7.

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Había una razón para todo, aunque muchas veces la desconozcamos.

Y hasta ese momento Ally desconocía el motivo por el cual sentía que no podía dejar de observar a la chica frente a ella. Tal vez era su forma de hablar tan tranquilamente mientras movía ligeramente sus manos para explicar mejor su punto, tal vez era la forma en la que sonreía cuando la veía porque ese color oscuro en sus ojos parecían sonreírle también, o esa forma de reír como si no le importara quien pudiera escucharla. O tal vez era todo lo anterior junto, pero estaba fascinada con ella.

Y ahora mientras la veía con ese vestido, que casualmente era blanco al igual que el suyo, no pudo evitar fijarse cómo la tela hacía remarcar sus delicadas curvas, y el su color de piel llevaba un perfecto contraste. Normani era genuinamente hermosa.

Lo único que sabía es que le gustaba verla, en la cafetería, en la vieja plaza de la ciudad, en una fiesta o en cualquier lugar siempre le gustaría.

Normani: — Vamos no seas cobarde Ally —dijo riendo— Te aseguro que no está tan alto y además la vista desde arriba a de ser sensacional. —señaló con la mano un edificio alto, muy similar a una torre, y Ally mirando hacia dónde ella apuntaba.

Ally: — Te creo, no dudo que sea fantástico pero una cosa es estar desde la ventana del segundo piso en mi habitación  a estar en el techo —negó con la cabeza sin darse cuenta que Normani la miraba atentamente— yo respeto a las alturas.

Normani: —Yo también las respeto, pero admito que sería fantástico —se giró hacia la pequeña que estaba a su lado, observando su perfil.

Ally había pensando que el perfil de Normani era tan fino y hermoso, pero no sabía que Normani también pensaba lo mismo del de ella, ya que podía apreciarlo bien.

Ally: —Seguiré diciendo que te creo, porque en verdad lo hago, sin embargo ¿no te has dado cuenta? —se señaló a ella misma con una sonrisa un poco sarcástica adornando sus labios— Normani, mido menos de 1.60 y cualquier cosa por encima de eso podría espantarme —sonrió al escuchar la sonora risa de Normani.

Su risa era increíble, reía de una manera poco común porque Ally jamás había escuchado algo como eso, y con eso no quería decir que estaba mal, era todo lo contrario. Era maravilloso. Cuando la escuchaba tenía esa calidad sensación en su interior y eso era algo a lo que no estaba acostumbrada.

Normani: —No es para tanto, podrías superar esa fobia.—acomodó su cabello haciendo que quedara sobre uno de sus hombros.

Ally: —Sí pero no es el momento.—negó con la cabeza mientras sonreía.

Camila: — ¡Hey Dinah! ¡Ya la encontré! —ambas se dieron vuelta ante la voz y vieron que Camila dio una paso hacia atrás y miro hacia un costado, gritándole a su amiga.

Después de un par de segundos Dinah apareció a la vuelta de uno de esos arbustos, con una sonrisa en el rostro.

Dinah: —Allyson ¿dónde te habías metido? —ante la mención de su nombre de esa manera, Ally solo hizo una mueca— Hemos estado buscándote desde hace un buen rato, y mira dónde venimos a encontrarte. —hizo referencia al lugar.

Ally: —Tampoco podía encontrarlas, así que decidí salir pensando que aquí estarían.

Camila: —Yo había creído que te cansaste y te fuiste a casa. —bromeó para luego percatarse de quién se encontraba a sentada a su lado, asombrándose ante el hecho— Normani... no esperaba verte aquí.

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