Si existe la confianza difícilmente se encontrara inseguridad en lo que hacemos, incluso si es algo que no habríamos esperado.
Aunque hace varias horas que el sol había salido completamente, a causa de que el silencio era casi completo y ninguna de las dos se movía, Normani apenas pudo despertar cuando abrió un poco los ojos y vio la misma ventana que hace unas horas con el color completamente diferente. Afuera todo estaba más claro, más radiante, pero las cortinas aún estaban puestas.
Se movió un poco, ya que no tenía la total libertad de hacerlo porque Ally descansaba su cabeza sobre su hombro y se abrazaba a su cintura. Intentó estirarse un poco y sonrió aún con los ojos entrecerrados, respirando profundo porque estaba tan tranquila. Todo estaba en paz a su pequeño alrededor. Y aún más porque había despertado junto a esa chica con la que había pasado la noche y ahora que era de mañana, no se arrepentía de nada.
Verla bajo la tenue luz que lograba entrar, completamente desnuda y durmiendo tranquilamente, le hizo sonreír de nuevo. Y esta vez no era una sonrisa ligera, ni tímida. Todo lo contrario era una amplia sonrisa que no podía contener porque estaba feliz, era aquella sonrisa que le hacía que los ojos le quedaran más pequeños y que brillaran más. Y nadie podía arrebatarle esa felicidad en ese momento.
Normani se apoyó sobre su codo y se levantó un poco, llevando su mano hasta el cabello castaño de Ally para retirarlo de su rostro y poder apreciarla mucho mejor. Sonrió una vez más en lo poco que llevaba despierta esa mañana y se inclinó un poco para besar la frente de Ally por varios segundos, los que ella sintió que eran necesarios para sentir el aroma y al suavidad de su piel.
La sintió moverse y abrazarse más a cintura, respirando hondo. Además de los leves movimientos que hacía para estirarse y de los sonidos que hacía mientras despertaba.
— Podría quedarme todo el día en este sofá, aún tengo mucho sueño —comentó Ally de repente por primera vez con la voz ligeramente ronca y cerrando los ojos nuevamente—.No te muevas mucho, pretendo dormir de nuevo—comentó.
Y con eso nuevamente se acomodo pero usando el cuerpo de Normani para cubrirse de la poca luz que entraba por las cortinas, causando que Normani riera y negara repetidas veces tratando de zafarse del abrazo pero Ally simplemente se negaba a soltarla, haciendo unos sonidos con su voz a manera de queja, lo que la pareció incluso más divertido a la otra chica.
— Ya despertaste así que no vale la pena que intentes dormir de nuevo, no te dejaré hacerlo. Ya ha amanecido —recalcó Normani dejando pasear su mano por la espalda de la chica y luego en su cabello—. Es mejor que te des la vuelta y olvides la idea de dormir, te repito que ya ha amanecido.
— Amaneció desde antes que durmiéramos—espetó Ally.
Normani sonrió porque la voz de Ally sonaba apagada por tener el rostro enterrado entre su cuerpo y el sofá, al parecer costándole mucho trabajo mantener abierto los ojos. Y locamente, le gustaba ver a Ally así, aunque estuviera en un supuesto mal humor le parecía completamente adorable.
— No te voy a dejar dormir —comentó, inclinándose y besando la espalda de Ally.
— Deberías, no me dejaste dormir en toda la noche—fingió espetar Ally dándose la vuelta con los ojos entrecerrados aún y una sonrisa en sus labios.
Con una sonrisa también, Normani aprovechó sentarse y se inclinó para dejar un beso corto sobre los labios de la chica, que no había dejado de sonreír y mucho menos lo hizo cuando sintió aquel suave tacto. Cuando Normani se apartó, Ally aún sonreía con los ojos entrecerrados, dejando que la emoción y felicidad llenara su cuerpo nuevamente. Estaba realmente feliz.
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Tinta
FanfictionObservó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esenc...