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Cap 41 Jamás te dejarte solo...

Narradora:

Misaki Ichinose está dispuesta a cumplir la última voluntad de su niña y la promesa que le hizo, intentara hacer razonar a Eleonor Skuld... no puede permitir que esa mujer tan terca interfiera con la felicidad de su hijo y su nieto...

Ella no puede evitar recordar la promesa que le hizo alguna vez a Kaori... mira a su hijo en silencio, al recordarla... él tiene tantas cosas de ella, las suaves facciones de su rostro su calidez y amabilidad el modo tan particular de proteger a su hijo... Misaki cierra los ojos y en su mente se repiten las palabras desesperadas de su amiga... promételo Misaki, prométeme que cuidaras de mi Shinya...

Horn y Kaori dos mujeres tan distintas y tan parecidas al mimo tiempo... para Misaki Kaori se había convertido en la hermana que nunca tuvo... y Horn era como una hija para ella... ambas rubias de cabellos rizados, ambas buenas madres, dispuestas a darlo todo por sus hijos... ambas la habían atado a la misma promesa... ambas lo hicieron en un momento crítico y desesperado, cuando sus vidas pendía de un hilo... Misaki una mujer fuerte, admirada por ambas, no estaba dispuesta a fallarles a ninguna de las dos... cumpliría su promesa hasta el último día de su vida...

Al llegar Eleonor los recibe y se sorprende al ver a Misaki... la azabache de orbes violetas como su hijo le pide a rubia si pueden platicar a solas ella asiente y la guía al despacho de su esposo, Shinya aguarda en la sala...

-Mi hijo me puso al corriente de tus pretensiones con mi nieto –le dice sin rodeos...

-Misaki, ellos no son tu familia...

-Claro que lo son y tú lo sabes muy bien...

-Mikaela es lo único que me queda de mi hija... es mejor que una madre se ocupe de él... junto a nosotros tendrá una familia bien constituida...

-Mi nieto no es un objeto que puedas poseer para satisfacer tu capricho.... al menos te detuviste a pensar si Mikaela quiere ir contigo...

-Estoy segura que se acostumbrara con el tiempo... yo puedo darle todo cuanto él quiera...

-Lo ves... no lo conoces, no te interesan sus sentimientos, solo es un capricho para ti, mides a las personas por lo que tienen no por lo que son, pero hay algo que el dinero no compra, no puedes comprar su felicidad, no puedes compara su amor... no tenía intenciones de hacer que te sintieras mal con esto, pero la última voluntad de Horn fue que me hiciera cargo de Mikaela y Shinya, ella siempre me considero su madre... lo último que me pidió fue que mantenga a mi nieto lejos de ti... no imaginas porque... –le dice levantando levemente una ceja ante la arrogante mirada de la rubia...

-Eso es imposible, mi hija no te pudo haber pedido algo así...

-Lo hizo... yo le hice una promesa y estoy dispuesta a cumplirla... si pretendes llevar las cosas más lejos no te permitiré volver a ver a Mikaela jamás... Horn quería que su hijo sea feliz... yo estoy dispuesta a hacer lo que sea para conseguirlo... tu eres una mujer muy ambiciosa estoy segura que tu hija pensó que si interfieres en la vida de Mikaela intentaras hacer lo mismo que hiciste con ella... ya olvidaste que intentaste atarla a Kureto Hiragi... el mismo que casi toma su vida y la de su hijo, cuando mi nieto apenas tenía cinco años...

-Como puedes hablarme así... tú no entiendes nada, yo tenía mis razones... lo hice por ella, para asegurar su futuro...

-Alguna vez pensaste en su felicidad...tú crees que ella hubiese sido feliz si lograbas concretar esa unión... nunca pensaste en ella... a caso no sabías que ella le temía a Kureto... jamás te permitiré que hagas algo como eso con mi nieto... –la rubia mujer comienza a llorar... las palabras de Misaki le traen un amargo recuerdo –por favor... a mi no me vas convencer con tus lagrimas... tú no tienes ni idea como lloro mi niña en mis brazos a causa de lo que le hiciste...