La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 17: Gracias por devolverme a mi padre.

Riley se había quedado mirando a la nada, mientras le daba a la espalda a Lucius, quien la abrazaba pasando sus manos por su cintura descansando tu erección en su trasero, y su boca en su cuello. Aunque la joven madre solo pensaba si en lo que había hecho estaba bien, si no se había equivocado en entregarse a él de nuevo de esa forma.

Porque sabía que él la amaba, pero también sabía que eso no significaba mucho si ambos no podían estar juntos, al ambos estar casados con otras personas.... Aunque eso no amortiguaba lo bien que sentía en aquel momento sabía que no estaba bien, pero aun así se sentía diferente. Más cuando su hijo aceptaba a Lu en su vida.

— ¿Tan pronto te arrepientes? —le preguntó depositando besos en su cuello, pero la bruja no respondió, solo abrazó las manos que la rodeaban con más fuerzas—. Ry por favor di algo...—soltó sonando algo preocupado.

— Eres un hombre casado— solo dijo ella antes de soltarlo, y él detener sus besos.

— ¿Podrías dejar de pensar en ello...?

— Es imposible, es lo único que me pasa por la cabeza en este momento— le interrumpió dando la vuelta para verlo—. Tienes una esposa y un hijo esperándote en tu casa...—soltó aquellas palabras sintiendo un amargo en la garganta como inicio de lo que sería una lluvia de lágrimas—. Esposa que no soy yo, y un hijo que no es mío.

— Solo estoy con Narcissa porque un jodido matrimonio mágico no puede romperse, sino hace meses estarías en su lugar— le aseguró con rabia, rabia al sentirse impotente por no poder hacer nada para aliviar a la mujer que más amaba—. Tenemos meses que ni siquiera dormidos en la misma habitación, apenas nos hablamos por Draco...

— Eso no me hace sentir mejor, estoy destruyendo un matrimonio...—dijo con amargura—. Ni siquiera deberías haber venido en vísperas...

— Pídeme lo que quieras— soltó él de golpe antes de tomar sus manos entre las suyas—. Lo que quieras para poder estar contigo...—añadió haciéndola reír mientras negaba—. Hasta a tu hijo le agrado, Ry, podría ser el padre para él que nunca tuvo— mencionó haciéndola borrar su sonrisa, al tocar un punto delicado. Orión parecía caerle bien, lo había aceptado al dejarlo con ella, por lo que por ese instante solo pensó en él.

Necesitaba a su padre, lo necesitaba a él. No podía decirle la verdad porque la odiaría, ella sabía que la odiaría, pero si podría estar para él, comenzar de nuevo. Darle a su hijo lo que le había quitado por toda su corta vida.

— No puedes decirle a tu esposa, ni en sueños que estás conmigo, lo que menos necesito es una escena en mi casa, o mi tienda, o en la calle, o cualquier otro jodido lugar— enumeró sin él esperárselo—. Así que sácale las ideas de la cabeza que seguro les has puesto sobre nosotros, no lo sé, dile que se trata de otra mujer. Nada de salir en público, no seré etiquetada públicamente como tu amante, suficiente tengo con mis problemas, para que vengas a agregarle más. Tercero— señaló tres de sus dedos mientras él solo escuchaba que ella había aceptado—. Nada de escenas delante de Orión, no quiero traumarlo, cuarto, dejar de sonreír como idiota cuando te hablo— soltó antes de darle en su pecho desnudo—. Quinto, si en alguna ocasión haces algo mal, el más mínimo error, y me pierdes, esta vez para siempre.

— No seré tan idiota— le aseguró antes de besarla agarrándola por sus manos para lanzarla encima de él—. Me he pasado demasiado tiempo esperando por ti como para arruinarlo...—soltó entre besos—. ¿Qué hay del verano? —preguntó cambiando mientras empezaba a besar su cuello—. ¿Puedo venir sin avisar?, o mejor, pasar unos cuantos días aquí...

— Paso a paso, ¿sí? —le respondió riendo antes de bajarse de encima de él—. Por ahora, es mejor que te vayas, Orión no tarda en llegar y no quiero que sepa que estás desnudo en mi cama...—le regañó sonriéndole mientras salía de la cama, y notaba que empezaba a oscurecer.