52. Noche Especial (pt. 2)

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En el momento que dejes de soñar y dejes de dar amor y no aceptes recibir amor, en ese instante empezarás a morir lenta y dolorosamente.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de las tres después de abrazarse cortamente. Pudo haber sido algo pequeño, pero el abrazó había sido muy significativo en esos momentos. Respiraron la brisa que el jardín donde estaban les permitía y Ally se apartó un poco, saludando a James.

— Hola, aquí tengo lo que me dejaste—saludó James abrazándola brevemente y besando su mejilla—. Te ves muy linda, Ally. También ustedes chicas, se ven... maravillosas—comentó sonriendo primero a Camila, y de último a Dinah.

— Gracias y creo que puedo decirlo por ambas, que también te ves muy bien James, ¿cierto Dinah?—preguntó Camila y su amiga asintió—. Ahora, tengo una pregunta para ti Ally. ¿Por qué James tiene los regalos que tú planeas darnos a nosotras?

— Porque ustedes son curiosas y probablemente hubiesen arruinado mi sorpresa. Y yo no quería nada de eso y por eso fue que decidí que podía confiarle esto a él—explicó Ally—. Yo tenía en mente todo esto, pero no quería que cualquier día que interrumpieran en mi casa, lo descubrieran así que James lo ha guardado.

— Aunque estuvo todo el tiempo en la floristería, no había necesidad de esconderlo—comentó James sonriendo y entregándole el paquete a la pintora.

— Tengo esto para ti Camila. Un libro que puede encantarte, y espero que sea así—respondió Ally entregándole precisamente un libro pero sonriendo porque había algo más—. Y tengo esto para ti Dinah—una sonrisa se formó en el rostro de Dinah al recibir una libreta de notas personalizado para ella—. Sabemos que te ira bien con la música, así que creo que también esto te servirá.

Se quedaron calladas mientras observaban los regalos, el ambiente completamente fresco que no hubiese sido un problema quedarse ahí afuera en lugar de ir a la fiesta y ser invadidos en su espacio personal. Pero tanto Camila como Dinah, se quedaron con la boca abierta cuando al abrir sus respectivos regalos se encontraron con algo, algo más brillante.

Dinah miró a Ally con una sonrisa pero sin poderse creer lo que veía. Su reacción fue diferente a la de Camila, que en seguida se lanzó a los brazos de Ally y le dio un fuerte abrazo a su amiga haciéndola reír. Porque Ally les había comprado un brazalete a cada una, adornado y personalizado para cada una de ellas.

— Pero... ¿Cómo?—Dinah fue la primera en hablar, aunque simplemente se había quedado sin palabras—. Esto debió costarte una fortuna Ally.

— Esperaba un gracias, en realidad—bromeó Ally, separándose de Camila pero sin soltarla—. ¿Recuerdan todas esas veces en las que decía que debía ahorrar para un lienzo gigante?—ambas asintieron—. Pues si estaba ahorrando para un lienzo gigante—bromeó—. Pero cuando lo logré, sabía que todo lo demás iba para sus regalos especialmente para esta noche. Me llevó un año tenerlos—respondió sonriendo.

— ¿Pensaste esto desde hace un año?—preguntó Camila asombrada—. Pero no tenías ni idea de qué pasaría, pudimos haber peleado y no hablarnos de nuevo y tú ya estabas pagando nuestros regalos.

— Posiblemente, algo como eso pudo pasar. Pero lo que yo hice fue simplemente apostar por nuestra amistad y correr el riesgo, porque valen esto y mucho más.

James sonrió al ver la interacción de las tres, en ese momento él era simplemente alguien observando desde fuera de esa pequeña burbuja pero estaba maravillado como las palabras de Ally eran completamente coherentes con su mirada. Y producía que sus amigas también lo notaran y lo sintieran, porque estaban realmente conmovidas y en su rostro solo se hacia evidente.

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