Tinta

22. Un precioso caos

"Era encantador como todo aquello desaparecía, encontrando la calma en solo esa forma tangible de expresar algo"

Sus respiraciones se habían calmado y ya no eran el mismo desastre de antes. Era encantador como todo aquello desaparecía, encontrando la calma en solo esa forma tangible de expresar algo. El beso era tan suave y delicado que podía describirse de miles de maneras pero a fin de cuentas era un beso profundo. Ally sostenía la mejilla de Normani con la mano derecha acariciandola dulcemente y hasta se había olvidado de respirar,
se había perdido en esa maravillosa chica incluso mucho antes de besarla, tal vez y solo tal vez desde que la había conocido.

Sus labios eran más suaves de lo que siquiera habría imaginado y se movían lentamente en una armonía desconocida hasta ese momento, era justo como debía ser un primer beso, un primer acercamiento hacia algo más fuerte en una conexión inexplicable.

Normani ya no sabía qué es lo que le hacía sentir más emociones, que Ally estuviera besándola o que le estuviera acariciando la mejilla de esa manera tan dulce. Casi estaba derritiéndose, antes ella debía admitir que sus latidos habían sido desordenados y dolorosos pero encontró la calma en esos labios que en ese momento le pertenecían y ya fuera por solo esos segundos o por mucho más tiempo, le pertenecían solo a ella.

Cuando se separaron sus ojos estaban cargados de tanta admiración y descubrimiento y todo ese remolino de tantas cosas inexplicables por decir había desaparecido para ellas.

—Espero que ahora no me odies por lo que hice—dijo Ally en un suspiro, tan cerca de los labios de Normani que en cualquier momento podría besarla nuevamente—. Pero tenía el impulso de hacerlo y no pude contener las ganas que tenía.

—No te culpo por nada, solo tengo que preguntar si esto es real—dijo Normani un poco incrédula, sonriendo un poco—. Yo... no estoy muy segura.

—Yo tenía la misma pregunta cuando te vi por primera vez—dijo Ally suspirando dándose cuenta que la cercanía con Normani ya era demasiada haciéndola dudar de si podía alejarse alguna vez—. Pero ahora esa pregunta se ha respondido y sé que es de lo más real que he presenciado en mi vida.

Normani sonrió y pegó su frente a la de Ally viendo esos ojos cafés en los que había pensado tanto, como había dicho eso le parecía tan irreal y se daba cuenta de una cosa, en la carta había dicho que le gustaba y que no podía imaginarse cuánto, y ahora lo confirmaba. Era cierto que no podía asegurar cuánto le gustaba esa chica que estaba justo enfrente suyo, pensaba que si decía algo sería solo un aproximado de la realidad. Decir mucho incluso era tan poco.

—No era muy consiente de cuanto me gustabas hasta este momento—incluso cuando se sentía tan bien tenerla tan cerca, la voz de Normani sonaba diferente. Un poco asustada—. Y debo confesarte algo más, ahora que puedo darme cuenta de eso estoy asustada por no haberme percatado antes.

—Muchas veces no nos vamos a dar cuenta de las cosas hasta que suceda algo inesperado—dijo Ally apartándose—. Porque tal vez yo estaba en la misma situación—rió ligeramente y Normani sostuvo ambas manos entrelazándolas entre sí, suspiró porque lo que recién ocurrió había sido increíble.

—También tengo otra cosa que decir y por lo que yo creí que todo esto era una locura—Normani dijo nerviosa—. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué hago?—pero su voz ya no sonaba tan aterrada, de alguna manera tener a Ally en ese momento le hacía sentir de todo que el miedo se quedara atrás.

Se sentía tan bien estar con ella que realmente se cuestionaba por qué estaba mal, o por qué todos creían que sentir algo como aquello estaba tan mal como para ser señalado. Ella ya no lo pensaba más y se avergonzaba de haberlo creído en algún momento, porque se había dado cuenta de lo mucho que se estaba perdiendo.