Hay una secuencia de momentos que volverán crucial una situación, pero no somos somos capaces de ver lo evidente hasta más tarde.
Llegando a la barra para dejar la bandeja, Ally suspiró y miró el reloj que estaba sobre la pared detrás del mostrador. Usualmente ella llegaba tarde y ese día tampoco había sido la excepción, sin embargo le había sorprendido más el hecho de que ni Dinah ni Normani hubiesen llegando ya.
Ambas eran más puntuales que ella y que no estuvieran ahí, especialmente con las ganas que ella tenía de ver a Normani, simplemente se le había hecho extraño. Fijó su mirada en la puerta esperando que la campanilla sonara para ver el la sonrisa en el rostro de Normani o Dinah riendo pero no había nada. Y eso sí que le extrañaba.
Justo afuera un auto se estacionaba junto a la cafetería y de él bajaba Theo, frunciendo el ceño al ver la puerta y de nuevo sintiendo esa pequeña punzada al saber lo que tenía que hacer. No le molestaba en nada ayudar a Thomas, siempre habían hecho cosas como esas y a ninguno de los dos le causaba problema alguno hacerlo. Y a Theo le seguía siendo igual esa costumbre sobretodo porque también estaba un poco interesado, no de la misma manera que su amigo, en cumplir ciertas cosas.
Sin embargo, no podía ignorar el hecho de que había sentido algo diferente. No sabía que era pero probablemente pudiera descubrirlo más adelante. Abrió la puerta trasera del auto y sacó más de un par de libros ahí colocándolos en su regazo y con la otra mano sostener la cámara. Ese objeto infalible que tenía que llevar a todos lados por si se presentaba alguna situación que pudiera ayudar a Thomas.
Caminó hasta la puerta y la empujó suavemente escuchando la campanilla que pronto se le haría bastante conocida. Theo pensó en cómo el haría las cosas si estuviera en el lugar de su amigo, es cierto que algunas veces él mismo era un poco prepotente pero era llevaba las cosas de una manera más tranquila. Sobre todo porque a Theo no le gustaba quedarse en un mismo sitio y eso también aplicaba para sus problemas.
Pensaba un poco diferente a Thomas, aun cuando compartían muchas actitudes e incluso principios. Pero siempre había sido él que pensaba un poco mejor las cosas y Thomas siempre lo adjuntaba al hecho de que habría crecido únicamente con su madre y había viajado mucho desde que era pequeño.
En cuanto entró vio que Ally estaba en la barra y lo había mirado atenta solo por un par de segundos y después había apartado la mirada, al parecer un poco decepcionada. Vio a su alrededor y por primera vez no pensó en tomar la mesa que estaba junto a la ventana y fue directamente a la barra.
—Hola, buenas tardes Ally—saludó Theo con una sonrisa tratando de captar su atención, mientras ponía los libros sobre una banca a su lado y la cámara sobre la barra—. Es un bonito día, ¿no es cierto?
—Sí, sí lo es—admitió la chica observado la ventana pero más que darse cuenta del ambiente afuera, estaba esperando a alguien—. Hola...
—Theo—interrumpió él riendo un poco al ver que Ally se quedaba dudosa mientras lo veía y le tendió la mano para estrecharla—. Theo Valdez, creo que no habíamos tenido el placer de presentarnos como se debía. Solo he estado aquí algunas veces y no he platicado de verdad contigo.
—Mucho gusto. Es que no recuerdo haber preguntado tu nombre antes, a veces soy mala con los nombres—admitió riendo provocando una sonrisa en Theo—. ¿Y sabes algo? Tampoco recuerdo haberte dicho mi nombre y es extraño que lo sepas.
—Discúlpame, pero lo he escuchado de otros clientes de aquí. Me parece que ellos saben perfectamente tu nombre—admitió riendo—. Parece que te conocen.
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Tinta
FanfictionObservó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esenc...