El Joker Duerme En Mi Cama (Saga DC #1)

Capítulo 24 : Mi Pasado (1/2)

*Flashback 8 años atrás*

Los rayos de sol entran por mi ventana haciendo que me despierte. Me desvestí en segundos y entré en la ducha. Me coloqué una blusa morada, una sudadera de color negro, un jean y mis vans blancas.

Salgo de mi habitación y camino hacia la cocina donde mi mamá esta preparando el desayuno.

- Buenos días - dije dándole un beso a mamá y un beso a papá.

- Ten - me dicen besando cada una de mis mejillas.

Miré por la ventana y mi autobús ya había llegado. Salgo corriendo de la casa.

Llegué al instituto y fui a sacar las cosas de mi taquilla. No soy muy social en el instituto, casi nadie se me acerca. Me dicen la rara de la escuela porque siempre estoy cubierta, tapando mi rostro para que nadie me vea.

Es raro, lo sé, pero si tengo amigos no quiero que ellos conozcan a una persona que es más fría que la cima del monte Everest.

Entré a la clase de arte, algo bueno que tiene mi vida.

- Hola estudiantes, hoy vino un nuevo chico a la escuela y quería presentarlo - dijo la profesora Leyla y todos miramos hacia la puerta para ver quién es ese chico.

Louis POV

Entré al salón cuando la profesora señaló la puerta.

Lo primero que veo es que muchas chicas me miran coquetas. Les dediqué una sonrisa, pero mi mirada se detiene al ver a una chica de cabello rubio, no alcancé a ver bien su rostro gracias a su sudadera. Pero me mira de forma tierna. Esos ojos verdes que veo me gustan. Le dediqué una pequeña sonrisa a la cual ella correspondió mientras agacha la cabeza avergonzada.

- ¡Joven! ¡Joven! ¡Me escucha! - grita la profesora en mi oído.

- Si.

- Saluda a la clase.

- Oh claro. Hola soy Louis Mclain, tengo 19 años y acabó de ser transferido desde Phoenix - dije sonriente.

- Bien. Siéntate al lado de Elizabeth, la última chica de esa fila - todas las chicas soltaron un bufido de desagrado y yo sonreí a mis adentros pues debía sentarme con la chica misteriosa.

Caminé hacia mi puesto, ella tapó aún más su rostro con la sudadera, lo que me hizo reír pues vi que estaba nerviosa.

Me senté a su lado y ella miraba expectante cada uno de mis movimientos.

- Hola - dije dedicándole una sonrisa coqueta.

- Hola - dijo balbuceando.

- ¿Cómo estás?.

- Bien y... - no pudo terminar pues la profesora estaba parada enfrente de ella mirándola con furia.

- ¿Se puede saber por qué no prestas atención?.

- Yo... - respondió ella asustada.

- Perdón profesora, fui yo el que hable primero. No fue mi intención, sólo hacía una amiga - dije sonriendo, siempre funciona.

- ¿Qué tal si la señorita Grey y tú se hacen amigos en detención? - dijo y sin darle importancia al asunto, siguió explicando cómo pintar el dibujo que teníamos al frente nuestro.

...

¡Por fín! ¡Hora de almorzar, tengo hambre!.

Caminé por el pasillo y vi que Elizabeth estaba sacando los libros de su taquilla.

- ¡HA HA HA HA HA HA! - grité en su oído provocando que se golpee con la taquilla, cayendo al piso y tape su rostro con los libros.

- ¡Es El Joker! - gritó asustada.

- Tranquila. Soy Louis, no el Joker- dije arrodillado frente a ella.

Me acerqué un poco para ver si estaba llorando y en sólo un instante, ya escuchaba su respiración junto a la mía.

Elizabeth POV

- Yo... - no podía articular bien las palabras, Louis estaba muy cerca y eso me ponía nerviosa, ningún chico se me acerca y de un día a otro uno tan guapo sí - Lo siento, es la costumbre.

- ¿Costumbre? - me preguntó confundido.

- Nada. Sólo ayúdame - dije sin darle importancia al tema.

- Oh, ok. ¿Segura qué estás bien? Tienes cara de terror como si te fueran a dibujar una sonrisa. Asustados los de Gótica. ¿Por qué nosotros?.

- ¿Qué te pasa? ¿Asustada yo? - dije riéndome y le di un puño en el hombro.

- Auch, golpeas durísimo. ¿Almuerzas conmigo? - dijo mientras hacía una mueca.

- Ok.

- Vamos - dijo tomando mi mano, sentí una corriente desconocida y la separé - Lo siento - dijo decepcionado y se dirigió a la cafetería.

Ya estábamos en la cafetería y estábamos haciendo la fila. Pero de repente llegaron unas chicas a coquetearle.

Ahh, ¿me estaba poniendo celosa?. No, lo acabo de conocer, además es bueno que haga "amigas".

Tomé mi almuerzo y fui a sentarme.

- ¡Oye! ¿Por qué no me esperaste? - dijo Louis mientras se sentaba al frente mío.

- Esas chicas estaban allí, no quería estorbar - dije indiferente.

- Oh, ¡estás celosa! - dijo alzando una ceja y sonriendo de lado.

- ¿Disculpa? ¿Celosa yo?.

- Ok, si tú lo dices.

- ¡Agg! - dije y Louis empezó a reír - No es gracioso - dije molesta.

- Es gracioso, admitelo. Me gustan las celosas. ¿Sabías?.

- ¡Te dije que no soy celosa! - dije y me fui de la cafetería, no quería hablar más con él.

...

- ¡Oye Elizabeth! No fue mi intención - dijo mientras corría detrás de mí, traté de correr pero me alcanzó y me agarró de la cintura mientras me elevaba en el aire.

- ¡Sueltame! - dije golpeando su espalda y él me bajo riendo - ¿Y?.

- ¿Y qué?.

- ¿Qué ibas a decirme Louisiana?.

- Oh, ¿mi nuevo apodo? ¡Me gusta! Y, ¿Yo te gustó? - dijo mientras se acercaba y me pegó a la taquilla - ¡Oh vamos! ¡Sabes que te vuelvo loca! - dijo sonriendo pícaramente.

- No - dije nerviosa, estaba muy cerca.

- ¿Y sí esto te hace cambiar de opinión? - dijo sacando una linda margarita púrpura.

- Si crees que con esa flor solucionas todo, estás equivocado. No soy una rubia hueca - dije quitándosela y salí directo a la clase de química.

En realidad no todas la rubias son huecas. Está Megan James que es una rubía muy linda que han intentado ser linda conmigo. Pero a mí me da miedo estar con otras personas así que invento una excusa y salgo corriendo.

La rubia más hueca de todo el mundo es Aleisha Jones, capitana del equipo de porristas, novia del capitán del equipo de lacross, Kyle Rose y la zorra de la escuela. Pero bueno este es su último año, así que con suerte, no volveré a verla.

Llegué a quimica y me senté de última como siempre. Un tarado pasó y derrumbó mis libros. Como todo un caballero los recogió. Levante mi mirada y era el novio de Aleisha.

La clase pasó lenta, Kyle y yo intercambiamos miradas pero nada más. Hasta que sonó el timbre, tenía que volver a casa con mamá y papá.