Por más intentos hechos existen cosas que no podemos tenerlos sujetos a la mano. Pretender que lo tenemos, no lo hace realidad.
Si no fuera por aquella risa que llamó su atención e incluso la de su perro, aquella risa que le hizo levantar el rostro del piso y congelar la sonrisa que traía en los labios, Theo habría jurado que el día tenía una perfecta pinta para ser de lo más tranquilo para dar un paseo. Pero no estuvo en sus manos levantar el rostro y verla, ver a la dueña de aquella risa cruzar a solos unos pasos de donde él estaba. Y supo que debía hacer algo.
Ya no sabía explicar muchas de sus repentinas acciones, pero supo que en ese momento tenía que ingeniársela de nuevo. Volteó un momento a sus espaldas y entonces pensó en aprovechar la única oportunidad que tendría de ser rápido.
—Es guapa, ¿no?—dijo tiernamente llamando la atención de su compañero que regresó su atención a él y sin más soltó la correa del perro que estaba frente a él. Le acarició el cuello adorablemente—. Sé que también la has escuchado y la notaste cuando pasó por aquí, me entiendes. Corre tras ella.
Le dio un pequeño empujón y se asomó un poco del callejón para verlas. No se confundió. Era Ally y Normani.
Y ellas daban un paseo demasiado centradas en mantener una conversación, que la llegada del Mastín Español a un lado de ellas logró el cometido de su dueño. Aunque Ally habría preferido decir que aquel adorable canino caminaba hacia ella.
—¡Es una monada!—gritó Ally con tanta ternura en su voz que apenas se le entendió una palabra, tomando por completa sorpresa a más de uno en un metro a la redonda—. ¡Eres un hermoso bebé!
En cuanto el perro atendió a la voz tan dulce no dudó en finalmente dirigir su camino hacia la chica que se encontraba ya en cuclillas esperando, casi con los brazos extendidos pues le había dejado los libros a Normani, a que se acercara. La cola del canino pasó de estar moviéndose en trazos pausados y rítmicos a agitarse de manera casi eufórica de un lado a otro.
Ally soltó pequeñas carcajadas cuando el Mastín puso la pata sobre una de sus rodillas y sin más preámbulo le lamía la mejilla de abajo hacía arriba con una sola pasada de su lengua. Sonrió porque aunque el, ya para nada, cachorro tenía los muy característicos ojos grandes y tristones, parecía sonreír.
—¿Quién es el más hermoso en toda la calle?—preguntó Ally al perro acariciando en la parte de atrás de sus orejas, ignorando lo demás—. Sí, tú lo eres, tú lo eres... ¿Rowan?—afirmó después de una pausa para leer la placa que llevaba en el collar verde—. ¿Con que ese es tu nombre huh? Rowan. Me gusta, es la clase de nombre de la que uno se extraña porque es bonito y raro no haberlo escuchado antes—afirmó.
El perro ladró provocando nuevamente la risa de Ally, que estaba encantada con él. Era adorable en todos los sentidos, era tan grande que solo daban ganas de abrazarle, su pelo era negro y suave, y tenía unos ojos muy oscuros y profundos. Era encantador. A Ally le gustaba Rowan y a Rowan parecía gustarle Ally.
—¿Y bien Rowan, qué estás haciendo solo y sin ninguna correa? No es que no me guste tu libertad pequeñín—Normani rió suavemente y por lo bajo porque el perro no era para nada pequeño, tan solo la huella de Rowan era más grande que la mano de Ally—. Pero no puedes estar caminando sin ninguna supervisión, lo sé, es divertido pero podrías hacerte daño—la pintora soltó la plaquita de identificación y se puso de pie—. ¿Crees que si caminemos para allá podríamos encontrar a la persona?—preguntó a Normani.
—Bueno si él viene de esa dirección, probablemente su dueño haya estado viniendo detrás suyo hasta que lo perdió de vista sin querer—sugirió Normani encogiéndose de hombros—. No perdemos nada con acompañarlo de vuelta, al contrario estarías encantada. Creo que se han enamorado, parece amor a primera vista—bromeó apretando suavemente la mejilla de Ally.
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Tinta
FanfictionObservó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esenc...