57. Apoyo Incondicional

142 14 91
                                    

Ya sean con las palabras más exactas, con una mirada sencilla o con un abrazo protector, el cariño y el apoyo se hace evidente porque el mismo gesto sincero es el que importa al momento de expresarse.

La única persona que no entendía qué estaba pasando ahí, era Brandon. Se quedó inmóvil apoyado contra la pared y con las manos cruzadas sobre su pecho, ausente de la situación que se desarrollaba frente a él. El silencio estaba presente en la cafetería, que ese día permanecía cerrada, pero todo parecía un poco tenso.

Con las manos entrelazadas y puestas sobre sus piernas, con la mirada clavada en ellas, Ally permanecía sin decir una sola palabra. No sabía cómo hacerlo y tenía la certeza, porque podía sentirlo de manera contundente, que su padre estaba mirándola fijamente a ella. Todo lo que una vez había planeado cuando llegara el momento de hablar con sus padres se evaporó de su mente como si no tuviera relevancia. Y no sabía que más hacer que sentarse ahí sin mencionar una sola palabra.

Respiró profundo y su mirada chocó con la de su padre, quedándose ahí porque ninguno la apartó. Y quería buscar alguna respuesta, algo que pudiera anticipar cómo reaccionarían pero no encontró mucho y le preocupaba más cada segundo que estaba pasando sin que nadie hablara.

Quería que ese silencio que la estaba matando se acabara de una vez.

Sintió un leve apretón sobre su mano y y volteó a su lado donde Normani estaba sentada, tratando de hacerla sonreír. Casi había olvidado que ella estaba ahí, porque estaba tan metida en su mente que olvidó cómo su padre le había pedido que se quedara porque debía hablar con ambas. Era una tontería preguntar de qué querían hablar y Ally lo sabía bien, sus padres no eran ciegos y habían visto perfectamente, justo frente a sus narices, la cercanía que ellas tenían.

Escuchó un ruido de la cocina y vio salir a su mamá de ahí, Ally iba a ponerse de pie para ayudarla con lo que traía pero su padre y Brandon se adelantaron ayudándola a dejar unas tazas sobre la mesa frente a ella. Cuando se acomodó en su asiento Ally vio que Pat se sentaba también frente a ella junto a su padre, y fue entonces cuando su corazón comenzó a latir desbocadamente.

Latía de manera incontrolable, sentía que el corazón iba a salirse de su pecho directo por la garganta. Ally era consiente de que muchas veces había sentido su pulso tan alterado, y varias de esas ocasiones se debían a los nervios o cuando estaba con Normani. Pero esta vez era diferente porque tenía miedo. Porque no era la manera que ella hubiera preferido que sus padres se enteraran pero ya no podía hacer mucho; las cosas ya habían sucedido de forma inesperada y lo único que podía hacer era tomar el control a partir de ese momento.

Pero no imaginaba que Normani estaba mucho peor. La chica morena quería mantenerse serena, quería mostrar su tranquilidad sin embargo ya no sabía si realmente Jerry estaba creyéndole, porque su silencio podía interpretarse de otra manera, su inmovilidad se debía a sus nervios. Lo único que quería era transmitirle seguridad a Ally, por eso había tomado su mano y no la había soltado.

Sin embargo, tenía miedo. Estaba asustada de lo que ellos podrían responder; ella solo le había dicho a Lauren y había sido un difícil pero confiaba en ella y en su apoyo. Pero en cambio ahí, ella no podía imaginar lo qué dirían los padres de Ally y sin darse cuenta estaba poniendo su esperanza en ellos.

Normani bajó su mirada y vio su mano entrelazada con la de la pintora, detallando la forma en la que se sostenían casi aferrándose a la otra y aquello fue lo único que le dio calma en todo lo que las rodeaba.

— Y bien... ¿No tienen algo que decir, algo que explicar?—preguntó Jerry con la voz firme pero sin sonar agresivo. Él siempre controlaba su voz porque sabía que tenía un peso muy importante al expresarse, casi tanto como lo que decía—. ¿Ally? Puedes por favor decir algo. Explica esto.

TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora