Capítulo 30: Pequeños grandes regalos.

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Tres días fueron lo que pasaron antes de que Potter despertara haciendo que Riley prácticamente se pasara casi todo el día al lado de su ahijado por si pasaba algo. Incluso Orión la acompañaba a veces luego de que se enterara al igual que resto del colegio de lo que había ocurrido. No sin antes preguntarle todos los detalles y mostrarse preocupado por aquello...

Sin embargo, cuando el niño despertó ella no se encontraba presente, y apenas se enteró en cuanto su abuelo le avisó por lo que no tardó en correr a buscarlo a la enfermería. En cuanto entró vio que estaba hablando con Ron y Hermione, pero sin importarle aquello corrió hacia él y rodeando su cama lo estrechó contra sus brazos.

— Te dije que si necesitabas ayuda contaras conmigo, ¿sabes lo preocupada que estaba por ti? —le regañó soltándolo antes de reír y volver a abrazarlo—. No tienes idea de lo asustada que estuve cuando te vi inconsciente...

— Lo siento— soltó el niño haciendo a Riley suspirar para luego soltarlo.

— Tienes suerte de tener buenos amigos, pero aun así en serio no debiste cargar con esto solo...—mencionó negando para luego ver a sus dos amigos—. Ustedes también estuvieron en peligro, solo son unos niños, ¿acaso olvidan que hay adultos en este colegio?

— Adultos que no sabían lo que ocurría bajo sus narices— comentó Ronald haciéndola reír.

— Estaba muy al tanto de todo, solo esperaba al momento preciso...

— No se dio cuenta cuando Quirrell bajó a buscar la piedra...—señaló Hermione con ímpetu.

— Pero sin mi ayuda Harry no estaría en este instante aquí a salvo— argumentó con decisión—. Estabas casi al borde de la muerte cuando te encontré al lado de Quirrell...—le dijo esta vez a Potter.

— ¿Usted se enfrentó a Voldemort? —preguntó Potter sin saber aquel detalle.

— Fue relativamente sencillo al no ser tan poderoso como antes— respondió como si nada sorprendiendo un poco al niño—. Es mejor que lo dejen descansar, mañana es la fiesta de fin de año y supongo que queras ir...—mencionó cambiando de tema haciendo que los dos niños se despidieran de su ahijado antes de salir de la enfermería.

— Usted no me dice todo lo que debería, ¿cierto? —preguntó el pelinegro con curiosidad haciéndola reír.

— Lo único que debes saber que conmigo de tu lado no estarás de nuevo solo, ni siquiera para enfrentarte a Voldemort...— le respondió sonriéndole—. Descansa Harry...—añadió antes de salir de la enfermería.

El día siguiente como era de esperarse el comedor estaba lleno de alumnos conversando y haciendo más ruido del que Riley estaba dispuesta a soportar. El lugar estaba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo de aquella casa al ganar la copa durante siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la Mesa Alta, mostraba la serpiente de Slytherin.

Ella por su parte se encontraba en silencio al lado del director esperando que comenzara a hablar para que acabara la ceremonia de una buena vez por todas.

—¡Otro año se va! —dijo alegremente Dumbledore—. Y voy a fastidiaros con la charla de un viejo, antes de que podáis empezar con los deliciosos manjares. ¡Qué año hemos tenido! Esperamos que vuestras cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegasteis... Ahora tenéis todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año... Bien, tengo entendido que hay que entregar la copa de la casa y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.

La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora