La hija de Lord Voldemort [Lucius Malfoy/Sirius Black]

Capítulo 60: Eres libre.

— Supongo que no te lo ha mencionado— soltó el chico al ver cómo su rostro mostraba la misma rabia que él sentía.

— Voy a hablar con él— dijo monótonamente sin creer que le había dicho aquello a su único hijo mientras se paraba de la cama de este—. No puedo creer que te haya dicho eso...—soltó caminando hacia la puerta para luego salir con rabia directo a la chimenea para aparecer en la Mansión Malfoy sin importarle nada.

Ni siquiera se detuvo cuando vio a Sirius de reojo entrar riendo con su ahijado, al ambos discutir sobre su partido, hasta que detuvieron su risa al ver lo furiosa que estaba Riley que caminaba hacia la sala. Sin dudarlo dos veces tomó los polvos flú que siempre dejaba encima de la chimenea para luego decir "mansión Malfoy".

En cuanto llegó observó de reojo la sala para luego salir de ella.

— ¡Lucius Abraxas Malfoy! —gritó con fuerza sin importarle que alguien que no fuera él le escuchara, su prudencia se había ido a la mierda hace minutos atrás.

Al no recibir respuesta alguna comenzó a revisar la casa como si fuera suya, comenzando por las otras salas, biblioteca, y otros lugares que concurría el rubio en la primera planta para luego subir a la segunda, pero al hacerlo su búsqueda terminó al encontrarlo al pie de las escaleras.

— ¿Qué haces...?

— ¡Tú, como demonios le dijiste a nuestro hijo que piensas organizarle un matrimonio... Por Merlín, ¿acaso estás loco?, o peor prohibirle ver a Granger solo porque es hija de Muggles! —comenzó reclamándole sin dejarle hablar—. Primero, Orión puede ser amigo hasta de un dementor si le da su reverenda gana, segundo si te atreves a casar a mi pequeño con alguien te juro que te entierro vivo, tercero...

— ¿Vas a calmarte y dejarme defenderme? —preguntó Malfoy antes de ella negar con rabia.

— ¿Sabes lo enojado que llegó a mi casa?, ni siquiera quería saber de ti, luego de todo este tiempo, de lo que me costó que te aceptara como padre, para que vengas a arruinarlo por una estupidez de pureza y tradición...— continuó su reclamo mientras él le veía esperando a que pudiera dejarle defenderse.

— Puede que sean estupideces para ti, pero son años de tradición...

— Íbamos a casarnos, puede que hubiera sido un sueño estúpido, pero lo planeamos hace años, y no fue un compromiso arreglado...— le recordó cruzándose de brazos.

— Mi padre primero hubiera muerto antes de contradecir a la hija del señor tenebroso— soltó con burla.

— Pues al parecer Abraxas era más listo que tú— mencionó sin tapujos, pensando primero en su hijo antes que en ella por aquella ocasión—. Porque me conoces demasiado bien para saber que no te conviene contradecirme...

— ¿Acaso piensas que te tema siempre? —preguntó de golpe sorprendiéndola—. Solo estoy defendiendo años de tradición, la pureza de una antigua familia... no podría permitir hijos mestizos...—comenzó explicando antes de ella darle una bofetada para callarlo.

— Di eso de nuevo y te juro que me pierdes— mencionó roja de la rabia—. Suenas igual que mi padre, con su obsesión por la pureza de la sangre, el desprecio a los muggles y cualquiera inferior a él...—añadió haciéndole entender al rubio su punto de vista, por lo que aun en contra de sus principios asintió. Porque sabía que ella tenía razón, había huido de todo eso y él se estaba comportando igual que los ideales de Voldemort.

— Creo que le debo unas disculpas a Orión— solo dijo suspirando antes de ver a la rubia—. Pero...

— Sabes que tengo razón...— le interrumpió dando un paso hacia atrás.