delante mío, parecía enojado haciendo que no pueda aguantar la risa- . Ahora por eso, vamos a ir a Burger King.

—¡¿Qué?! No, nunca en la vida. Te voy a desheredar completamente, nada se compara con McDonalds.

-Entonces a Subway.

—No. Vamos a ir a McDonalds —agarré el brazo de mi hermano y comencé a arrastrarlo— . Además, a vos no te gusta ni Subway ni Burger King.

—Es para hacerte la contra... No entendes nada —acarició mi pelo, lo saqué molesta provocando su risa.

Las salidas de mellizos siempre terminaban siendo a mi gusto y eso era porque él no tenía mi carácter, marcando otra diferencia entre los dos. Además que su enojo no duraba mucho. Estábamos cenando en McDonalds, hablando de nuestros papás y de como se quejaban que nunca iba, hasta que su celular sonó haciendo que me deje hablando prácticamente sola.

—Mira esto —me mostró el celular. Lo agarré, viendo la foto que Matías le había mandado.

El más lindo: Me abandonaron :(

—¿El más lindo? —Reí.

—Ese chico tiene un serio problema con su ego...

No pude evitar ver la foto otra vez y mandarle una de nosotros comiendo. La respuesta pareció ofenderlo porque no lo habíamos invitado, Matías decía algo como que era la ruptura de los trillizos de oro.

Después de cenar, caminamos por el centro para ver ropa, que casualmente era la actividad favorita de los dos, nos gustaba aconsejarnos acerca de lo que nos quedaba mejor y por alguna razón, no nos quejábamos cuando el otro tardaba en decidirse.

Al llegar a casa, Matías no estaba, pero a ninguno nos importó lo suficiente como para mencionarlo. Como no tenía sueño, Valentín tuvo la idea de ver una película que para ser justos esta vez, hice pochoclos mientras él elegía qué ver. Sabía que terminaría eligiendo una comedia romántica y eso no me disgustaba, porque también las amaba, pero no tanto como él. Cuando terminé de preparar, los coloqué en una fuente y fui directo a sentarme en donde Valentín estaba con su celular.

—Decime que no vamos a ver Cuando te encuentre, de nuevo...

-Sí y callate que después terminas babeada por el pelotudo de Zac Efron.

—Es por lo único que no me voy a quejar —confesé agarrando un pochoclo para llevarlo a mi boca.

—Por eso mismo la puse. Los dos felices.

—¡Siempre me convences con Zac Efron!

—Sí, y no sé porque.

—Porque está bueno —expliqué obvia. Mi hermano suspiró y negó poniendo play.