La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 20: Mi ahijado Harry.

— Sigues temiéndole, ¿no? —preguntó la rubia con cierta ironía en su tono de voz—. Claro, la valentía solo te dura hasta que sabes que él volverá.

— ¿Cómo estás tan segura? —preguntó Malfoy algo nervioso, al saber lo que aquello implicaba.

— Tengo mis razones— respondió siendo cortante ya que no podía decirle que las sospechas eran de su abuelo—. Mi padre no se dejaría derrotar tan fácilmente, algo que debí prever antes de venir aquí...

— ¿Antes de volver?, es decir que alguien te dijo....

— No es lo que estamos discutiendo ahora— volvió al tema de repente—. Sino de Orión, de su vida, de...

— De acuerdo, no lo haré público como me gustaría hacer— le interrumpió de golpe aun en contra de su voluntad y sus deseos—. Me mantendré en contacto con él, y se quedará conmigo en diciembre— soltó antes de ella asentir suspirando—, hablaremos entonces del resto...

— Espera, ¿Qué?, ¿no sabré de ti hasta entonces? —preguntó aun sabiendo la respuesta, aun teniendo el conocimiento de lo que diría, porque solo se haría real si él lo decía.

— Orión es hijo nuestro, lo único que había deseado en mi vida era eso. Casarnos, tener hijos, y saber que todo nos lo impediste sin consultármelo, es algo que no puedo perdonar fácilmente— respondió rompiéndola un poco por dentro, provocando que sus ojos comenzaran a aguarse al estar perdiendo por segunda vez al hombre que amaba—. Además, tuviste oportunidad para decirme la verdad en cuanto volviste y aun así...

— Sabía que me odiarías si lo sabías...—intentó justificar aquello intentando no llorar delante de él.

— Aun así, debiste— mencionó antes de caminar hacia la chimenea para desaparecer por la red Flu...

— Lu, por favor, no nos hagas esto...

— Tú fuiste quien nos lo hiciste— soltó con rabia mientras tomaba los polvos Flu de encima de la chimenea.

— No olvides que te amo— solo llegó a decirle antes de este pronunciar "mansión Malfoy" y desaparecer entre unas llamas verdes, dejándola completamente sola y destrozada.

Una de sus peores pesadillas se había hecho realidad. Por lo que no pudo evitar al estar sola hacerse un ovillo en el mueble mientras sollozaba sabiendo que esta vez sería difícil que la perdonara y volviera a su lado...

— Hablaré con él— soltó una voz proveniente de la entrada de la sala, la cual hizo que Riley supusiera que su hijo había escuchado toda la conversación—. Debe perdonarte...

— No lo hará Orión— le dijo levantando la cabeza para mirarlo preocupado por ella—. Pero está bien, ¿sí?, todo este tiempo he estado sola y no...

— Sabes que no me gusta que me mientas— le interrumpió antes de saltar a abrazarla, dándole aquel consuelo que tanto necesitaba—. Solo está enojado, pero cuando se calme volverá por ti, ¿sí?

— No importa— se mintió a sí misma mientras se separaba de su hijo, y comenzaba a secar las lágrimas de sus ojos, necesitaba ser fuerte por él.

Además, había estado sin Lu por trece largos años, cuando había renunciado con el dolor de su alma a él, por lo que comenzaría a aceptar que aquel año juntos fue un pequeño regalo antes de volverlo a perder. Si pudo sobrevivir trece años lejos de él, otros trece no podrían ser tan malos.

Pensando en ello y terminando de secar sus lágrimas sonrió, aun sin Orión creerse aquella sonrisa.

— Mamá...—replicó el rubio antes de ella negar.