— Riley, si no estás segura de lo que vas a hacer...—intentó persuadirla su esposo, pero ella negó con rapidez.
— Las cosas deben estar hechas un desastre en el mundo mágico, Reg ya tiene un año, es hora de volver— mencionó antes de ver a sus dos pequeños y sonreírles—. Chicos ayúdenme a empacar, no debemos dejar ningún rastro de nosotros...—les ordenó a los tres jóvenes, por lo que Hermione le devolvió el pequeño bebé a su padre para luego subir junto con los dos magos a empacar todo.
— Iré contigo— le dijo Sirius sin dudarlo dos veces—. No voy a dejarte y quedarme a la espera de no saber que te ha pasado— añadió con suma preocupación, pero ella de igual manera negó.
— Los niños te necesitan—le dijo con notable tristeza de dejar a sus dos pequeños—. Debes cuidarlos...
— Yo te necesito— le interrumpió el pelinegro dolido y preocupado—. No puedo ni imaginarme que te suceda algo...
— Amor...
— No he luchado tanto tiempo para ahora perderte... no soportaría verte morir— confesó haciéndola caminar hacia él para luego acariciar su rostro.
— No voy a morir, ¿sí?, iré a buscar a mi hijo— le aseguró antes de besarlo cortamente en los labios, mientras los dos niños se reían, el más pequeño por no entenderlos, y Tari por no escuchar del todo de que hablaban, al estar hablando en voz baja—. Ahora lo que necesitamos es a donde ir...
— Podemos ir a casa de mi prima Andy— mencionó el pelinegro suspirando sabiendo que era inevitable que ella se fuera, pero no tenía exactamente intención de quedarse de brazos cruzados mientras ella se arriesgaba, aunque no se lo comentó...
El lugar que por dos años acogió a la familia de magos, había sido siempre un lugar que dejaba mucho de qué hablar a quién pasaba por casualidad por allí. Todo siempre estaba impecable, y en pocas ocasiones podían escucharse explosiones dentro. Mientras por fuera estaba adornada por un hermoso jardín lleno de verduras, especias, y uno que otro árbol frutal que crecía detrás de la casa.
Sin embargo, cuando todos estuvieron listos para irse, la casa estaba completamente distinta. La tierra a su alrededor era árida, e infértil, sin ningún rastro de haber cultivado algo en ella. En su exterior, las ventanas estaban cuarteadas, la madera vieja y podrida, tal y como estaba antes de la familia de magos vivir en ellas. Mientras que en su interior las telarañas y todo tipo de alimañas reinaban como si nunca se hubieran ido.
Por lo que no quedaba algún rastro de magia allí. Si alguien por casualidad encontraba aquella casa, era imposible que la asociaran a ellos...
En cuanto todo estuvo listo, las maletas estaban encogidas y en los bolsillos de los magos, y los dos niños fueron dormidos por sus padres, todos tocaron a Sirius para luego desaparecer de aquel lugar y reaparecer delante de una casa que parecía algo abandonada. Lo cual le dio cierta desconfianza a Riley. Habían aparecido justo donde su esposo creía que vivían hace dos años, pero nadie les aseguraba que siguiera siendo así.
Por lo que la rubia no tardó en darle su hija a Draco para luego ponerse en guardia por si alguien los atacaba.
— Yo entraré— les dijo a los chicos y a su esposo para luego dar un paso hacia la casa e inmediatamente ver cómo le lanzaban un hechizo del que se protegió con un protego. Dejándole saber que había alguien allí dentro—. ¡Ya sé que hay alguien!, den la cara sino quieren que destruya la casa— les advirtió con furia la cual se aminoró cuando vio un rostro familiar salir de la casa y ella correr hacia este sin dudarlo dos veces.
— Debes preguntar primero algo— le advirtió Remus sin soltarla para luego apuntarle con la varita sin confiarse en que era ella.
— Tampoco te confías...dime algo que solo yo sepa...
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La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]
Fiksi Penggemar¿Qué harías si te quedaras sola en el mundo?, si tu familia muriera delante de sus ojos. Si la única forma de salvar a los pocos que te quedaban que amabas es abandonarlo. ¿Huirías?, ¿serías capaz de no ser egoísta y en pensar en ellos primero? ...