Existen pequeños detalles que provocan cambios lentos, que solo se hacen notorios cuando ya han tenido suficiente avance.
El silencio no ayudaba en nada a que Normani tuviera que hablar para decidir algo, por primera vez el silencio no estaba ayudándole a pensar claramente, no era justo para ella tener que decidir pensando en alguien más que no fuera lo que quería. Pensando en posibilidades que no eran producidas como consecuencias suyas. Era una elección suya y no parecía pertenecerle por pensar en los demás. Thomas la observaba fijamente y ella ya no sabía qué hacer ni cómo debía pensar.
Tener en su mente en lo que su padre pensaría tenía un peso increíble. Más de lo que incluso ella misma podía llegar a creer.
— Creo que no tienes mucha opción Normani —comentó Thomas, parándose frente a ella—. Después de todo no estaría mal que tu padre se crea que haces algo bien. Algo por alguien que no seas solo tú.
Thomas enarcó las cejas viéndola fijamente a los ojos, sabiendo bien que había tocado un punto débil en ella, que después de mucho tiempo había logrado identificar que Normani tenía. Incluso creía que ni la misma Normani sabía que lo tenía.
— Iré contigo, pero no creas que las cosas mejoran. De hecho siguen igual, incluso peor, ya no habrá manera que piense que eres alguien confiable—respondió Normani finalmente.
— No es necesario que lo pienses. Te he dicho que la perspectiva de las personas cambian con el tiempo. Igual no dejes de considerarlo—sugirió Thomas hábilmente—. Y ten mucho cuidado con quien te ve.
La mirada de Normani cambió completamente a una confundida, lo vio extrañada sin tener una idea aproximada a qué es lo que había querido decir con eso. También podía escuchar un cambio en su voz de manera bastante notoria, profunda, casi como si tuviera tanto desprecio por haberlo dicho. Pero no podía asegurar a qué se debía con exactitud.
— ¿Qué es lo que quieres decir con eso?—cuestionó bastante interesada, pero no recibió respuesta.
— Pasaré por ti ese día antes de que se haga muy tarde. Será temprano—informó Thomas sin inmutarse en responder y simplemente ignorándola—. Créeme que te hubieses arrepentido más si te hubieses negado, tenias mucho más que perder. He de decirte que es una de las mejores decisiones que has tomado.
— Solamente será un rato, esa es mi condición. Regresaré temprano a casa—advirtió Normani—. No pienses que es lo mejor del mundo, para mi definitivamente no.
— No creo que estés en condiciones de poner alguna advertencia—respondió Thomas astutamente.
— Es todo lo que tenía que decirte, así que no tengo motivos para quedarme más tiempo aquí—aclaró Normani poniéndose de pie ignorando por completo lo que Thomas había dicho—. Y espero que la próxima arregles con mi padre este problema, no conmigo.
— Lo haré—aseguró Thomas, con la certeza entera que así sería.
Sin pensarlo una vez más Normani se dirigió a la salida, aunque había elegido algo que probablemente no iba a gustarle a nadie más que a su padre y al mismo Thomas, su mente en seguida pensaba cómo resolverlo. Comenzando porque se suponía que le había pedido a Ally acompañarlas. Su mente estaba encontrando salidas y no se veía difícil llegar a ellas.
Pero ese era el problema, que hasta ese momento ella no veía ninguna complicación y creía que podría llegar fácilmente. En cuanto abrió la puerta un rostro conocido se apareció frente a ella, aunque no le gustaba mucho, no se sorprendió mucho al verlo ahí.
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Tinta
FanfictionObservó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esenc...