40. Girasoles (pt.2)

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El amor te exigía dejar todas tus fuerzas, y hasta el alma en ese maravilloso viaje, sin tener la certeza de que al final todo saldría bien.

Normani no podía creer la excelente noticia que estaba recibiendo por parte de su padre. Estaba diciéndole que él se iba por cinco días, por supuesto que esperaba que le fuera bien porque al parecer era bastante importante y también iba a extrañarlo, pero no podía evitar pensar en que durante cinco días ella podría pasar aunque sea cinco minutos más junto a Ally. Ya que su padre no iría por ella, ella tendría que venir sola.

Además todo parecía mejorar porque, había invitado a Ally y parecía que todo se acomodaba perfectamente para que nada saliera mal.

—¿Estás hablando en serio, papá?—preguntó Normani tratando de no sonar excesivamente emocionada.

—Así es, esto me incluye como parte del ascenso y tengo que hacerlo por el arreglo de uno de los contratos—explicó Derrick mirando a ambas y con una leve sonrisa, que ninguna de las dos había visto antes—. Eso quiere decir que me iré por cinco días, una semana si las cosas se demoran más de lo que se espera.

—¿Te vas mañana?—pregunto Andrea sentada en una de la sillas del comedor y Derrick asintió—. Entonces hay que comenzar a preparar una pequeña maleta con tus cosas.

—Sí, mañana por la mañana. Es un viaje de siete horas aproximadamente hasta la ciudad de Madrid y por la tarde es la primera reunión—informó Derrick camino a las escaleras—. Así que no podré llevarte al instituto, pero el carro podrás usarlo solo por esta ocasión. Y espero que te portes como se debe y no te metas en ningún problema, y que me sigas obedeciendo Normani—agregó Derrick observado a su hija asentir.

Le dirigió una última mirada y pido fuerzas en creer que había llevado a Normani por buen camino e iba a continuar ahí, y que su forma tan extraña de comportarse últimamente no era más que idea absurda y que después se le pasaría.

Normani se las arregló para subir las escaleras a paso veloz y una vez en su habitación cerró la puerta y fue lentamente a su cama. Tomó el teléfono y no dudo en llamar hasta casa de Ally, solo sería una llamada corta para invitarla como habían quedado, después volvería a sus deberes del instituto.

Escuchó el timbre en la otra línea y después, sin necesidad de esperar, la voz de Ally.

—Hola. Siempre apareces en el momento justo—saludó Normani tiernamente y después se aclaró la garganta para poder informarle su plan, aunque sea parte de él—. ¿Qué te parece si mañana comenzamos con esas lecciones de dibujo, como parte de una segunda cita? —agregó esperanzada y con una sonrisa plasmada en su rostro.

Normani sonrió porque no podía pensar en que las cosas fueran mejor, solo estaba ahí esperando y al parecer todo se ordenaba porque así era correcto. Por eso tenía tanta esperanza. Sin realmente imaginar que después de ese viaje muchas cosas comenzarían a cambiar.

• • •

Un alto sentido de curiosidad se apoderó de Lauren al ver a Normani con una sonrisa radiante mientras recibía una retroalimentación de su trabajo con el profesor Rivas. Sus clases habían terminado hace media hora pero su amiga había estado tan emocionada por ese momento, que no le había molestado venir en seguida a la biblioteca.

Se quedó ahí observando cómo Normani sonreía mientras escuchaba hablar al profesor de ambas. Parecía que nada podría lograr desaparecer esa sonrisa. Se veía radiante y Lauren quería mantener esa sonrisa en el rostro de su mejor amiga y ayudarla a hacerlo.  Cuando Normani asintió por última vez y comenzó a caminar en su dirección, Lauren se puso de pie.

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