49. Decisiones

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Son tus decisiones, es importante lo que elijas. Puedes herir a alguien incluso teniendo las mejores intenciones.

Cada una de las palabras de Normani, Ally las escuchó atentamente, sin interrumpir para nada. Bajaba la mirada cuando la escuchaba, la miraba a los ojos para decirle que tenía toda su atención sin importar el tiempo que le llevara terminar y tomaba su mano, apretándola cariñosamente, para indicarle que seguía ahí lo que fuera necesario para que ella se desahogara.

Y en todo el rato que hablaron, Normani le había contado todas esas cosas que quería y que no había dicho. Las veces que ella esperaba que su papá se diera cuenta de cuanto se esforzaba para hacer lo que le gustaba y al final, y al parecer, le terminaba pareciendo muy poco, las veces que ella había terminado haciendo algo porque él se lo pedía, las veces que esperaba recibir su aprobación, incluso aquellas veces en las que esperaba que fuera un poco comprensivo.

Incluso los ojos de Normani habían parecido iluminarse un poco cuando habló también de los buenos momentos. Aquellos en los que podía ver orgullo en Derrick sobre algo que hacía, aquellas veces cuando lo abrazaba y se sentía bien o cuando daba una buena noticia a su familia. Que hubiera malos ratos no quería decir que los buenos no existieran. Aunque algunas veces la balanza terminaba por bajar ante el peso de uno de los dos lados. Y no siempre era del todo positivo.

Ally se dio cuenta de algo. Y se sintió un poco mal por Normani, tal vez no debía pero estaba en todo su derecho de estarlo. Su padre que debía ser alguien que la guiara y la apoyara, parecía una figura ausente para ella. Alguien presente en ciertas situaciones, alguien que no estaba siempre y tampoco constantemente. En cambio Ally tenía a Jerry. Y también tenía a Brandon.

Y le pesó realmente que Normani no tuviera a alguien similar. Porque algunas veces realmente lo necesitaba.

— Perdona por llevarme todo este tiempo hablando—se disculpó Normani—. Jamás me había puesto a decir todo esto en voz alta, la mayoría de las ocasiones han estado aquí—dijo señalado su frente—. No han salido a flote. Es la primera vez que incluso yo las escucho de mi propia voz.

En lugar de recibir algún gesto de aburrimiento o cualquier cosa que le indicara que Ally se había cansado de ella, la pintora negó suavemente y tomó el rostro de Normani entre sus manos para besar su frente. Cinco segundos reparadores en donde esos labios sobre su piel tenían toda la intención de ayudarle.

— Normani si tú me necesitas, yo te necesito a ti—aseguró Ally pegando su frente a la de la chica un instante, capturando su mirada con ellos—. Yo necesito ayudarte y saber que estás bien, realmente bien no sólo lo mejor posible. Si estoy enamorada de ti no es únicamente porque eres bonita, sino porque siento una conexión hermosa contigo.

— Gracias. Aún teniendo a Lauren conmigo, y en serio la quiero demasiado, no pude decirle todo esto y ella lo respeto completamente— dijo Normani con una tenue voz—. Eres la primera persona a la que le abro mi corazón en esta magnitud.

Aquellas última oración, esas últimas palabras, valían mucho más de lo simple que se veía. Porque era una verdad absoluta, algo completamente real.

— Y te agradezco que me permitas conocerte—aseguró, Normani asintió besando su mejilla y apoyo su cabeza sobre el hombro de Ally y a su vez ella sobre la cabeza de la escritora.

Se permitieron respirar la misma brisa, que desde hace un rato hacía presencia, sintiendo verdadera calma en esta ocasión. Con los brazos alrededor de la chica, Normani se sintió más tranquila, más segura y mucho más decidida. No iba a perder la confianza de Ally, iba a resolver ese asunto, tal vez sola porque era mejor evitar más problemas, pero demostraría que sería valiente al enfrentar las cosas.

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