Tinta

10.

Hay laberintos que son más sencillos que otros, pero siempre hay una salida.

Hacia bastante tiempo que Normani no almorzaba en casa, debido al horario que tenía en la cafetería pero hoy por la mañana había llamado a Pat para pedirle un día libre, a lo que amablemente la señora Hernandez no se negó.

Ahora podía comer tranquilamente con su madre ya que su padre llevaba todo el día en su estudio, elaborando un informe de recuento para la empresa en la que trabajaba, y no quería que nadie lo moleste y así había sido en todo lo que llevaba del día.

Andrea: —¿Por qué estás sonriendo? —terminó de usar los cubiertos y se llevó el bocado a la boca.

En la opinión de Andrea, Normani lucia emocionada, algo que no había visto en su hija desde hace meses, más o menos cuando su relación con Thomas casi llegaba a su fin, pero siendo honesta le agradaba verla así.

Normani: —Uhmm... —dudó un segundo antes de decirle a su madre, así que se aseguró que su padre no estuviera cerca porque seguramente le diría que es una perdida de tiempo— Saldré a dar un paseo. —bebió de su vaso para no hablar más.

Andrea: —¿Cómo una cita o algo? —se dio cuenta que Normani no iba a responder así que decidió continuar— ¿Será con Thomas?

Normani casi escupe lo que tenía dentro de la boca con el solo hecho de salir con Thomas nuevamente. Solo de recordar los últimos meses que estuvo a su lado le hacían querer olvidar completamente todo acerca de él. Se arrepentía rotundamente de la relación que mantuvieron por varios meses y no podría repetir algo como eso.

Normani: —No, no con Thomas. —negó rápidamente con la cabeza mientras jugaba con su plato de comida— por supuesto que no. Saldré con Ally.

Andrea: —¿La hija de Pat? —Normani asintió— parece una chica muy linda y amable, se parece mucho a Pat y me recuerda tanto cuando éramos jóvenes. —sonrió.

Normani: —¿Conocías a la madre de Ally desde hace mucho? —el comentario de Andrea la había dejado sorprendida.

Andrea: —Estuvimos en el mismo instituto, mantuvimos una muy buena amistad, aún recuerdo cuando ella apenas conocía a Jerry siempre supe que él era el indicado. —una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar los buenos tiempos que había vivido.

Normani: —¿Y ella supo que mi padre también era el indicado para ti? —limpiaba sus manos en una servilleta cuando notó el silencio que se había creado.

Andrea: —Sí...también dijo eso una vez.—bajo la mirada por un segundo— ¿y a que hora saldrás de paseo con Ally? Me agrada la idea de que tengan una amistad.

Normani la observó por unos segundos, antes de asentir, pensando en lo último que había dicho su madre. Estaba claro que tenía una amistad con Ally. ¿Pero por qué sentía extraño cuando decía que tenían solo una amistad?

Normani: —Ella debe estar por venir,—miro el reloj que yacia sobre una de las paredes del comedor— debe estar en un par de minutos.

Andrea: —¿A dónde irán? —había parado de comer solo para poder mantener una plática con su hija, que verdaderamente estaba emocionada.

Normani: —Eso aún no lo sé, ella dijo que tenía el lugar perfecto. —sonrió antes de levantarse para llevar sus platos sucios a la cocina— Ally conoce muchos sitios.