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No hay una mejor sensación que alguien lea lo que escribes y que además de que le guste, piense que es fantástico. Al menos para los autores de las historias y para Normani, quien en este momento se encontraba de pie, mientras él profesor terminaba de leer las últimas líneas de su escrito con una sonrisa en el rostro.

O al menos ella no había encontrado una mejor sensación hasta ahora. Uno nunca sabe que es lo que el futuro le tiene preparado.

El salón de clases estaba repleto de voces ya que mientras el profesor daba revisiones, los alumnos se dedicaban a hablar unos con otros.

Profesor: –Me gusta el rumbo que esta tomando tu escrito, y ahora ya no es solo eso, se ha convertido en una historia. Una muy buena –dijo mientras le devolvió las hojas– me recuerda al primer borrador que me entregaste este curso.

Normani: –¿A cuál borrador se refiere? –por su puesto que ella conocía bien todo lo que había escrito, y sabía a qué se refería solo que había escogido olvidarlo.

Profesor: –Al que me entregaste volviendo del verano anterior, era una historia que iba más al ámbito del romance y el único que has hecho así, la historia del par de chicos enamorados–Normani lo sabía, se refería a aquella corta historia.

Había comenzado escribiendo una historia algo romántica, porque en ese entonces se sentía enamorada, y de Thomas. A muchos les había gustado, y terminó publicado en el periódico escolar. Justo después Normani comenzó a escribir diferentes cosas, y así como más alejado se encontraba del romance menos enamorada estaba de Thomas, su entonces novio.

En aquella publicación muchos dijeron que ella lo había hecho bien, que realmente podían sentir amor en cada maravillosa frase que ella había escrito. Y aunque después se alejó de eso, seguían encantados con lo que ella publicaba.

Y hoy, de nuevo se encontraba dirigiéndose a ese lugar, en donde se escribían emociones y sentimientos. Y ella no sabía ni tenía idea de por qué.

Normani: –Oh usted se refiere a esa, bueno estoy segura que está no es como aquella y además solo escribí lo que salió de mi mente, no creo que venga de ningún lugar –aseguró. Normani creía que en verdad así era.

Profesor: –En realidad creo que de algún lugar se originó, pero estoy de acuerdo en que sigas escribiendo todo lo que venga de adentro –le sonrió a la chica frente a él.

Normani: –Otra cosa que considero importante, son los títulos. No sé cuál ponerle a este en especial.

Profesor: –Escribe, no pienses en títulos, eso a poco se irá dando y las palabras te lo dirán. Puedes tomar mi consejo o no, los títulos no son necesarios en tus publicaciones, ¿de acuerdo? –Normani asintió. –puedes regresar a tu asiento.

Y así lo hizo, sentándose a un lado de Lauren quien había revisado con el profesor más temprano en la clase.

Lauren: –¿Y bien? ¿Tienes lista tu siguiente publicación? –dijo mientras Normani le tendía aquellas hojas para que les diera un vistazo.

Normani: –Así es.

Lauren: –Normani, pero esto no tiene título –revisó nuevamente aquellas hojas para asegurarse que no había pasado desapercibida por el título.

Normani: –No, eso ya lo sé. Solo quiere que se ponga el número de publicación, tengo planeada otra cosa y el profesor me ha dicho que puedo hacerlo.–Dijo sonriendo hacia su amiga.

Lauren: –De acuerdo, entonces tu trabajo de este día está hecho.–guardó las hojas en su bolsa para asegurarse de que ese día todos lo leyeran.

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