«Rídiculo»
Solo había una palabra para una situación como esta y era ridículo, estar encerrada en un baño pequeño e incómodo, incluso poco higiénico, en lugar de estar fuera de él y disfrutar la fiesta que se llevaba a cabo, sólo podía ocurrirle a alguien con muy mala suerte. Normani solo tenía esa palabra para definir ante lo que se encontraba, y eso que ella había repasado aquel diccionario mental que tenía y sí, tenía uno por aquello de escribir y sí, también se había quedado sin recursos para su situación. Estaba mirándose al espejo de un sofocante baño pensando en cómo pasaría desapercibida en cuanto saliera.
Hay momentos que pasan rápidamente que ni siquiera nos preparamos, no se nos avisa que las cosas van a cambiar. Como el hecho de que hace una hora ella estaba llegando a aquella fiesta, sonriendo con su vestido blanco de corte largo, luciendo magnífica mientras su padre saludaba a todos con una sonrisa. Y en un par de segundos él le había dicho «Diviértete» mientras ella entraba en un pequeño lapso de trance, pues su padre caminaba con su madre colgada a su brazo hacia donde estaban el resto de gente importante.
Y se quedó sola.
En cuanto su mirada dio con aquel chico alto con la piel morena, que ahora vestía un traje elegante y platicaba como si hubiera vivido mil vidas, se quedó parada como si eso evitará que la viera y por más extraño que hubiese sido, su plan funcionó. Después buscó la manera de llegar hasta el baño, y es ahí donde ella se mantenía mirándose al espejo, tratando de armarse de valor mientras miraba y rostro, y asustándose cada vez que alguien entraba, como si Thomas incluso tuviera el poder de que a nadie le importará que pudiera entrar al baño de damas.
Así había estado alrededor de una hora, entrando y saliendo de aquel cuarto de baño. Porque se convencía a si misma de hacerlo y lo hacía, pero en cuanto estaba entre toda aquella gente que no había visto, entraba nuevamente. Y eso no le permitió notar que tal vez no estaba sola entre tantos, que probablemente habían otras tres chicas que ella conocía y que ahí estuviera a quien quería ver, pero que se negaba a admitirlo. Dinah, quien se veía magnífica en un vestido que le llegaba hasta los tobillos, se encontraba acompañada por sus dos mejores amigas, Camila y Ally.
Le había costado que su tío aceptara que ella trajera a personas ajenas al negocio, pero a final con la ayuda de su padre logró convencerlo.
Dinah y Camila habían tenido suerte, ambas encontraron una plática interesante con un par de chicos de su edad que no presumían de ser hijos de personas importantes. Incluso habían descubierto que iban en el mismo curso, pero en institutos diferentes. Así que reían amenamente.
Y todo sucedía mientras Ally las miraba suplicante porque vinieran a rescatarla. No sabía de dónde había salido aquel chico que tenía enfrente, lo único que sabía era que se llamaba James, y que era hijo de alguien importante aquí, pero no importante para Ally.
Era verdad que cada mente era un mundo, sin embargo todos los mundos parecían querer seguir un patrón y una secuencia, una que Ally no quería seguir. Y lo peor de todo es que así estaban felices, todos con la cabeza vacía de inteligencia y llena de ambición, justo como James.
James:–Te digo Ally, he viajado a América del Norte y es sensacional. Fue por un viaje de negocios de mi padre pero yo pude divertirme. ¿Alguna vez has viajado tan lejos Ally? –cuestionó mientras agitaba la copa de vino que yacía en su mano.
Ally:–Allyson –corrigió ante la mirada del chico, solo sus amigas podían llamarla Ally– mi nombre es Allyson y no, no he ido tan lejos. De hecho lo más lejos que he llegado, hasta el día de ayer, es a la vieja plaza del centro de la ciudad. Pero hoy me he superado, he llegado hasta esta gran recepción.–lo dijo bajo una sonrisa burlona mientras el chico parecía horrorizado.
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Tinta
FanfictionObservó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esenc...