Capítulo 57: El traidor.

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Aquellas palabras habían sido las más esperada por la rubia por lo que no pudo evitar reír sin dejar de casi correr por las escaleras del castillo. Negaba una y otra vez sin articular palabra alguna mientras llegaban a las puertas de Hogwarts donde se encontró con un grupo de aurores que imaginó que ya había llamado su abuelo.

— Dumbledore lo tiene en su despacho— explicó Lupin al ver que ella aún no le preguntaba nada—. Intentó salir en la madrugada, pero pude ser más rápido que él, y con ayuda de Albus pude capturarlo —continuó—, él hizo que volviera a su forma humana, y le explicó todo al ministro...

— ¿También está aquí? —preguntó la rubia aun sin creer que aquello estaba realmente pasando.

— Sí, tiene lo que era necesario para culpar a Peter, los dementores le darán el beso al anochecer— respondió sin poder embozar una sonrisa de satisfacción—. Ha intentado alegar que no había tenido opción, que lo habían amenazado...

— ¿Ha dicho algo sobre mí? —preguntó sabiendo que lo más probable era que él supiera que era la hija de su amo.

— No al ministro al menos— respondió en voz baja a pesar de que nadie los seguía—. Pero nos rogó a mí y Albus que no te dijéramos nada, creo que te tiene miedo...—soltó haciéndola reír para luego Remus decirle la contraseña a la gárgola antes de ambos subir al despacho del director.

Al hacerlo la puerta se encontraba semi-abierta, por lo que no tardaron en entrar. Riley pudo divisar a Peter sin problema alguno, dado que era el único desconocido en la habitación. Era un hombre muy bajito, apenas un poco más alto que un niño. Tenía el pelo ralo y descolorido, con calva en la coronilla. Parecía encogido, como un gordo que hubiera adelgazado rápidamente. Su piel parecía roñosa, y le quedaba algo de su anterior condición roedora en lo puntiagudo de la nariz y en los ojos pequeños y húmedos. Los miró a todos, respirando rápida y superficialmente.

— ¡Riley! —chilló al reconocerla luego de por supuesto haberla visto por cuatro años seguidos en Hogwarts—. Por favor no me mate, por favor no me mate, por favor...—sollozó realmente aterrado antes de ella darle una sonrisa maléfica que haría erizar a cualquiera provocando otro chillido de la rata.

— Oh señora Black— le llamó Fugde sacándola de sus pensamientos haciendo que lo viera—. Siento mucho lo que ha pasado todos estos años.... Quien diría que este señor era el verdadero culpable...

— Tuvo que haber indagado más— le acusó cruzándose de brazos conteniéndose de no matar a la rata delante del ministro.

— Lo sé, lo sé. Por eso la mandé a llamar— concordó con prisa—. No tenemos paradero de su esposo, pero Dumbledore asegura que usted podría contactarlo...

— Yo...—intentó decir algo un poco nerviosa de ser culpada de algo.

— No se preocupes solo quiero que le dé esto— le interrumpió antes de darle una hoja de pergamino la cual al Riley leerla no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas de felicidad—. Su esposo es libre de cargos...—le dijo lo que ya había leído mientras ella asentía con emoción.

— Gracias...—apenas dijo en un hilo de voz.

— Igualmente se dará a conocer esta misma mañana la noticia en el profeta para que sepa que no debe seguir escondiéndose— añadió mientras ella aún estaba fuera de sí. Lo que más añoraba al fin lo había obtenido, su mejor amigo sería librado de todos los cargos, las personas dejarían de temerle y lo mejor es que no tendría que volver al infierno de Azkaban.... Por lo que aun que quería despedazar a la rata que tenían retenida, se abstuvo sabiendo que tendría un castigo peor que la muerte, y que su esposo al fin era libre—. Ya puede irse señora Black, imagino que quiere darle la noticia a su hijo y ahijado...

La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora