Cap. 46 Defenderé lo que me pertenece... él es mío...

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Convencer a dos madres sobre protectoras es difícil mas no imposible...

Narradora:

El azabache quiere morir allí mismo, quiere que la tierra se lo trague, quiere desaparecer, pero sobre todo tiene unas ganas enormes de golpear al albino que esta petrificado delante de él, contemplando tanto o más horrorizado que Guren la expresión de Misaki y Ryou Ichinose... por algunos segundos los cuatro se contemplan sin pronunciar palabra...

La primera en romper el silencio es Misaki, que para sorpresa de todos luego de salir del asombro momentáneo sonríe y voltea a ver a su esposo, que al igual que Shinya está petrificado...

-¡Gané!, te lo dije ¿lo ves? –dice feliz abrazando a Ryou que penas logra reaccionar del shock momentáneo y la toma en sus brazos con ternura... dejando perplejos a sus tesoros que la contemplan sin comprender lo que está pasando...

-¿Qué demonios sucede?, ¿me pueden explicar? –se aventura a preguntar Guren...

-Eso es lo que yo me pregunto... –responde su padre, haciendo que las mejillas de Guren se tornen de un intenso carmesí, por el contrario Shinya palidece... Misaki le reprocha con su mirada sin emitir palabra, al notar lo incómodos que están sus retoños debido al comentario y Ryou se apena... –lo lamento hijo, no quise incomodarlos...

La azabache de orbes violetas, se les acerca y los envuelve en sus brazos pegándolos a su cuerpo sonriendo feliz... los dos le corresponden confundidos, perplejos, sin comprender lo que pasa – ¿desde hace cuánto? –toma sus barbillas, junta sus rostros y los contempla expectante, sus orbes violetas brillan con intensidad sin poder ocultar su felicidad...

La voz retorna a los labios del peli-plata, los zafiros se iluminan y la sonrisa se instala nuevamente en su rostro –un mes –responde y su felicidad aumenta, cuando ella le da un beso en la mejilla...

-Quiero que cuides muy bien de mi pequeño, quiero que sanes su corazón, él ya ha sufrido demasiado... –le dice junto a su oído... Shinya le devuelve el beso...

-Lo haré, madre lo prometo... solo quiero verlo feliz... –le responde sin poder creer que se lo hayan tomado tan bien...

Misaki se vuelve y toma su hijo entre sus brazos besando su mejilla y acariciando sus cabellos, él la envuelve en sus brazos, aun confundido por su reacción – ¿lo ves?, no tenias que cerrar tu corazón tesoro... te lo dije, aun eres muy joven y no quiero verte solo, ¿estas feliz?

-Sí, gracias madre... –la oprime aun mas entre sus brazos, dejándola sin aliento, antes de separarse de ella la besa en la mejilla con ternura...

-Oye me la vas a romper... –le reclama su padre... ella sonríe, acercándose nuevamente a Ryou...

-¡Claro que no!, mi niño jamás me haría daño... –le responde burlona a su esposo –yo tenía razón... ellos están saliendo hace un mes –le anuncia feliz a Ryou...

-¡¿Un mes?! ¿Y recién se dignan a decirnos ahora?, si se puede interpretar así, ya que en realidad los sorprendimos... y se vieron obligados a confesarlo... –sus ojos están fijos en Shinya, lo mira serio... el albino tiembla un poco, Ryou Ichinose es un hombre intimidante, a pesar que lo conoce de toda la vida, es consciente que cuando se serena sin mostrar expresión alguna es porque está molesto...

-Yo... yo lo lamento –tartamudea Shinya nervioso, bajo la atenta mirada de su suegro –mi intención era decirles antes –Ryou no resiste mas y suelta una carcajada al ver lo nervioso que se puso el peli-plata...

-No te preocupes, estoy bromeando –le dice y Shinya suelta un suspiro de alivio...

-¡Hey!, habíamos acordado no incomodarlos –le recuerda Misaki y él la mira como disculpándose, aun sonríe...

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