20. Tormenta

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Es inevitable no querer compartir más tiempo con alguien a quien no queremos alejar. Incluso cuando eso representa un riesgo muy alto.


La mañana ya caía completamente, Normani abría la puerta de su casa que estaba en total silencio, sólo podía escuchar el reloj del comedor que parecía que estaba sonando más fuerte de lo común y su respiración mientras daba suaves pasos para no hacer demasiado ruido. Estaba con un pie en la escalera cuando escuchó otra puerta abrirse lo que le hizo darse un pequeño susto y supo que su entrada triunfal se había arruinado.

—¿En dónde estabas?—la voz de Derrick Hamilton fue firme y segura—. ¿Te das cuenta de la hora que es y apenas estas volviendo?

Normani aparto la mirada y observó el reloj, era las 8:36 a.m. ella sabía lo que significa, respiró hondo lista para hablar.

—Estoy regresado del instituto, les dije que tenía que llevar mi escrito a la oficina del profesor Rivas—respondió Normani viendo que su padre se acercaba a ella—. Llamé anoche para decirles.

—Sí, eso sí lo sé—Derrick parecía estaba más serio de lo que habitualmente podían verlo—. Digo, Normani te recuerdo que debes respetar que tu madre y yo cuidamos de ti. Te fuiste ayer con Thomas y todo bien pero no volviste. Así que te repito una vez más ¿en donde pasaste la noche?

Derrick tenía la mirada clavada en los ojos de su hija, en busca de alguna respuesta, lo que sea que le diera una idea de por qué su hija estaba portándose de esa manera, por qué justamente la desobedecía cuando no debía hacerlo.

—He dicho que me quedé con Lauren a tomar un café—él enarcó una ceja al escuchar aquello—. Y después llovió toda la noche y no pude hacer más.

—¿Un café?—la molestia se hacía evidente en la voz de Derrick—. ¿Estuviste fuera por un maldito café que podías tomarte aquí? ¿Qué necesidad tenías de que a media noche tomarás un café con quien sabe quién?

—Estaba trabajando en...—la chica morena intento justificarse, quería explicar.

—¡No me importa nada que tenga ver con la clase de ese profesor tuyo!—gritó Derrick—. No quiero saber de eso, aquí Normani—la señaló con el dedo índice—. vas a entrar puntual todas las noches, vas a hacer lo que te pedimos—Normani abrió la boca para protestar pero fue nuevamente interrumpida—. Sin ninguna excepción, y tampoco quiero explicaciones, a me dame tu comportamiento y no permitiré que estés fuera tan tarde.

—No estaba haciendo nada malo—se quejó ella completamente sorprendida por el comportamiento tan agresivo de su padre.

—Es malo que estés fuera siendo una señorita decente, mi hija no va a dar de qué hablar a la gente—Derrick se pasó una mano por el cabello—. Sube a tu habitación, estás castigada. A partir de ahora te llevaré al instituto y pasaré por ti para traerte de vuelta.

—Pero tengo un trabajo y tú también tienes uno...

—Pues le diré a Thomas que pase por ti... Él puede cuidarte ya que tú no puedes hacerlo sola.

Normani se quedó con la boca abierta por la sorpresa, podía imaginar la verdadera razón por la que su padre actuaba así. Él solo la quería a lado de Thomas pero ella simplemente no quería nada de eso, justo en ese momento se escucharon pasos por las escaleras y Normani se dio la vuelta para ver a su mamá bajar con la mirada llena de preocupación. Extendió las manos para abrazar a su hija y dejar un tierno beso sobre su frente.

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